SOBERBIO, CAMBIANTE Y "ERRANTE": EL MONUMENTO DE LORD COCHRANE EN VALPARAÍSO
Coordenadas: 33° 2'38.89"S 71°37'20.74"W
La
deuda chilena con el insigne marino británico Lord Thomas Cochrane
(1775-1860), extensible a las cuentas de Independencia contraídas por
Argentina y Perú, además, probablemente jamás quedará bien saldada, ni
siquiera con este gran monumento de majestuosidad neoclásica y
semejantes dimensiones en Valparaíso. Como suele suceder con los héroes
reales y sus estatuas, el recuerdo y la gratitud se van diluyendo en las
mismas generaciones que viven de su legado; oscureciéndose en el
conocimiento de quienes más se alejan de su tiempo.
Lord
Cochrane, X Conde de Dundonald y Marqués de Maranhãono, en los hechos
fue quien destruyó los bastiones realistas luego de su expedición a
Valdivia, quedando el enemigo reducido sólo a los fuertes de Chiloé
hasta la definitiva incursión de Ramón Freire en la isla. También fue
Cochrane quien posibilitó la ocupación de Lima con sus acciones
militares, así como la salida de las fuerzas leales al Rey desde la
capital peruana, enfrentando los dislates y postergaciones inexplicables
del General José de San Martín. El general argentino, pues, lisonjeaba
su autoestima con el delirante propósito de erigirse como protector vitalicio del ex Virreinato,
ante la manifiesta molestia de Cochrane como expresara éste en sus
famosas memorias, por lo que la ruptura entre ambos en plena campaña,
pudo ser lo que relegó a una dimensión un tanto secundaria la
fundamental labor del almirante británico en la Independencia de
América.
A
pesar de todo, la Armada de Chile ha mantenido especial cuidado en
rendir tributo a la memoria de Lord Cochrane, por su importantísimo
aporte e impulso fundacional a la institución naval, así como su
recuerdo se nos aparece en calles de ciudades chilenas, en el lago y la
localidad que llevan su apellido en Aysén, y monumentos como éste, que
es uno de los más característicos y dignos de postales de Valparaíso. El
puerto principal -debe reconocerse- no olvida a Cochrane, ni el
apoteósico recibimiento que le hiciera a Cochrane al regresar hasta él
en junio de 1822.
Fue
durante la Intendencia de don Francisco Echaurren García-Huidobro
(1824-1909), ex Ministro de Guerra y Marina del Presidente José Joaquín
Pérez, que Valparaíso quiso concretar la construcción de un monumento
propio para Lord Cochrane, inicialmente pensado y concebido como una
estatua de bronce reproduciendo la figura del ilustre marino. Iniciado
en 1870, además, el período de la Intendencia de Echaurren fue
considerado uno de los mejores de su época, por sus capacidades de
organización pública, por sus varias obras y los atributos filantrópicos
que se le reconocían.
El monumento en la Plaza de la Intendencia (hoy Sotomayor), hacia 1880.
La estatua en su primera ubicación (Plaza Sotomayor), hacia 1880-1890.
Imagen del proyecto de la estatua, hacia 1872. Fuente imagen: Memoriachilena.cl
A
diferencia de lo que aseguran algunas fuentes, sin embargo, la
iniciativa por rendir un homenaje a Lord Cochrane en el puerto no había
comenzado con Echaurren, sino más de diez años antes. Sucedió que, hacia
mediados de diciembre de 1860, había llegado a Chile la triste noticia
del fallecimiento de Cochrane, causando gran congoja y motivando de
inmediato la Armada de Chile, a la Municipalidad de Valparaíso y a los
porteños en general, a tratar de erigirle una estatua propia. La
comisión encargada de reunir los fondos necesarios para este propósito
había sido creada hacia 1865, durante la Intendencia de don José Ramón
Lira (1807-1876), también ex Ministro de Guerra y Marina. Probablemente
haya sido el bombardeo de Valparaíso por la flota española, el 31 de
marzo de 1866, lo que dejó frustrada la posibilidad de concretar antes
la construcción del monumento.
El
proyecto se retomó hacia 1871, ya asumido Echaurren. La solicitud de
construcción del monumento se realizó a una casa de Londres, por
contrato con la fundición de George Anderson Lavason, por la suma de
1.350 libras esterlinas. Esto se financió con las campañas de erogación
popular y colectas públicas, en las que los porteños participaron con
gran entusiasmo, según todo indica. También se emitieron medallas
conmemorativas con la imagen del monumento rodeado por la inscripción "Erigida en 1873 por suscripción popular"; y, por la cara opuesta, el mensaje: "A Cochrane el pueblo de Valparaíso".
Así
anunciaba el boletín cronístico de "La Estrella de Chile" del 2 de
febrero de ese año, con la redacción de Zorobabel Rodríguez, la
proximidad de la inauguración de la obra, reflejando la gran expectación
popular que provocaba su descubrimiento:
En
pocos días más se erigirá en el primer puerto de Chile la estatua del
primer marino de la escuadra chilena. La severa figura de lord Cochrane
será descubierta el 12 de febrero, y el pueblo aplaudirá la imagen del
héroe, como aplaudió al héroe el 9 de noviembre de 1818, cuando pisó por
primera vez las playas da Chile en deseos de pagar con hazañas aquellos
alentadores aplausos.
