UNA ESTRELLA AMARILLA SOBRE PAÑO AZUL: EL SINGULAR ORIGEN DE LA BANDERA REGIONAL DE ATACAMA

 

La bandera atacameña en la Feria Artesanal de la Plaza Prat.

Tres han sido las primeras regiones de Chile que contaron con una bandera propia: la de Magallanes, la de Los Ríos y la de Atacama, pero es esta última la primera de carácter regional que fuera instituida y también corresponde a la de más antiguo diseño de entre los tres casos.
Compuesta de una sencilla estrella pentagonal amarilla sobre fondo azul, combinación un poco vibrante por contraste de valores cromáticos a la vista, este estandarte tiene una pintoresca historia que contrasta con la simpleza de su diseño, pues se remonta al pasado histórico de la Región de Atacama y muy particularmente a la memoria de los hombres de la ciudad de Copiapó, en uno de sus más curiosos episodios históricos.
El señalado estandarte, muy parecido a la Bandera de Burnet de la República de Texas de 1836, proviene en nuestro caso de la bandera que usó el Ejército Revolucionario del Norte de Chile en su frustrado levantamiento de 1858-1859 contra el sofocante centralismo administrativo nacional, liderado por el insigne caudillo copiapino y General del Ejército Constituyente don Pedro León Gallo Goyenechea, a quien se atribuye la directa confección del símbolo, cuya simbología y colores se interpretan como una alusión al sentido liberal y laico de los revolucionarios, aunque también hay lecturas que lo relacionan con la francmasonería. Aparentemente, sin embargo, hubo otras versiones de la bandera decorada con orlas y bordados dorados, pero la imagen general que ha quedado de ella es la de paño azul con estrella dorada al centro.
Aunque existe más de un versión sobre su posible origen pero quizás ningún ejemplar de esta primera generación, se sabe que fue usada casi devotamente por el Batallón Zuavo Constituyente, formado principalmente por mineros de Chañarcillo y con líderes revolucionarios como el Comandante Olegario Carvallo, el Teniente Coronel Santiago Toro y el Mayor Olegario Olivares, entre muchos otros. Gran parte de la inspiración del movimiento provenía de los federalistas girondinos de la Asamblea Nacional Francesa.
Su debut habría sido en el mismo alzamiento de Copiapó del 5 de enero de ese año, según se cuenta, cuando las fuerzas comandadas por don Pedro Pablo Zapata se apoderaron del cuartel policial e hicieron huir al Intendente, designándose a Gallo en su lugar. Acto seguido, este último adoptó como emblema oficial de la provincia a la misma bandera y declaró el territorio como desligado del Gobierno del Presidente Manuel Montt mientras no se llamase a la reclamada Asamblea Constituyente, para resolver los problemas regionales que dispararon la revuelta. La leyenda cuenta que habría sido su madre, doña Candelaria Goyenechea viuda de Gallo, quien bordó personalmente la estrella sobre el fondo azul de la bandera de seda original.
A la izquierda, propaganda electoral de Matta, Gallo y sus aliados como candidatos parlamentarios; a la derecha un típico minero chileno del Norte Chico del siglo XIX.
 
Ilustración de la Bandera de Atacama en la portada del libro "Los 33 mineros de Atacama: más allá del derrumbe", de Héctor Quevedo Abarzúa.
El símbolo de la estrella aparece también dentro de un blasón en las monedas de plata que Gallo hizo acuñar en este período, y que en la actualidad son muy cotizadas por coleccionistas. Curiosamente, sin embargo, en versiones que he visto de este cuño en Copiapó, aparece la estrella girada con una punta hacia abajo, como en el pentagrama mistérico y no derecha como se observa en la bandera.
El sorprendente triunfo de los constituyentes sobre el Regimiento Buin en la Batalla de Los Loros, cerca de La Serena el 14 de marzo de 1859 y enarbolando esta bandera, hizo creer que los portadores de la estrella azul con estrella dorada iban a avanzar sobre la propia capital chilena.
 
