LA IMPRONTA DE LOS HÉROES: HISTORIA DE LA COMPAÑÍA ESPAÑOLA DE BOMBEROS N° 1 DE IQUIQUE

 

Coordenadas: 20°12'43.17"S 70° 9'4.96"W
La Compañía Española de Bomberos N° 1 tiene una característica notable, que atraviesa transversalmente su huella a lo largo de la historia de Iquique: la impronta netamente heroica, que se respira en las salas y pasillos de su unidad y que trasciende incluso a la propia institución, alcanzando las figuras insignes de los inmortales del Combate Naval de Iquique, en un fraterno y emotivo abrazo histórico que une a los héroes de paz y los héroes de guerra.
El aura bomberil siempre ha rondado alrededor de los Héroes de Iquique, como en el caso del Guardiamarina Ernesto Riquelme y su vínculo con la Segunda Compañía de Santiago, posteriormente llamada "Esmeralda" en homenaje a su memoria. Sin embargo, existe en Iquique este caso de relación aún más estrecha con el ambiente de hachas, mangueras y bombas, directamente con la primera de las compañías locales y en una historia que involucra a héroes civiles, héroes militares, años de conflagración, luego de entendimiento y, sobre todo, la honorabilidad de los inmigrantes españoles voluntarios del cuerpo, representados en el gesto humanitario del ciudadano Eduardo Llanos para con los héroes chilenos de "La Esmeralda".
Veremos, de hecho, que producida la exhumación de los cuerpos de aquellos héroes chilenos dos años después de la epopeya de Iquique, habría correspondido a los voluntarios de propia la Bomba N° 1 realizar la escolta y guardia de honor para los mismos, trasladándolos hasta la Catedral de Iquique, la ex Iglesia Matriz de la ciudad.
Este será, entonces, mi pequeño homenaje a aquellas páginas escritas tras el sacrificio de Prat, Serrano, Aldea y todos sus hombres, y a la analogía de su heroísmo en la guerra con el de los bomberos voluntarios en tiempos de paz, así como también a la huella humana y moral que han dejado en Iquique los inmigrantes de la Península, fundadores de esta bomba, la N° 1 de la ciudad.
Fuente imagen: Educarchile.cl
Los dos voluntarios mártires de la Compañía: Juan Guirao Lazo de la Vega y Julio Antón Gutiérrez.
Aunque la fecha de fundación de esta Compañía Española se establece en el 21 de mayo de 1881, en el aniversario segundo de la epopeya de la Rada de Iquique (algo que no es coincidencia, según parece), su historia completa nos remonta a una parte anterior.
Sus orígenes se hallan en realidad en una primera compañía de bomberos que se fundó en 1859 en Iquique y que entró en funciones entre 1860 y 1866, cuando el territorio todavía pertenecía a la República de Perú. Habría sido disuelta a raíz de la Guerra Contra España de 1865-1866. Francisco Javier Ovalle sugiere que pudo haberse llamado Compañía Rímac, aunque sin seguridad de ello. Parte de esta historia estaría registrada en un texto escrito a fines de 1888 por el Teniente de la Bomba Española, el señor Dimas Filgueira, consultado por Ovalle para referirse a los bomberos iquiqueños.
Posteriormente a la disolución, muchos ex integrantes de esta desaparecida bomba se reúnen en 1871 por iniciativa del Capitán de Puerto don Juan Rodríguez, ex Capitán y Director de la misma compañía, y refundan una unidad bomberil que sería base de la actual. Fue importante en este nuevo período la ayuda prestada por el Capitán Marcos F. Aguirre, entre 1874 a 1879, para el desarrollo de la unidad.
Según Ovalle, la bomba ya entonces era llamada "Iberia", cosa que no confirmo en otras fuentes de información. Sus primeros directores habían sido, en orden cronológico, Eulogio de los Heros, Sacarías Bermúdez y Marcos Aguirre. Bautizada como Compañía de Bomberos Nacional Iquique Nº 1, su cuartel estaba al inicio de calle Sotomayor cerca de la Aduana, pero el terrible maremoto que siguió al terremoto del 9 de mayo de 1877 arrasó estas cuadras con el edificio incluido.
