"LA SILLA DEL PRESIDENTE": UNA LEYENDA QUE YA SE CONVIERTE EN LEYENDA

 
Coordenadas: 41°25'4.56"S 72°54'53.02"W
En el Camino Viejo o Ruta V-505 de Puerto Varas y Puerto Montt, hacia la proximidad ciudad de Alerce en el sector de La Vara y poco antes del puente, hay un enorme tocón de alerce que yace allí talado desde el siglo XIX, probablemente desde los inicios de la ciudad, siendo llamado "La Silla del Presidente".
Ubicado en un terreno propietado en nuestros días por don Jaime Batsch, a unos 7 kilómetros de Puerto Montt y a cerca de 3 de Alerce Viejo, se lo encuentra sin indicaciones que lo dignifiquen o destaquen en el paisaje. Los habitantes locales aseguraban antaño que sobre este tronco se había detenido a descansar el Presidente Montt, aunque no siempre está claro cuál de los tres mandatarios de aquella familia fue. De ahí el curioso nombre.
El alerce, una Fitzroya cupressoides, era enorme: el tronco tenía una circunferencia de 14 metros, pero no era único, pues la zona estaba llena de milenarios otros alerces de este tipo que fueron talados en la conquista de los territorios y la construcción de caminos y de líneas férreas. La ruta donde se encuentra hoy está pavimentada, pero antes era un viejo sendero de maicillo y piedra. Se puede ver al monstruoso tronco exactamente al lado del mismo, parcialmente tapado por un árbol si se lo mira desde el Sur de la carretera. Se calcula que tenía más de 2.000 años de antigüedad; hasta 3.4oo según algunos.
Las fotografías antiguas que existen del colosal tronco y que reproduzco acá, parecen corresponder a fines del siglo XIX y otras hacia el año 1910. En esta última aparecerían cinco profesores de la Universidad de Chile con sus colaboradores, según se el texto "Puerto Varas: 130 años de historia, 1852-1983", de Enrique Kinzel K. y Bernardo Horn K. El tronco es mencionado también en el volumen 10 del "Boletín del Museo Nacional de Chile", de 1917, donde se advierte sin embargo, de lo quebradizo que era la madera que le quedaba a su estructura parecida a un cono.
El tocón gigante hacia 1893 (fuente imagen: Panoramio horacioparrague).
Otra imagen de la misma época (fuente imagen: Panoramio horacioparrague).
Imagen tomada hacia 1910, con el aspecto que tenía entonces el gran tocón de alerce.
Presidente Jorge Montt Álvarez (1845-1922).
Sin embargo, la historia de su encuentro con un presidente tiene más de una versión... Esto cuando existe algo que escuchar, pues muchos parecen haber olvidado ya en Puerto Montt y Puerto Varas la existencia de este tocón de alerce, con la fama de haber recibido las aristocráticas e ilustres posaderas de un Montt encima.
De acuerdo a lo expuesto en el libro "Puerto Montt: crónicas y testimonios de 150 años", del padre Eduardo Tampe, fue el presidente Pedro Montt el que se sentó allí, aunque la fecha que proporciona no puede ser correcta si tal fuera el personaje: 18 de febrero de 1893, mientras que don Pedro gobernó de 1906 a 1910. Otras fuentes mencionan también a Pedro Montt pero sin indicar fechas, como los manuales turísticos "Guía de viajes Bancosorno" de los ochenta y "Turistel" de los noventa y década siguiente, además de algunos portales de internet invitando a conocer la región. Se agrega que la visita presidencial tuvo lugar cuando estaban mirando los avances de la construcción del ferrocarril longitudinal. No olvidar, además, que este lugar del tocón gigante queda cerca de la Estación Alerce.
A quien se están refiriendo  en realidad autores como el padre Tampe es a don Jorge Montt Álvarez, presidente de Chile después de la Guerra Civil. Como se sabe que este fue el primer mandatario en realizar una visita oficial a Puerto Montt, de modo que quienes podían haberse sentado en el famoso tronco habrían sido él y su equipo de acompañantes de aquel año de 1893. Esto es lo que sostiene, por ejemplo, el profesor de historia don Juan Carlos Velázquez, en sus columnas para el diario "El Llanquihue". La relación del nombre y la historia original de la ciudad con don Manuel Montt, sin embargo, pudo inducir a las confusiones.
 A mayor abundamiento, si nos guiamos por los libros la creencia según es descrita por Oreste Plath en "Geografía del mito y la leyenda chilenos", dice que sobre "La Silla del Presidente" se habría sentado don Manuel Montt, mandatario de 1851 a 1861 e impulsor de la fundación del puerto con su apellido. En una visita realizada en pleno período de la colonización alemana del territorio, "viose necesitado de hacer descanso en este sacrificado viaje, sentándose en el referido tronco". Algo parecido dicen Kinzel y Horn sobre la leyenda. 
Como sea, a pesar de la solemnidad que se dio al árbol muerto con tan pomposo nombre, es curioso que la comitiva de Montt habría puesto este apodo en forma jocosa al tronco, quizá porque su forma también era parecida a la del trono de un gigante, muy ostentoso. Sin embargo, popularmente quedó con este nombre, recordándosela así a perpetuidad.
Vista actual del tocón junto a la carretera (Fuente: diario digital El Repuertero).
Tal como se veía hasta hace pocos años (Fuente: Panoramio jack-ripper).

