LA RENACIDA PARROQUIA SAN ANTONIO DE CHÉPICA

 

Coordenadas: 34°43'45.4"S 71°16'27.3"W

El pintoresco poblado de Chépica creció a los costados de lo que hoy es la Ruta I-86, en un tramo entre la ciudad de Santa Cruz y la localidad de Convento Viejo, cerca del límite sur de la Región del Libertador Bernardo O'Higgins. Llegué hasta allá en mi último viaje a bicicleta, precisamente por aquella carretera que toma el nombre de Avenida 18 de Septiembre dentro de su área urbana, cuando recién pasaba la Navidad de 2021.

Una vez allí, no cuesta dar con el edificio que más destaca de entre todos, por arquitectura y altura: el templo parroquial de San Antonio de Padua.

Sin embargo, para quienes conocimos en tiempos jóvenes esos mismos parajes y comarcas huasas, el viaje por tales caminos se convierte en algo así como la "ruta del terremoto de 2010": se van verificando al paso los dramáticos cambios profundos y las transformaciones forzadas por la catástrofe, que dejó sus traumas irresolutos en hombres y paisajes. Chépica y su iglesia no quedaron fuera de estas modificaciones obligadas, por supuesto.

Fundado en 1875 como la Villa de Chépica, el pueblo ha sido siempre un destino rural de fuerte acervo folclórico y campesino, como todas las comunidades de la encantadora Provincia de Colchagua. Su nombre antiguo era San Antonio de Chépica, sin embargo, precisamente por estar al alero patronal de San Antonio de Padua, para quien está consagrado el templo de mi interés allí enfrente de su Plaza de Armas, haciendo esquina con la calle Torrealba.

Aspecto del templo antes del terremoto de 2010. Fuente imagen: sitio Patrimonio Cultural de Chile.

Estado en el que quedó el templo y todo el entorno de la plaza de Chépica, con el terremoto de 2010. Fuente imagen: sitio Plataforma Arquitectura (aportada por Cheunvogl).

Aspecto actual de nuevo templo de San Antonio de Chépica, hacia fines de 2021.

Vista lateral de la torre del campanario, lo único que pudo conservarse del antiguo templo anterior.

Oratorio de San Expedito, a un costado de la plaza y vecino al templo de San Antonio.

Otro de los antiguos inmuebles solariegos que sobrevivió al terremoto de 2010, a un costado de la plaza y a pasos del templo, desde donde se tiene esta vista.

De acuerdo a información publicada por el investigador Walter Foral Liebsch, la primera iglesia comenzó a ser construida en 1876, siendo terminada el 7 de agosto de 1879, en plena Guerra del Pacífico. Era la que estaba en pie hasta la terrible madrugada de aquel verano de 2010.

El mismo autor informa que el templo debió ser reparado después del gran terremoto del 16 de agosto de 1906, al igual que sucedió con varios otros edificios eclesiásticos de la zona. Para ello, se contó con apoyo proporcionado por el propio gobierno. En tanto, Chépica había sido elevada hacía unos años a la posición administrativa de comuna, en 1892. La principal campana del templo sería obsequiada en 1933, por el Club de Rodeo de Chépica según se lee en la inscripción de la misma.

Aquel templo antiguo tenía rasgos arquitectónicos un tanto eclécticos, con elementos de arquitectura colonial e influencias neorrománicas; contaba con torre-campanario al frente, rematada por techado de tejuelas al igual que las aguas de los costados y los aleros que bordeaban esos mismos muros. Al interior disponía de una nave mayor dividida de las laterales por columnas lisas de orden toscano. Por fuera y por dentro, los muros estaban pintados en blanco y terracota, con cierta sobriedad imperante en el criterio ornamental.

Lamentablemente, tras haber sobrevivido a otros terremotos como el del 3 de marzo de 1985, aquel que azotó al país el 27 de febrero de 2010 pudo más que todos los anteriores y dejó al templo en completa ruina, con apenas unos pocos muros y columnas en pie pero sin posibilidad de recuperación, salvo por el estoico campanario. A decir verdad, prácticamente todos los edificios públicos chepicanos quedaron en el suelo aquella fatídica noche, salvándose sólo el cuartel de carabineros, el consultorio, el teatro municipal y un puñado más de casos.