Al quedarse sin cuartel, la Municipalidad de Iquique donó a la Compañía una propiedad relativamente cercana a la antigua y ubicada frente a lo que serían después los talleres del periódico "El Tarapacá". Al poco tiempo, los voluntarios compraron y adicionaron con fondos propios un edificio adyacente a la misma unidad, adquiriendo así el espacio que completó al conjunto de lo que sigue siendo su actual base, en la esquina de las calles hoy llamadas Lynch y Bolívar. Hasta entonces, este edificio vecino había sido utilizado con fines comerciales, perteneciendo al Almacén Zanelli Hnos.
Fue en este mismo sitio que los voluntarios se enteran del estallido de la Guerra del Pacífico en 1879, situación ante la cual muchos ciudadanos peruanos se reclutan o abandonan la ciudad, incluyendo varios de los que formaban parte de la compañía, especialmente después de la ocupación chilena del puerto en el mes de noviembre. Como gran cantidad de los voluntarios que quedaron en ella eran de origen español, la situación generada por la conflagración comenzó a dar el perfil definitivo de miembros a la bomba, para quedar asociada así a los inmigrantes hispanos que debieron hacerse cargo del destino del grupo.
El edificio en los años setenta (fuente imagen: http://jonbercal.jimdo.com).
Hoja con el registro del traslado de los cuerpos de Arturo Prat e Ignacio Serrano hasta la Catedral de Iquique, el día 22 de mayo de 1881, tarea ejecutada por la recién refundada compañía.
Este edificio de la Bomba Española se encuentra en  la dirección de Patricio Lynch 297, justo en la esquina norponiente con Simón Bolívar, a medio camino entre el barrio del puerto y el barrio comercial más céntrico. Corresponde a una construcción casi palaciega, extendiendo su longitud por el lado de Lynch, con segundo piso de balcones y planta baja con vanos en arcos y protecciones con forja metálica en cada tragaluz. Destaca especialmente la torre del campanario, que se le agregó para el servicio de cuartel en el observatorio que hace de tercer piso o remate, donde cuelga la vieja campana de alarma desde cuya altura se han testimoniado incendios feroces que azotaron a Iquique, algunos a poca distancia de este mismo punto.
El estilo del decimonónico conjunto es de evocación al neoclásico sencillo y sin ostentaciones, aunque la torre tiene cierta estética de pretensión de medieval. La fábrica del edificio, sin embargo, tiene la base de madera y módulos que acá en Iquique se utiliza especialmente para dar forma al estilo georgiano que caracteriza la arquitectura civil tarapaqueña. Al interior, además, dividiendo el actual corral de los vehículos de emergencia con el salón de conferencias y exposiciones, se encuentra un elegante paso de tres arcos de fuerte influencia artística morisca, que quizás sean un recuerdo de cuando funcionó en este edificio el Casino Español, cuyo magnífico edificio de ese mismo estilo se encuentra ahora en la Plaza Prat.
El conjunto ha pasado por ciertas etapas antes y después de quedar en manos de los bomberos, por cierto. Algunas opiniones que he escuchado son de la idea de que incluso era más grande en el pasado, prolongándose desde la misma esquina hacia el poniente por Simón Bolívar, sobre un sector que ahora ocupa otra edificación que han servido de sede a un conocido bar y pub local, llamado "El Rumba". Se supone, según esta opinión, que quizás habría sido vendida aquella parte del edificio original al Oeste del vértice y de la torre, pero no tengo ninguna confirmación de que esto pueda ser real. Lo que sí me parece más probable es que el antiguo edificio no contaba con los actuales balcones, que parecen haberle sido agregados después.
También se sabe que el recinto incluyó en algún tiempo, cuando funcionaba en él un casino, un edificio adyacente. No estoy seguro, pero me parece que en calle Lynch correspondía al que después será utilizado por el conocido y elegante salón literario y de onces Café Rendez-Vous. Aunque el color actual de todo el conjunto es algo así como rojo colonial con fileteos y perfilados blancos, imágenes de los años setenta demuestran que por entonces su tono dominante era azulino, aunque su aspecto general no ha variado mucho en todos este tiempo y en las últimas épocas del mismo, al servicio de los bomberos hispánicos. Además, fue mejorado y restaurado el año 1979, en el centenario de la epopeya de Iquique.