El tocón, en un nublado día del verano de 2022.

Interior del tocón, revelando lo poco que queda del mismo.

Cartel informativo dispuesto para los visitantes que van de sur a norte.

Vista del tronco desde la parte posterior, junto a la ruta.
Pues bien: se ha asociado tradicionalmente a "La Silla del Presidente" de la leyenda con el descrito tronco de alerce del sector La Vara, en el Camino Viejo. Sesiones de la Cámara Baja realizadas en 1972 y en las que se proponía el hermoseamiento de este lugar y otros atractivos de esta ruta interior, también sugerían que este tocón era el original donde se habría sentado Montt. Hasta donde sé, no parece haber duda de que corresponde a tal.
Empero, aunque la actual "Silla del Presidente" con su tronco hueco debe ser sin duda el tocón más grande de toda esta zona (y de todos los conocidos, aseguran algunos), cuesta caer en total convencimiento -o resignación- de que este sea efectivamente, el mismo que aparece en fotografías antiguas señalado como tal: se puede atribuir su notorio menor tamaño actual a la erosión ambiental y la acción de los matorrales que suelen crecer con insistencia sobre el mismo, aunque cabe recordar que este lugar estuvo lleno de árboles similares, extraordinariamente viejos y grandes, en un bosque tristemente desaparecido. El tocón es lo último que puede quedar de aquella generación ancestral de alerces que había entre el Lago Llanquihue y el Estuario del Reloncaví, por donde ahora va la ruta. 
Por más que miro y comparo las fotografías antiguas con el actual tronco, además, me parece que las proporciones de este último son escalofriantemente menores. Las dudas me surgen también de ciertos documentos como el "Boletín del Ministerio de Agricultura" de 1938, donde se habla en pasado del tronco diciendo "que antes estaba cerca de Puerto Montt" y que "tenía 15 pies en diámetro", como si ya hubiese desaparecido, algo comprensible considerando los revisados datos donde ya se comentaba del mal estado de conservación en que se hallaba. Plath también hablaba de él en pasado, como si no existiera ya o se diera por hecho lo poco y nada que queda de él.
De sus medidas concretas, y más allá del engaño al que pueda inducir la percepción, observamos que mientras fuentes más antiguas son precisas en señalar que la circunferencia del tronco era de 14 metros, como el mencionado "Boletín del Museo Nacional de Chile" de 1917, esta parece ser menor ahora. Carlos Muños Pizarro, por ejemplo, confirma que el actual mide 12.5 metros, según escribe "Chile: plantas en extinción", de 1973. Y aunque en esto quizá haya influido también la erosión y hasta la explotación de su madera, hoy mide poco más de 2 metros de altura, mientras que el antiguo andaba por los 4 metros. Además, en 1926 Jorge Schwarzenberg y ‎Arturo Mutizábal hablaban en "Monografía geográfica e histórica del archipiélago de Chiloé" de dos troncos que quedaban todavía como recuerdo de aquel viejo bosque de alerzales arrasados: el original de "La Silla del Presidente" y otro que fue intervenido por un colono alemán
Por último, también resulta hasta sospechoso que el tocón que hoy es considerado como el de la leyenda en esa misma ruta de Camino Viejo, sea prácticamente el último de todos aquellos troncos gigantescos que hubo alguna vez en el camino, salvo por uno que otro caso en la zona. Me incomodaría la posibilidad de que la tradición oral lo haya asociado casi como consuelo a esta "Silla del Presidente", que ya pudo haber desaparecido hace mucho tiempo víctima del desdén, las polillas y las termitas... Si no es el caso, su majestuosidad se ha acabado tras acumular tanto daño y reducción.