Conmovidos con esta desastrosa pérdida patrimonial, entonces, un grupo de vecinos y admiradores de la localidad se organizaron fundando la Corporación Amigos de Chépica, además de ponerse en marcha un veloz plan de reconstrucción de la iglesia coordinado entre autoridades gubernamentales, municipales, eclesiásticas y privados.

El proyecto correspondiente fue dirigido por la arquitecto Verónica Pomfrett y patrocinado por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile. Gran parte del financiamiento fue aportado por las empresas  Chilexpress y Asset Chile, a través de la Ley de Donaciones Culturales. Paralelamente, se trazó un plan de difusión cultural a cargo del Museo Parroquial de Chépica, involucrando a la iglesia como uno de sus principales activos de divulgación patrimonial e histórica.

Aunque hubo otras propuestas de reconstrucción, la elegida para el nuevo templo era del mismo estilo del anterior, en pulcro color blanco exterior. Interiormente, mantiene las tres naves y resuelve el cierre de techo y cielo con una materialidad más ligera pero sólidamente sostenida en estructuras de escuadras, colgando desde allí los juegos de lámparas.

Las pinturas murales corren por los costados de las naves y en lo alto de la nave mayor, dándole cierto rasgo neorrenacentista y románico al templo. Se extrañan las antiguas columnas, sin embargo, ahora reemplazadas por pilares de cantos rectos y lineales. El coro es simple, con escalera caracol de acceso, y en el presbiterio también se impuso la sencillez: un altar y retablo para imágenes sin el aspecto más artístico y de textura rocosa que tenía el anterior. Los colores blancos y rosas dominan el conjunto en las naves. Y, por su costado poniente, afuera, hay un patio con algunas dependencias parroquiales, entre las que están las oficinas del cementerio local.

El edificio pudo ser entregado al uso de la comunidad en diciembre de 2013, si bien los trabajos continuaron por cerca de dos años más, cuanto menos. En las pinturas murales, por ejemplo, trabajaron los jóvenes artistas chepicanos Ignacio Moncada y Camilo Silva, dirigidos por el avezado pintor Juan Echeñique. Además, las obras de reconstrucción general dentro del poblado incluyeron a otros recintos siniestrados como el hogar de ancianos, el cuartel del cuerpo de bomberos, la propia Plaza de Armas y los proyectos de vivienda Chépica Unido I y II, de modo que la iglesia era solo uno de los puntos pendientes.

La imaginería religiosa es escasa dentro del templo o al menos para uno de sus proporciones, algo que no sorprende considerando la destrucción total en 2010. Los murales vienen a suplir esta limitada iconografía, de alguna manera, además de señalar el Vía Crucis completo. En el descrito presbiterio, entonces, vemos la imagen de San Antonio de Padua al centro, escoltada por la de San José y la Virgen del Carmen, mientras que el Cristo del Calvario se encuentra en el cubículo de arriba. A un costado de este sector está la imagen de la Inmaculada Concepción sobre el sagrario, y otra estatuilla mariana con el Niño Jesús recibe en el acceso a los fieles, casi abajo del coro. Otra imagen de San Antonio está en un plinto de la nave izquierda.

Afuera, en cambio, a un lado de la iglesia por calles Torrealba y El Zapal hay un oratorio con altar tipo gruta para San Expedito, santo muy popular por estos territorios. Está vecino a un tramo al lado de la plaza y con uno de los inmuebles más antiguos del poblado, correspondiente a una hermosa casa solar roja de adobe, tejuelas, sillares y soportal tipo alero. De hecho, esta gruta ocupa el lugar de otro inmueble antiguo que se vino abajo en el terremoto, arrojando más escombros en el contorno de la plaza.

No siendo el templo original pero conservando de aquel los primeros niveles del campanario, entonces, la Parroquia San Antonio de Padua en Chépica de todos modos intenta ser fiel al estilo y espíritu del desaparecido edificio histórico, en una renovación de esta localidad que intenta lograr algo bueno y modernizador desde la destrucción inmisericorde provocada por el terremoto de 2010.

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