RUINAS CON MUCHA HISTORIA DEL ANTIGUO HOSPITAL DE ANGOL
Imagen del edificio y su patio, en archivos del Consejo de Monumentos Nacionales.
Coordenadas: 37°47'44.2"S 72°42'19.7"W
Junto
al actual Hospital de Angol, en la Provincia del Malleco de la Región
de la Araucanía, hay un ruinoso pabellón que llama la atención de los
afuerinos de visita o de paso por aquella localidad, en las cercanías
del río Rehue y del centro histórico. Está situado en el cruce de
Ilabaca con Colipi, y a sus espaldas está el moderno Centro de Salud
Piedra del Águila, por calle Cautín.
Son
dos pisos de sencillo diseño institucional distribuidos en una planta
tipo H, con la línea horizontal descendida hacia el Sur. Con grandes
ventanales de influencia neoclásica y marcos complejos, en su patio
principal, hacia el Norte, al centro, se eleva aún una hermosa palmera,
entre lo que fueron antes los bellos jardines interiores del recinto, de
los que quedan también algunos árboles. El resto del paisaje de este
lugar luce más bien estéril en algunos períodos, casi eriazo,
principalmente por el abandono en que se encuentra desde hace años.
Como
suele suceder con estos edificios antiguos y deshabitados, en donde
sólo moran palomas y fantasmas de su propia historia, hay algo casi
siniestro en él, más aún cuando ofrece marcas de un pasado incendio, de
terremotos y de algunas intervenciones imprudentes que han hecho los
intrusos que constantemente entran al recinto, saltando o levantando las
rejas que intentan protegerlo por casi toda su esquina.
La
historia de este gran inmueble comienza en los días de la Guerra del
Pacífico, con el empresario y político liberal José Bunster Bunster,
oriundo de Tiltil pero a la sazón viviendo en Malleco para reactivar
antiguos negocios agrícolas y explotar campos de trigo. Fue el fundador
del primer banco de lo que hoy es la Región de la Araucanía, en junio de
1882: el Banco José Bunster. Sólo dos años después, realizó una
millonaria donación para la construcción del primer Hospital Civil de
Angol, en lo que daría origen al mismo edificio de nuestra atención.
Bunster,
que había sido alcalde de Angol entre 1873 y 1875, ha sido una figura
esencialmente contradictoria ante el juicio histórico regional: por un
lado, colaboró en el desplazamiento de los indígenas sureños y la
Pacificación de la Araucanía, pero por otro creó para aquellas familias
grandes posibilidades de trabajo en sus muchos fundos agrícolas,
molinos, aserraderos, barracas y hasta construcción de tramos
ferroviarios. Así, para cuando dona parte de su fortuna destinándola a
la construcción del hospital en 1884, el empresario y futuro senador ya
era el principal productor nacional de cereales, alcanzando la mitad de
la producción nacional y colaborando mucho en el rápido aumento de la
población angolina.
El
hospital el construcción con los dineros de Bunster, debía acoger a la
institución anterior que, desde 1880, era llamada la Hospedería, con
servicios hospitalarios precarios. El único servicio de hospital
anterior de Angol era de carácter militar, y había sido puesto en marcha
a inicios de 1865, no pudiendo albergar a más de 10 enfermos por mes.
Aquellos
problemas, sumados al progresivo aumento poblacional de la zona, habían
motivado a sus habitantes a iniciar una campaña desde 1883, solicitando
la construcción de un hospital suficientemente grande para la demanda
de camas y atenciones. Bunster, por supuesto, respondió a estas
urgencias, como uno de los grandes responsables y a la vez beneficiados
por esta crecida de pobladores locales.
Tras
inaugurarse el nuevo conjunto hospitalario, el 3 de agosto de 1884, fue
llamado inicialmente Hospital San José y Hospital de la Caridad, a
cargo de las Monjas de la Inmaculada Concepción. Luego, pasó a ser el
Hospital de la Beneficencia de Angol, u Hospital de Angol, más
sencillamente. Se había establecido en un terreno del sector al Norte
del río Rehue, en donde actualmente pueden verse su vetusto edificio.
De
sólida construcción en albañilería de ladrillo y hormigón armado, sus
líneas de arquitectura eran esencialmente racionalistas y muy
funcionales. Sus pasillos y salas interiores son de pisos de madera y
algunos de baldosas. Originalmente, sin embargo, todo el inmueble era de
un piso, con algo del aspecto de las viejas casonas solariegas, ya que
el segundo nivel se levanta a inicios del siglo siguiente.
La
información institucional del actual Hospital Mauricio Heyermann de
Angol, señala que en 1902 se agregó el segundo piso al primer edificio,
adoptando la altura y aspecto más imponente de sus fachadas.
Intervenciones posteriores parecen haberle dejado marcas más propias del
modernismo y del art decó, aunque tenues, siempre dentro de su
sencillez, simetría y geométrica. No hemos podido averiguar la
antigüedad de las planchas de fierro galvanizado que forman la
techumbre, en dos aguas y soportada por gruesas vigas de madera
internas.
