LUCES CON HISTORIA: EL FARO DE LA EX ISLA SERRANO
Coordenadas: 20°12'27.43"S 70° 9'37.44"W
Llamado
también Faro Serrano, Faro Antiguo, Faro de Iquique y Faro Peruano, la alta
estructura de módulos cilíndricos en la norma de colores rojos y blancos es uno de los
símbolos más potentes del Iquique visto desde el mar, a mirada de marinero,
además de ser una marca inconfundible de sus principales instalaciones
portuarias. Infelizmente, esta estilizada lámpara de 22 metros se encuentra
totalmente marginada de la posibilidad de que hombres comunes y corrientes
puedan visitarla y admirarla de cerca, secuestrada entre instalaciones
estatales y particulares del servicio de puerto.
Por
singular ironía de la historia, los peruanos prácticamente terminaron
construyendo el faro para los chilenos, quienes quedamos en poder de Iquique
en la Guerra del Pacífico al poco tiempo después de inaugurado. De hecho,
fue en los primeros días de abril de 1880, cuando Iquique ya estaba en manos
de Chile, que el faro comenzó a ser encendido de manera regular, aunque por
su construcción en los tiempos del Perú y quizás también por sus señalados actuales
colores rojo-blancos, es llamado por algunos como el Faro Peruano, como
vimos más arriba. En su época, tuvo un importante papel haciendo más segura
la navegación de los cargueros vinculados a la industria salitrera de
aquellos años.
El origen
de este faro se encuentra en un proyecto de 1875, implementado por el
Gobierno de Perú para construir varios aparatos de este tipo en las costas
del país y que coincide también con otros mejoramientos de infraestructura
portuaria y grandes intervenciones de la Presidencia de Pardo sobre la
industria salitrera de Tarapacá, sostenidos en gran parte con millonarios
empréstitos de la Casa Dreyfus e inversionistas de la Banca Francesa. La
confección de estos faros quedó encargada, entonces, a la metalúrgica
industrial Barbier et Fenestre de París, con gestiones comerciales
realizadas por el intermediario francés L. V. de Champeaux, que a la sazón
se encontraba residiendo en Lima.
Ilustración del faro en 1880, por el Capitán
Vidal Gormaz.
Izquierda: imagen de la ficha del Consejo de Monumentos
Nacionales. Derecha: imagen en el panel de Información
Turística del Monumento al Marino Desconocido.
En el
caso del faro que debía ser colocado en la Isla Blanca o Isla Iquique, como
fue llamada antes de ser nuestra Isla Serrano, se escogió un montículo
rocoso para el lugar donde montar la sólida estructura, hacia lo que
entonces era el sector cercano al centro de la misma y junto a los antiguos
fuertes militares, según se confirma en los planos antiguos, aunque la
mayoría de las referencias literarias señalan hoy su posición al NE, cercano
a la punta interior del ex islote convertido en península.
El faro
fue inaugurado en 1878, como dijimos a pocos meses del estallido de la
Guerra del Pacífico que iba a comprometer muy especialmente a este puerto
tarapaqueño a partir de 1879, especialmente con la doble epopeya de la
"Esmeralda" y la "Covadonga", siendo ocupado definitivamente por las fuerzas
chilenas ese año. Cuando el Capitán de Navío don Francisco Vidal Gormaz
emite su conocido "Estudio del Puerto de Iquique" en 1880 por encargo del
Estado de Chile, proporciona la siguiente descripción del flamante faro en
la isla, del que también hace un pequeño boceto gráfico revelándonos su
aspecto antiguo y original:
El faro de la isla está soportado por una columna cilíndrica de fierro,
afianzada por cuatro tirantes del mismo metal, que garantizan su solidez
contra los temblores de tierra. La cúpula es de mayor diámetro que la
torre y contiene un aparato lenticular de 3er orden, de luz fija blanca,
variada por destellos de 30 en 30 segundos.
Todo el aparato está pintado de blanco. La altura de la luz sobre el
nivel del mar es de 30 metros y de 22 sobre el terreno en que descansa
la torre. El alcance medio de la luz es de 20 millas y alumbra un sector
de 180°.
La
casa de los guardianes es de madera, de un solo piso, y pintada de color
cáscara: se halla 25 metros al NNO del faro...
A
mayor
abundamiento, el faro de segmentos de hierro ensamblados y con tirantes
fue
diseñado en el estilo francés que se usaba en estas estructuras durante
el más victoriano período del siglo XIX, bajo influjo también de lo
que iba a ser después la influyente
escuela arquitectónica del armado mecano que gradúa su maestría con
Eiffel. Tiene mucha semejanza con otras célebres estructuras de este
tipo en el mundo, como el Faro Sanibel de Cape Coral, en Florida o el
Faro Campen en Emden, Alemania. Se asciende por una escala caracol
interior a la lámpara, que contaba en sus
inicios con un mecanismo de rotación total y que le permitía cubrir el
espectro completo en un giro de 180°. Para mantener viva la luz, se
valía
originalmente de una sistema de aceite, que más tarde fue reemplazado
por
uno de acetileno.