Un acontecimiento particularmente importante teñiría en colores dorados la historia de este edificio y de la compañía que lo ocupa, aunque con algunas dudas.
Como se sabe, apenas se disiparon los humos del Combate Naval de Iquique el 21 de mayo de 1879, el Primer Director de la Compañía Española, ciudadanos españoles rescataron desde el frente de la Aduana los restos del Capitán Arturo Prat y del Teniente 2° Ignacio Serrano, que habían sido entregados por el Almirante Miguel Grau del "Huáscar" para que recibieran cristiana sepultura. Aunque hay divergencia en las opiniones, se ha dicho que Eduardo Llanos y Álvarez fue quien los recogió envolviéndolos en sábanas blancas a modo de mortajas y evitando que siguieran expuestos a las burlas y vejámenes cometidos contra ellos por parte de los ciudadanos peruanos. Otro español, el joven Edmundo Verdugo acompañado del italiano Adolfo Gariazzo, quienes vieron también los cuerpos en la Aduana, intentaron dar asistencia al agónico Sargento Juan de Dios Aldea, fallecido después el día 24 y sepultado inicialmente en una fosa.
Llanos, que tiene un monumento propio frente a la Aduana y goza de una gran gratitud de parte de la memoria oficial, había nacido en la provincia de las Asturias en 1833 y había residido en Chile a partir de 1851. Irónicamente, el mismo país a cuyos héroes daba póstuma dignidad y sepultura, le había sometido a odiosas e injustas confiscaciones de sus bienes en Valparaíso, a raíz de la Guerra Contra España, razón por la que debió emigrar a la capital y después a Iquique manteniéndose en el rubro del comercio, así que su honesta generosidad fue doble para con nosotros, los chilenos. Fue allí, residiendo en aquel puerto entonces peruano, donde lo sorprenden los acontecimientos de la Guerra del Pacífico siendo voluntario del cuerpo de bomberos.
Sin embargo, Llanos parece haber sólo ayudado en estas tareas al Presidente de la Sociedad Española de Beneficencia de Iquique, don Benigno Posada, más algunos amigos y miembros de la comunidad. Posada es señalado en muchas fuentes como el auténtico personaje que tuvo la iniciativa de recuperar los cuerpos y darles sepultura, consiguiendo un permiso de las autoridades peruanas para darle un digno destino con la condición de que todo se hiciera en forma muy discreta y reservada.
Así sucedió que los españoles, según se cree, llevaron los restos de ambos héroes hasta el edificio del cuartel de bomberos luego de una revisión de los cuerpos en un recinto hospitalario. En improvisados ataúdes construidos por un carpintero, valiéndose de madera de botes según se ha dicho y asistido por los propios voluntarios y miembros de la Sociedad de Beneficencia, se le dieron raudas exequias hacia la mañana siguiente a la epopeya iquiqueña, antes de ser llevados al Cementerio N° 1 de la ciudad y colocados en sencillas sepulturas que los salvaron de ir a parar a alguna fosa común. Se cuenta que 83 soles habría desembolsado Llanos de su propio peculio en todo este esfuerzo.
Otros creen, sin embargo, que estas aludidas ceremonias fúnebres a los héroes sucedieron en el rescate de los cuerpos desde el cementerio y su traslado hasta en cementerio, aunque es comprensible -para cualquiera sea el caso- que estos sucesos posteriores a la gesta naval hayan quedado indisolublemente relacionados con la bomba hispana. Algunos bomberos de la unidad incluso señalan los lugares precisos donde habrían estado los ataúdes dentro del recinto, a pesar de que aquel sepelio en el cuartel puede corresponder sólo a una leyenda urbana. Por esta razón, sin embargo, una placa conmemorativa recuerda hasta nuestros días este acontecimiento, junto al acceso principal del edificio:
LA ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE IQUIQUE RINDE HOMENAJE AL CIUDADANO ESPAÑOL EDUARDO LLANOS ÁLVAREZ DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA ESPAÑOLA DE BOMBEROS N° 1, QUE EN ESTE CUARTE ERIGIÓ CAPILLA ARDIENTE Y ERIGIÓ HONROSA SEPULTURA AL HÉROE ARTURO PRAT CH. 13 DE MARZO DE 1949.