La
importancia de este hospital quedó confirmada casi desde entregado a la
comunidad. A pocos años de ser inaugurado, por ejemplo, una grave
epidemia de cólera llegó hasta la Araucanía, entre noviembre de 1887 y
mayo de 1888, según la ficha del Consejo de Monumentos Nacionales. El
recinto se lució sirviendo para la medicina en el combate de este
flagelo dentro de la provincia, demostrando lo visionario y precavido
que se había sido al permitir este enorme avance para la sanidad de la
época, facilitando hacerle frente a esta plaga y también a la temida
difteria, poco después. Lo mismo sucedería con el brote de tifus que
azotará años más tarde a Angol, en 1920. Del mismo modo, varios de los
heridos en el terremoto del 19 de abril de 1949 serían atendidos allí,
recibiendo la zona una visita del propio Presidente de la República,
Gabriel González Videla, que llegó a la región a recorrer los albergues y
centros de atención.
El
año 1944, en tanto, había llegado hasta Angol el querido y reputado Dr.
Mauricio Heyermann Torres, conocido para la posteridad como "el médico
de los pobres". Se desempeñó en este recinto por largos años, dejando
una importante e imborrable huella en la historia de la medicina y la
sociedad angolinas. Sin embargo, ya entonces el hospital estaba quedando
pequeño para las necesidades que debía cubrir, por lo que se hacía
urgente la construcción de un moderno nuevo edificio, en la manzana
situada justo al lado del antiguo. La primera piedra de este proyecto se
colocó en 1962, pero tardando casi diez años más en quedar concluido.
El
antiguo Hospital de Angol estuvo en plenas funciones hasta abril del
año 1971, cuando casi toda su actividad se trasladó hasta el flamante y
moderno Hospital Regional, su vecino recién inaugurado, por fin
terminado en la cuadra vecina y que llevará el nombre del ilustre doctor
Mauricio Heyermann después del fallecimiento de éste, en 1976.
Llamado
desde entonces como el Hospital Viejo, el pabellón antiguo se mantuvo
algún tiempo más en actividades menores, acogiendo también centros
sociales ligados al mismo hospital, como el Club de Diabéticos de Angol
fundado en 1975 y con personalidad jurídica desde 1996.
Sin
embargo, un fuerte sismo ocurrido a mediados de los setenta obligó a
reparar parte del edificio del nuevo edificio, por lo que algunas
funciones retornaron provisoriamente al antiguo. Todavía en los noventa y
alguna parte de la década siguiente, permaneció sirviendo a ciertas
áreas como las señaladas, de hecho.
Por
Decreto Exento N° 668 del 26 de marzo de 2007, el ex Hospital de Angol
fue declarado Monumento Histórico Nacional, como reconocimiento a sus
valores para la historia patrimonial y médica de la ciudad de Angol y de
toda la Provincia del Malleco. Desde entonces, ha rondado la idea y
esperanza de un plan de recuperación y restauración del edificio,
postergada por las acciones conspirativas de la naturaleza y los
hombres, como suele suceder en nuestro país.
La
declaratoria, por lo tanto, no ha bastado para asegurar la buena
preservación de estas históricas ruinas: como sucede con muchos otros
monumentos nacionales, las fuerzas telúricas y las irresponsabilidades
humanas se han encargado de continuar con su proceso de decadencia, con
poca piedad. Los grandes daños causados por el terremoto del 27 de
febrero de 2010, obligaron a consumar su total cierre y desalojo. De
hecho, el terremoto causó graves daños también en el hospital más nuevo,
otra vez perturbando sus normales funciones por un tiempo.
Desde
entonces, sus restos abandonados del Hospital Viejo se han ido
deteriorando y oscureciendo más y más, junto con sus miles de historias y
recuerdos de la ciencia médica en la Araucanía. Aún permanece así,
expuesto a la acción inclemente de los elementos, lluvia y Sol.
Un
amago de incendio dejó sus huellas de hollín y vigas quemadas en el ala
izquierda de la fachada hacia Ilabaca, la noche del 2 de diciembre de
2017. El rápido control de las llamas por parte de los bomberos de la
ciudad, permitió que el edificio no se perdiese hecho humo, pero el
problema permanece latente. Claramente, fueron intrusos de mala vida que
ingresan al recinto durante las noches, los responsables de aquel
incendio.
Ese
mismo año, había sido traspasada la propiedad desde el Servicio de
Salud de la Araucanía a la administración de la Municipalidad de Angol,
la que ha alegado no contar con la cantidad de recursos necesarios para
recuperar el edificio y reponerlo en alguna forma de uso útil a la
comunidad. Mientras tanto, el tiempo pasa, arrojando más amenazas y
peligros sobre la conservación del monumento histórico.
Por
la descrita razón, el edificio en ruinas pide a gritos su restauración
para la ciudadanía, habiendo algunas tentativas e ideas interesantes al
respecto, pero hasta ahora nada que asegure el inicio de aquella etapa
que tantos habitantes de Angol desearían.
Comentarios recuperados desde el primer lugar en que fuera publicado este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarLuis Gallardo Villalobos16 de marzo de 2019, 23:20
Buenisima publicación y contenido!
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Carlos Sáenz29 de marzo de 2019, 18:30
Triste destino de muchos Monumentos Históricos Nacionales, que son entregados para su conservación y mantención a las Municipalidades y muchas de estas no tienen los recursos para su cuidado.
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Unknown8 de julio de 2019, 20:31
yo recuerdo ese hospital
un día los soñe y encontraba los mismo estaba adentro en la parte de arriba
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