Sin embargo, sucedería que la reorganización militar del Gobierno Central y la ruptura de Gallo con otros liberales debilitaron severamente al movimiento, siendo derrotados por las fuerzas del General Juan Vidaurre-Leal Morla en la Batalla de Cerro Grande durante el mes siguiente.
Con la derrota y el exilio para los antes campantes revolucionarios de Copiapó, la primera época de la bandera atacameña había llegado a su fin.
En años posteriores, algunos poetas simpatizantes de la frustrada Revolución Constituyente le dedicaron algunas líneas a esta aventura, incluyendo loas también al emblema como homenaje, entre ellos el entonces joven Ramón Luis Escuti Orrego con su himno "A la bandera de los Zuavos Constituyentes", leído por propio el autor en Copiapó en los actos de mayo de 1878, que buscaban reunir fondos para financiar un monumento a Gallo:
I

Magnífico estandarte,
purísima bandera,
celeste mensajera
del triunfo liberal!
Justicia es tu baluarte,
tu galardón la gloria,
la redención tu historia,
y unión y libertad!

Inmaculada imagen
de un bello ideal querido,
tesoro bendecido,
¡Coraza del honor!
Del pueblo victorioso
que hoy canta entusiasmado;
¡Oh! Tú, estandarte amado,
arcángel bienhechor!

Memoria palpitante
de un tiempo más glorioso,
sublime cuanto hermoso
recuerdo de otra edad:
Herencia de los libres
espléndida y valiosa
do avara el alma ansiosa
soñó felicidad!

En inmortales himnos,
con bélico ardimiento,
donde el altivo acento
cantará libertad,
alegre te mecías,
y ufana en tu trofeo
en alas del deseo
te vimos tremolar!

Bandera victoriosa,
las brisas celestiales
en pliegues inmortales
tus triunfos grabarán!
Tú has visto entre cañones
desolación y muerte,
más no es morir tu suerte,
porque eres inmortal!

Silbaba el plomo agudo,
gemían los aceros…
¡Acentos plañideros
de angustia y de dolor!
Y de emoción y gloria
brillaba la pupila,
y aérea tú y tranquila
lucias tu esplendor!

¡Oh! dime, tú, bandera,
¡Ah! dime qué sentías…
¡Tal vez te estremecías
de célico placer!
Cuando ¡ay! contra tus hijos,
en férvida batalla,
no pudo la metralla,
ni el despotismo cruel!

El despotismo ¡oh genio
del mal aborrecible!
¡Oh monstruo más terrible
que la ignorancia ruin!
Azote de los pueblos
que ciega el fanatismo,
si en su tremendo abismo
duerme la patria al fin!

Si el libro nos liberta
del ocio, y nos enseña
en página risueña
la luz de la verdad;
también con rudo empeño
a déspotas blasones,
la voz de los cañones
por siempre ahuyentará!
II
Tus hijos, son héroes
del pueblo, que hoy te aclaman,
sus lágrimas derraman
de amor y gratitud;
que al paso de los años
la vida se evapora,
y el pecho gime y llora
su ardiente juventud!

Pasado ese pasado
que en pos vamos dejando,
sonriendo o suspirando
de dicha o de pesar!
En horizonte oscuro
relámpago apagado…
¡Pasado, ese pasado,
estela del mortal!

Sigamos ¡ay! sigamos!
La nave va ligera:
La playa lisonjera
le espera más allá!
Enigma es el futuro
que el porvenir resuelve;
pero se va y no vuelve
perdido el tiempo ya!

Símil de un santo ejemplo
seamos al presente.
Verdad que hable elocuente,
reflejo, al fin, de ayer;
y tú, bandera humilde,
color azul del cielo,
nuestro loable anhelo
cobijarás también!
III

Ayer que un héroe noble,
como ilusión de un día,
en una tumba fría
halló su eternidad:
Cuando inclinó por siempre
su lánguida cabeza,
velaba su tristeza
serena majestad!

Y hoy plácida te miro,
radiante de alegría
como aquel fausto día
de eterna bendición!
Y hoy bulle en nuestras almas
tu misma complacencia,
que es bella la existencia
que vive de tu amor

Magnífico estandarte,
purísima bandera,
celeste mensajera
del triunfo liberal!
Justicia es tu baluarte,
tu galardón la gloria,
la redención tu historia,
y unión y libertad!

La patria hoy te saluda
triunfante y redimida,
cantando en voz sentida
victoria sin igual!
Regocijando el pueblo
te aclama por locura,
bandera noble y pura,
celeste y virginal!

Poeta yo del llanto,
del llanto y los pesares,
te ofrezco mis cantares,
mi acento es para ti!
Más ¡ay! Yo no te brindo
sólo un cantar sombrío
que suerte el brazo mío
te puede alzar feliz!