 

 
El penoso estado del tronco sería peor, sin embargo, si no fuera porque se ha tratado de conservarlo gracias a voluntarios y algunos vecinos, lo que sería un punto a favor para quienes aseguran que es el tronco original y definitivamente el mismo de la leyenda, pues habla de un interés antiguo que ha existido por perpetuar la existencia de este tocón en particular y no de los otros que hubo allí. De hecho, en marzo de 2008, alumnos del Liceo Berta Villegas fueron a limpiarlo y restaurarlo ante las pésimas noticias que circulaban sobre su estado de conservación, con autorización del señor Batsch. Hasta los noventa, era la Municipalidad de Puerto Montt la que se tomaba estas responsabilidades.
No quiero ser tajante en algo que sólo conozco a la pasada, sin embargo: quizá sólo me cuesta aceptar cuánto se ha reducido esta maravilla patrimonial en todos estos años, al punto de que se me hace poco reconocible si la comparo con sus antiguas imágenes, salvo por uno que otro detalle.
El tocón constituiría un interesante atractivo para la zona, especialmente por su fácil acceso a un costado de la vieja carretera. Sin embargo, esta misma exposición la ha puesto en peligro, como ha sucedido con incendios forestales muy cercanos al lugar el año 2008, que llegaron a sólo 50 metros, o bien por imprudencias de los visitantes y la falta de mantención permanente. Hasta carteles de venda de propiedades fueron a clavarle en una oportunidad, causando gran molestia de los defensores del patrimonio puertomontino. En la ciudad se reclamaba también que habían viajeros usándolo como baño (!).
Actualmente, el enorme tocón está rodeado de una pequeña pirca y se ha reforzado su madera con alambres, creándose una especie de plaza en el lugar que ocupa. Un cartel informativo lo presenta al público como la "silla" del presidente Jorge Montt en 1893, destacando sus cerca de 3.000 años de edad. Sin embargo, su situación material sigue siendo bastante precaria, como se constata al acercarse al mismo.
Tal vez ha llegado la hora de proceder a hacer efectivo un estatus de protección a lo poco que queda del enorme tronco de "La Silla del Presidente", antes que esta leyenda, pase en forma definitiva a ser sólo eso: una leyenda, abstracta e intangible, sin pruebas terrenales.

Comentarios

  1. Comentarios recuperados desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:

    Rudy Orlando Carrasco P.21 de junio de 2017, 14:37

    Los felicito por el artículo. No abunda mucho la seriedad para tratar estos temas y esto merece un reconocimiento. Lo que sí puedo asegurar es lo siguiente: El tronco fue conservado por la tradición desde el siglo XIX, sufrió algunos incendios y el hacha de algunos depredadores le hizo mucho daño; de la misma manera fue destruído El Tunel de los Enamorados al norte de Alerce. A comienzos del siglo siguiente se conocía todavía con el mismo nombre, en los años 50 la empresa Varmontt puso un letrero de madera sobre el tronco en que se leía "Silla del Presidente".
    ResponderBorrar

    Unknown29 de diciembre de 2018, 10:04

    Muy bueno y que lástima, afortunadamente hay un santuario camino a colonia Rio Sur, ojala siga protegida.

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