EL LUGAR EN DONDE ESTUVO LA ANTIGUA CASA IQUIQUEÑA DEL ALMACÉN "LAS DOS ESTRELLAS"

Vista de la Plaza Condell de Iquique hacia el poniente. Al fondo, el sector de inmuebles que contornean la calle Eleuterio Ramírez, por donde estuvo el histórico almacén.

Coordenadas:  20°12'49.70"S 70° 8'57.45"W

Se consagró como una de la más longeva de las casas comerciales de Chile: "Las Dos Estrellas", que tuvo su principal sede en un pintoresco que, al parecer, nació en una esquina de la cuadra enfrente a la Plaza Condell en Iquique, por ahí por Tarapacá y Serrano con Eleuterio Ramírez, y al lado opuesto de donde se estableció también el mercado viejo. Demás está decir cuánto ha cambiado y sigue cambiando esta plaza en todo este tiempo.

Su espacio fue ocupado después por el Banco Condell, según se recuerda acá, y nada queda del viejo edificio comercial que por tantos años acogiera a la antigua mercería y ferretería de los tiempos de la fiebre salitrera en en Norte Grande.

No tenemos claro cuándo se fundó la casa comercial, sin embargo. Aunque la administración y su publicidad declaraban que sucedió en 1875, existiendo fotografías con este número anotado en la fachada del edificio, también hay otras donde aparece el año de 1885, fecha que es confirmada en documentos impresos por orden del Gobierno de Chile en 1929, y a propósito de una Feria Internacional que se realizó aquél año en Sevilla, España. Hemos sabido que, sin embargo, un incendio ocurrido poco antes de esta fecha destruyó gran parte de las instalaciones.

El origen de la mercería se remonta, de todos modos, a la época de desarrollo comercial de Iquique y bajo una influencia británica muy parecida a la que, como buen puerto, tenía también Valparaíso. De hecho, el edificio de dos pisos de la firma tenía un evidente aire victoriano, aunque más sintético y modesto. Sus dueños fueron, en diferentes etapas,  activos y prolíficos comerciantes de la época, como los señores catalanes Perramon y Puig, quienes convirtieron a "Las Dos Estrellas" en el negocio más conocido e importante de la ciudad, lo que aportó una gran cuota de progreso y movimiento al quehacer mercantil local.

La Mercería y Ferretería "Las Dos Estrellas", en la época en que ostentaba la fecha de 1875 como la de su fundación. Imagen publicada en el blog: responsabilitatglobal.blogspot.com.

"Las Dos Estrellas", al fono de la Plaza Condell vista desde el desaparecido mercado, en otra imagen de época. Suponemos que este es el antiguo edificio, destruido por un incendio hacia 1928.

La misma tienda pero a fines de los años veinte. Se observa que su fecha de fundación aquí aparece señalada en 1885.

Los fundadores fueron Andrés Patchamé y Juan Puig, incorporándose a la sociedad en 1902, los también peninsulares Antonio Perramón y Ramón Roba. Cuatro años después, entró a la misma don Pedro Gajú. Eran los años de enorme prosperidad, en torno al Primer Centenario y a pesar de la primera caída de la industria salitrera.

Un tiempo después, en 1913, "Las Dos Estrellas" pasó a manos de la sociedad de comerciantes Pedro Gajú, Juan Tolosa y Nicolás Vilaplana Cahis, llamada simplemente Gajú, Vilaplana & Cía. Ellos ampliaron el rubro de la mercería desde el ferretero al almacenero en general, aumentando así sus actividades y clientela. Se incorporaron a la venta maquinarias industriales, además, girando con un capital de unos 500 mil pesos para fines de los años veintes, bajo dirección directa del señor Vilaplana.

Cuando Vilaplana se retiró del negocio, la firma pasó a manos de Pedro Gajú y Tomás Tuset. Los socios participaron de la fiebre de importación de loza, cristalería y otros productos que tenía lugar por entonces en Iquique, y que diversificó la oferta de ésta y varias otras tiendas de la ciudad, en donde también desatacaba la fuerte presencia de inversionistas españoles.

En años posteriores, la comercial se trasladó muy cerca de allí, hacia el sur de la cuadra de la calle Eleuterio Ramírez, convirtiéndose en el negocio más antiguo y de larga vida que existiera en Chile. Resistió los embates de la caída del salitre, la Gran Depresión de los años treinta, la Segunda Guerra Mundial y hasta la Recesión Mundial de los ochenta. Empero, su viejo edificio fue relevado por nuevas construcciones ocupadas por centros bancarios, sin embargo.

Fue una pena que la vieja sede de esta clásica comercial no llegara a los años del Bicentenario de la República, perdiéndose en el tiempo como el último bastión de la misma época a la que pertenecía.