La estatua con decoración de las celebraciones.
Proyecto de la medalla conmemorativa, extendida en la inauguración del monumento.
De
esta manera, la imagen fue inaugurada en la Plaza Sotomayor, por
entonces llamada Plaza de la Intendencia, el 12 de febrero de 1873,
entre calles Cochrane y Serrano, casi enfrente del edificio del Cuerpo
de Bomberos de Valparaíso.
Se
decretó feriado en la ciudad aquel día y se develó la estatua en un
gran acto público, en el que estuvieron presentes el Presidente de la
República don Federico Errázuriz Zañartu, el Primer Alcalde don Juan de
Dios Arlegui, el Comandante en Jefe de la Escuadra Nacional don Juan
Williams Rebolledo, el Ministro de Guerra y futuro Presidente don Aníbal
Pinto Garmendia; entre los oradores participaron Benjamín Vicuña
Mackenna y otros intelectuales, además de hacerse presente un bisnieto
de Lord Cochrane. Hubo banda de guerra, tiros de salvas, invitados
nacionales y extranjeros y una muchedumbre entusiasmada con el evento,
pues se trataba del primer monumento importante de la ciudad de
Valparaíso.
La
estatua representaba a Cochrane en una elegante posición de alerta u
observación, mirando al horizonte con alguna expectación, mientras su
mano sostiene un catalejo que parece haber bajado recién de su ojo.
Tiene un claro parecido a la posterior estatua de Carlos Condell,
ubicada junto a la Plaza Aníbal Pinto.
Curiosamente, sin embargo, Vicuña Mackenna dijo después de ella, con
algo de sarcasmo, que la posición de Cochrane le sugería estar
ejecutando alguna clase de danza. Un sabe cuelga en su costado
izquierdo, sobre su cadera y pierna, pieza que ha sido vandalizada en
alguna ocasión. Estaba sobre un pedestal de granito montado sobre una
plataforma sólida rodeada por bolardos encadenados.
Aspecto del monumento en su ubicación definitiva de avenida Brasil, antes de la construcción de la fuente a sus pies.
Las
efemérides relativas a la Independencia y a la propia vida de Lord
Cochrane, eran celebradas en el monumento, con actos de la Armada y la
Intendencia, además de las ofrendas florales. Llama la atención que
estaba encima del sector de la plaza en donde yacía sepultada la quilla
del primer buque "Esmeralda" de la Armada de Chile, capturado
precisamente por Cochrane en 1820, y que reapareció en trabajos del año
1998 junto a la base del antiguo monumento, convirtiéndose así ese
espacio subterráneo en un museo de sitio.
Sin embargo, en 1895, la estatua fue sacada del pedestal de la plaza y trasladada hasta la Gran Avenida de
Valparaíso, vía correspondiente a la actual Avenida Brasil. Esto se
hizo en momentos en que se concretaba el mejoramiento y ampliación de
dicha avenida dentro de la ciudad. La estatua de bronce, de esta forma,
fue montada ahora sobre un pedestal de mayores dimensiones y acabado más
artístico, en la llamada Plaza Bellavista, entre la calles Bellavista y
Pudeto. Se podía leer por los costados de esa misma basa: "Cochrane - 1873", "Esmeralda - 5 de noviembre de 1820", "Valdivia - 20 de febrero de 1820" y "Callao - 1819".
Muchos
quedaron complacidos con esta modificación y ubicación, acaso todos,
incluso el inconformista Joaquín Edwards Bello, que llegó a decir de
ella: "El monumento más hermoso de este puerto y uno de los mejores de Chile es el de Lord Cochrane, en la Gran Avenida".
La
intención del traslado, por cierto, parece haber sido devolverle al
monumento un lugar destacado, ya que había perdido protagonismo en la
Plaza Sotomayor tras la construcción de la gran Cripta de los Héroes de
Iquique.
Sin
embargo, en principio estuvo en esta nueva ubicación de calle Brasil
mirando hacia el Norte, situación que fue modificada en trabajos
realizados a partir de 1917 y hasta fines de 1918, en los que se volteó
el conjunto para que mirara ahora hacia el Poniente y se modificó la
columna del mismo, siendo reemplazada por un obelisco. Es la disposición
que conserva hasta ahora.
En
aquella reinauguración, realizada el 22 de diciembre de 1918,
estuvieron presentes autoridades civiles, militares, representantes
británicos y miembros de esta colectividad residentes en Valparaíso. El
acto se realizó conmemorando el centenario desde que Cochrane tomara el
mando de la Escuadra de Chile, y el orador principal del encuentro fue
el Contraalmirante Luis Gómez Carreño, a la sazón Presidente del Comité
Pro Centenario de Lord Cochrane en Chile. En su artículo "Recuerdo del
Centenario de Lord Cochrane en Chile", publicado en 1992 en la "Revista
de Marina", el Vicealmirante Guillermo Barros González recupera las
palabras finales de Gómez Carreño, durante aquella ceremonia:
Por
eso, en el día de hoy el pueblo de Valparaíso y con él cuatro millones
de chilenos reúnen sus almas al pie de este monumento para rendir a Lord
Cochrane el tributo de su gratitud.