El
escritor Francisco Javier Ovalle proporciona su propia descripción con
detalles sobre este faro hacia inicios de la siguiente centuria, en su libro
"La ciudad de Iquique" de 1908:
El faro es de tercer orden; nos aproximamos hacia él con el objeto de
visitarlo. Una pequeña puerta en forma de barriga se abre súbitamente y
nos muestra la estrecha y caracoleada escalera que conduce a él, la cual
posee noventa y cuatro peldaños. Terminado el ascenso de los peldaños,
que es bastante incómodo, nos encontramos con un descanso en el que se
halla instalada la máquina que hace girar la "cúpula", de cristal de
roca que guía a los navegantes. Dicha "cúpula", se encuentra todavía,
mucho más arriba. En este punto, las ventanas del faro no tienen rejas,
sino lisa y llanamente un vidrio que durante el día se cubre con
cortinas de lienzo. No pueden tener rejas estas ventanas, porque los
navegantes no podrían dominar la luz del faro sin interrupción. El
cuerpo se estremece de terror al mirar hacia abajo y ver la inseguridad
que nos ofrecen las ventanas sin balcón. El guardia del faro es don
Benedicto Ortiz, muy competente en esta ciencia y que ha tenido igual
puesto en otras islas de nuestro territorio. La oficina meteorológica
que corre a su cargo, está muy bien servida.
Tras el
traspaso al sistema de gas de acetileno en 1918 y sucesivas ampliaciones de
su alcance de luz, el faro continuó funcionando y prestando valiosos
servicios para la navegación local, hasta cuando comenzó la construcción del
molo y el terraplén que unieron la Isla Serrano al continente y que
transformaron definitivamente al puerto en lo que ahora conocemos. El cese
de sus operaciones sucedió a consecuencia de lo mismo, en 1946, cuando se
ponen en marcha los faros automatizados del Puerto de Iquique y más al Sur
el de Punta Gruesa. Largo tiempo permanecería apagado el viejo faro, erigido
más como un recuerdo que como una herramienta, allí cerca de las
instalaciones del Regimiento de Costa N° 1 Almirante Lynch, en donde ahora
se encuentran servicios portuarios de administración estatal.
Aunque
hoy hay claras diferencias en la parte alta del faro con respecto a cómo
lucía en sus primeros años, como el cambio de la cúpula que hacía el remate
de la estructura y la incorporación de barandales dando la vuelta alrededor
del sector de la linterna, éste es uno de los pocos faros de estilo francés
con tirantes que se conservan en tan buen estado en el mundo. Por estas
razones y por su innegable valor patrimonial, por el Decreto Supremo N° 138
del 10 de abril de 1986 del Ministerio de Educación, el Faro Serrano de
Iquique fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Pocos
años después, en 1993, fue objeto de un gran trabajo de restauración que
volvió a dejarlo operativo y totalmente automatizado, entrando así en nuevos
servicios dos años más tarde, con su mantenimiento encargado al Servicio de
Señalización Marítima de la Armada de Chile. Su luz de haz blanco emite
actualmente un destello rítmico, cada 12 segundos, con un alcance de unas 15
a 20 millas náuticas. Figura con el código G1974.3 en el catálogo
internacional Admiralty.
Desgraciadamente, el Faro Serrano permanece celosamente aislado de
visitantes y de curiosos, allá dentro de las instalaciones de la empresa
portuaria encargada del Terminal El Molo. Es extraño confirmar cómo un
tesoro de este tipo se halla virtualmente secuestrado por una administración
portuaria más o menos desde 1998, empresa cuya seguridad parece tener una
profunda frustración de no estar trabajando para el "Área 51" más que para
una mera instalación portuaria. Ni siquiera en la celebración del Día del
Patrimonio se ha abierto al público la posibilidad de acercarse a este
Monumento Histórico Nacional, resistencia que ojala sea revisada a futuro,
para que iquiqueños y turistas puedan conocer o relacionarse mejor con este
verdadero tesoro histórico enclavado en la ex Isla de Iquique.
NOTA ESPECIAL: Por fin, el 1° de
noviembre de 2013, pude tener acceso a este faro gracias a que las
instalaciones portuarias de este lado de la isla estuvieron abiertas al
público para la realización de un gran remate. Tomé estas fotografías
que aquí
publico del Monumento Histórico Nacional, aunque también debí soportar
que
un guardia llegara velozmente haciendo piruetas en una camioneta de
seguridad y exigiendo con poca diplomacia, a mí y a mis
acompañantes, salir inmediatamente de esa zona (otra vez el complejo de
"Área 51"), a pesar de que nada decía que era de paso restringido y de
que había otras personas -también asistentes al remate- tomando
fotografías muy cerca de allí. Confirmo
que el faro está en un sector convertido en meros estacionamientos de
vehículos e injustamente apartado de la posibilidad de que el público
visite
legítimamente algo que, en gran parte, recibiría -en teoría- mantención
y protección con
dineros de todos los contribuyentes por su sola condición de Monumento
Histórico Nacional.
Comentario recuperado desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarJuana Matcovich9 de diciembre de 2016, 10:41
me encantó el artículo, bellas fotos, es una figura histórica en nuestro hermoso Iquique. Gracias