Tú velarás la gloria
de un héroe, muda enseña
en que la mente sueña
su inmarcesible ideal!
Al viento desplegada
un día yo he de verte
sobre la estatua fuerte
de su inmortalidad!
La Bandera de Chile y la Bandera de Atacama, en el mausoleo de su creador Pedro León Gallo.
Bandera que estaba detrás del monumento a Ignacio Carrera Pinto, en la Alameda.
Muchos veteranos de aquel legendario batallón se reunirían en el Batallón Cívico de Copiapó, y después formarían parte de los gloriosos Batallones Atacama N° 1 y N° 2 durante la Guerra del Pacífico, haciéndose veteranos de dos conflagraciones en sólo 20 años y un poco más. Gallo, en tanto, tras fundar la Asamblea Radical, falleció en diciembre de 1877. Hoy día una bandera chilena y su propia bandera de la Revolución de 1859 flamean en mástiles junto a su mausoleo, en el Cementerio General de Copiapó.
 
Coincidentemente, la bandera atacameña es similar a una de factura posterior y que fue usada durante el período del Estado Libre del Congo, entre 1877 y 1908, y luego bajo la tutela belga antes de la Independencia, entre 1908 y 1960, aunque no hay vínculos entre ambos estandartes, salvo la similitud del diseño. Empero, la célebre bandera de Atacama fue pasando a virtual olvido después de la epopeya de Gallo y sus aliados, convirtiéndose más bien en un objeto pintoresco y de curiosidad histórica.
Tras cumplirse 250 años de la fundación de Copiapó, comenzó a cundir paulatinamente la idea de reponer el símbolo, eventualmente "redescubierto" por la ciudadanía en cuanto a su importancia histórica. Por Resolución N° 79 del Consejo Regional de Atacama del 1° de febrero de 1996, donde se aprueba el Reglamento Regional, se estableció a la misma antigua bandera de Gallo y los Constituyentes como símbolo de la región. Se supone que fue importante la iniciativa del Intendente Eduardo Morales Espinosa en esta gestión, que quedó plasmada allí de la siguiente manera:
Artículo 4°: La bandera de la Región de Atacama posee un campo único de color azul y ostenta en su centro una estrella de color dorado.
La bandera regional deberá ser izada en el edificio sede del Gobierno Regional y en cualquier otro donde éste ejerza sus funciones.
La bandera frente al edificio de la Gobernación Regional de Atacama.
La bandera de Chile escoltada por la de Atacama (a la izquierda) y la de Copiapó (a la derecha), en la fachada del histórico edificio de la Casa de la Cultura de la ciudad.
Al aproximarse el aniversario 150° de la Revolución de los Constituyentes y en plenos preparativos del Bicentenario Nacional de la Independencia, también crecería entre las autoridades regionales la idea destacar como definitivo estandarte de Atacama a la antigua bandera roji-amarilla.
Fue así como, el 5 de enero de 2009, se acordó mantener izada permanentemente la bandera en los municipios y sus dependencias de la Región de Atacama. Se hizo internacionalmente conocida también al año siguiente, cuando se la veía gallarda en lo alto del Campamento Esperanza, durante las operaciones de rescate de los 33 mineros atrapados en la Mina San José.
Hoy, la bandera azul de estrella amarilla aparece por toda la región con altivo orgullo y sin chauvinismos separatistas. Es un emblema de fuerte connotación identitaria, donde se resumen las historias de héroes, epopeyas, mineros y conquista de paisajes agrestes. Copiapó la muestra soberbia en el edificio de la Gobernación, en la Casa de la Cultura e incluso en las ferias que se establecen por la zona centro, pues también ya ha sido clavada en el corazón de la comunidad copiapina.

Comentarios

  1. Mensaje rescatado desde mi blog anterior donde estaba publicado este artículo: Franco Antonio Gonzalez Fortunatti · Follow · Top Commenter · Universidad Bernardo O'Higgins
    la region de atacama es la una de tres regiones de chile que tiene una bandera regional que población regional, la considera como símbolo regional.
    Reply · Like · Follow Post · September 19, 2013 at 1:01pm
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    Germán Marín Cabrera5 de diciembre de 2018, 17:51

    glorioso historia de Atacama y Chile

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