Esa
corona de hojas de encina y de laurel, símbolos de la fuerza y de la
gloria, es -en estos momentos- la más sincera expresión de nuestros
sentimientos hacia el ilustre Almirante que organizó nuestra primera
escuadra, y hacia el Reino Unido.
Señor
Ministro Plenipotenciario de su Majestad Británica; Señores miembros de
la colectividad británica: Como conciudadanos de Lord Tomás Alejandro
Cochrane, Conde de Dundonald, aceptad de la Marina y del pueblo de Chile
este homenaje rendido a la memoria de uno de los más preclaros
Almirantes de la marina de Inglaterra y llevad a vuestros lejanos
hogares el eco de esta fiesta cívica, en que todo el pueblo se descubre
respetuoso para glorificar al más genial de los marinos, al más valiente
de los soldados y al más intachable de los caballeros que puso su
espada al servicio de la causa de nuestra independencia.
He dicho.
A
todo esto, la firma del maestro escultor español Antonio Coll y Pi se
puede observar aún en el pedestal de granito y la caliza, en los frisos
de bronce ubicados en su plinto, reproduciendo en relieves la escena de
Cochrane tomando el mando de la Escuadra, del asalto a los fuertes
realistas de Valdivia y de la captura de la "Esmeralda". El mismo autor
trabajó en el Monumento a Manuel Blanco Encalada que también existe en
el puerto, cercano al de Lord Cochrane y construido también en 1917.
Sin
embargo, lo que vemos hoy en el monumento a Cochrane es el resultado
otras grandes intervenciones que modificaron su aspecto original. Una de
ellas concluida hacia el año 192o, le agregó al conjunto la proa
metálica hoy ubicada dentro de la fuente de aguas de la base, pero
entonces sobre un jardín o plazoleta circular que rodeaba a todo el
monumento. La proa se dispuso enfrente de la estatua del homenajeado y
abajo de la inscripción "Lord Cochrane" del mismo monumento, en su cara frontal.
En
aquella ocasión, se terminó también el alto obelisco levantado a
espaldas del almirante de bronce, formando parte del mismo conjunto
sobre una fuente con más de 10 metros de altura, con los relieves de los
costados y atrás.
Posteriormente,
con motivo de la visita del Príncipe de Gales, Eduardo de Windsor, en
septiembre de 1925, se realizaron nuevas intervenciones en el monumento,
dejando el pedestal tal como se lo puede ver en nuestros días, sobre la
fuente alimentada con aguas que salen desde la boca de grutescos con
rostros de leones, en una plazoleta propia. Así fue reinaugurado en
1926, con los blasones de los escudos de Chile y de Gran Bretaña.
Otro
blasón de bronce colocado en la parte posterior, fue depositado en el
monumento por el Capitán W. S. Leveson Gower, con ocasión de la llegada
al puerto de los cruceros británicos "Cornwall" y "Colombo", en 1928.
Conmemorando la anterior visita del Príncipe de Gales, se lee la
siguiente cita, hecha por él en el acorazado "Almirante Latorre" el 12
de septiembre de 1925, e inmortalizada en esta pieza:
El
gran Almirante Cochrane, hablando de la Batalla de Valdivia dijo: "Nunca he visto mayor coraje que el demostrado por mis valientes
camaradas", y del valor, no ha existido mejor juez que él.
El
conjunto resistió los terremotos de 1965, 1971, 1981 y 1985, demandando
sólo algunas reparaciones y restauraciones menores. Su fuente fue
secándose por algunos períodos y la vejez le trazó algunas grietas, en
este tramo de años. Pese a todo, era un monumento en bastante buen
estado, comparados con otros de la ciudad.
Durante
el año 2002 recibe retoques y otras reparaciones, ya que había algunos
daños especialmente en el sector bajo del mismo, además de los
infaltables ataques con pintura aerosol. También se rehizo en piedra la
taza de la pileta. Sin embargo, producto del terremoto 2010, el obelisco
sufrió una fractura hacia su parte central, la que fue creciendo hasta
provocar un leve desplazamiento, que ha alertado ya a algunos porteños.
También se observa una fisura en una de las piernas del héroe, por lo
que no vendría nada de mal una nueva intervención que mejore su aspecto y
asegure su resistencia.
Mensajes recuperados desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarUnknown18 de enero de 2018, 23:56
Excelente, no tenía idea quién era Lord Cochrane, gracias
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Araht Frez, Noemí Mura, Bárbara Toro y Camila Valdebenito24 de septiembre de 2020, 23:22
que sentimientos,emociones e ideas provoco este monumento?
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s2cerfogli29 de octubre de 2020, 14:55
Como siempre, los mejores, más completos y más imparciales artículos escritos sobre el pasado de Chile; mis felicitaciones y admiración. Favor, siga escribiendo.
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