Aunque ha causado controversia también el que Llanos se llevara el crédito y el agradecimiento de esta gestión en desmedro de Posada, se ha dicho que el primero intervino también para garantizar el trato humanitario y apropiado para los chilenos sobrevivientes de la "Esmeralda" que seguían prisioneros en la Aduana y potencialmente expuestos a las odiosidades de aquel contexto de tiempo, por lo que huelgan razones para que la Bomba Española y la semblanza de su primer director quedaran indisolublemente ligadas a la imagen de Prat y Serrano, además de Aldea (recuperado de una fosa común antes de ser enviado a la cripta-monumento de Valparaíso) y todos los demás héroes de la hundida corbeta chilena.
Por lo anterior fue que el Ministro de Guerra de Chile, don Rafael Sotomayor, envió una célebre y sentidísima carta de agradecimiento a Llanos en día 19 de enero de 1880, confirmándolo -a su modo- como uno de los héroes civiles de aquellos años de lucha. En sesión solemne de 1884, el Congreso Nacional votó a favor de una medalla de oro para Llanos, en retribución y gratitud hacia su persona.
La etapa de organización de la compañía a partir de la ocupación chilena de Iquique se hizo difícil por las circunstancias de la guerra. Sin embargo, el entonces Jefe Político Militar de la Provincia de Tarapacá, Almirante Patricio Lynch, proporcionó gran asistencia para facilitar la permanencia y consolidación de la Bomba N° 1 de Iquique, además de mantenerle sus bienes donados por anteriores miembros o benefactores. También se decidió destinar el cuartel sólo al servicio de bomba y por eso se donó todo el material de la sección de zapadores de la unidad a la Compañía Sargento Aldea N° 6, según leo en el sitio web del Cuerpo de Bomberos de Iquique.
Así, en diciembre de 1880 se elige una nueva directiva para que entre en funciones a inicios del año siguiente, al mando Llanos. La mesa directiva completa fue la siguiente:
  • Director: Eduardo Llanos
  • Capitán: Antonio Chinchilla
  • Teniente 1º: Ángel Bargueño
  • Teniente 2º: Generoso Román
  • Tesorero: Francisco García
  • Secretario: Lorenzo Armengol
  • Subsecretario: Pedro Paul
  • Sargento 1º: Adolfo Posada
  • Sargento 2º: Salvador Bumbardo
Fue en la víspera de la exhumación y traslado de los cuerpos del cementerio que la Compañía de Bomberos de Iquique N° 1, el 21 de mayo de 1881, proclama formalmente su fundación como unidad bomberil española y el Capitán Chinchilla iza al mediodía el gran pabellón de España en el frontis del mismo cuartel que ahora atesora en su interior algunas de las banderas originales. La ceremonia se realizó en presencia del Jefe Político don José A. Alfonso y de importantes otras autoridades regionales, municipales, eclesiásticas y militares, demás del público iquiqueño.
Presentada oficialmente como la  Compañía Española de Bomberos de Iquique N° 1, más tarde se rebautizó como Compañía Española Iberia N° 1, siendo conocida actualmente como la Compañía Española de Bomberos N° 1 de Iquique, o "La Primera" en forma más amistosa.
Cabe indicar que, en 1889, don Eduardo Llanos concluyó su dirección de la Compañía Española trasladándose tres años después a la capital chilena, donde su compromiso indeclinable con la institución lo llevó a hacerse miembro de la 10ª Compañía de Bomberos de Santiago, conocida también como la Bomba España. A la sazón, ocupaba el cargo de Inspector de Obras Fiscales para el Gobierno de Chile y tenía un gran prestigio entre la sociedad chilena por su gesto en Iquique. En 1897, regresó a Europa donde siguió destacando por sus obras y talentos. El Estado de Chile lo condecoró en 1904 con un galardón "al mérito", desempeñándose hacia entonces como delegado de la Combinación Salitrera de Londres. Falleció en su tierra natal en 1927.
Al día siguiente de la fundación oficial como Compañía Española N° 1, la flamante unidad realiza la guardia y la escolta del traslado de sus carrozas hasta y desde el cementerio, para recoger a los héroes del Combate Naval de Iquique en su cambio de sepultura desde el camposanto a la Iglesia Matriz. La constancia de este magno acontecimiento aún está registrada a pluma y manuscrito sobre papel de arroz del valioso Libro de Guardia de la Compañía, con la fecha apuntada el día 22 de mayo de 1881:
El día 22:
Estaba citada la Compª para asistir al cementerio y a las 7 am. salía del cuartel con 38 auxiliares y 24 voluntarios incluido los oficiales.
Se conducían los carros mortuorios que la Compª ofreció para trasportar a la iglesia los restos de Prat y Serrano y una vez en el cementerio, esperaron los auxiliares y el estandarte con la escolta respectiva afuera de aquel lugar, entrando los sres. voluntarios, los cuales una hora más o menos después salían arrastrando dichos carros: a la retaguardia las autoridades y empleados públicos que seguían los féretros, siguió nuestro estandarte con la escolta y los auxiliares, continuando después las demás compañías.
Una vez en la iglesia, nuestro estandarte ocupó uno de los esquineros del catafalco junto con los sres. de la escolta y el resto de la compª formó delante de la iglesia hasta concluir la ceremonia, retirándose enseguida a su cuartel en donde rompió filas 10 minutos después.
A las 3 pm:
A la invitación del Sr. Capitán, los oficiales Burgueño, García, Armengol, Pahul Taberner, el que suscribe y el voluntario Las Rosas, lo acompañaron a la casa de Sr. Jefe Político, el objeto de asistir a la ceremonia de dar sepultura en la bóveda de la iglesia a los restos de Prat y Serrano. Con efecto después de unas atenciones hechas por el Sr. Jefe Político y oficiales del Linares en casa del primero, fuimos en corporación en donde cupo el honor a la oficialidad de la
Compª Española de Bomberos
"Iquique N° 1"
bajar el Catafalco
y depositar en la bóveda
los restos de
Arturo Prat
y
Ignacio Serrano(todo esto destacado en grandes caracteres)
Hecho lo cual terminó la ceremonia y después de despedir al Jefe Político en la puerta de su casa, se retiró cada cual a la propia.
G. Román (firma) Teniente 2º
Los cuerpos de los Héroes de Iquique permanecieron en el señalado lugar hasta el incendio del 10 de marzo 1883, que afectó una gran cantidad de cuadras incluyendo la de la iglesia, por lo que los restos de Prat y Serrano debieron ser albergados en el sótano de una casa comercial.
La Compañía Española habría vuelto a tener alguna participación en las exhumaciones finales de 1888, cuando los restos volvieron a ser recogidos, esta vez para ser conducidos junto a los de Aldea hasta su definitivo descanso en el Monumento a los Héroes de Iquique, erigido en el Puerto de Valparaíso.
Hay quienes llaman en Iquique a la unidad como Bomba de Arturo Prat, por esta estrecha relación con la epopeya iquiqueña.
Cabe indicar que el edificio no ha sido sede sólo de los bomberos: el 26 de marzo de 1890 fue formalmente constituido el club-asociación "La Estudiantina Española", que agrupaba a los inmigrantes hispanos y sus familias residentes en Iquique y, en una sesión celebrada en agosto de 1891 durante la Presidencia de Ciriaco Salas en el directorio, se acogió una sugerencia de don Melitón Casacubierta para emplear este mismo lugar como casa para el club, bajo régimen de arriendo a $100 mensuales por cinco años. El espacio ocupado por el centro hispano fue el segundo piso del cuartel español, además de la mencionada residencia contigua al mismo. Eran los días en que era llamada aún como la Bomba Iberia, además.
Comunicada la noticia de esta decisión en octubre, las llaves le fueron entregadas al centro el 1° de noviembre, pasando a llamarse Casino Español a partir del 31 de enero del año siguiente y siendo formalmente inaugurado su Presidente don Manuel Chinchilla el 21 de febrero de 1892. Sin embargo, el Casino Español siguió funcionando allí sólo hasta junio de 1904, cuando se trasladó definitivamente hasta el magnífico edificio morisco situado junto a la Plaza Prat y del que ya he publicado algún artículo en este mismo blog.
Este período no estuvo exento de los dolores y sacrificios que exigió la guerra, nuevamente posada sobre el destino de Iquique: tras los bombardeos y combates ocurridos el 19 de febrero de 1891, especialmente alrededor de la Aduana y en los inicios de la infausta Guerra Civil, la Compañía Española tuvo una labor destacada resguardando la ciudad y a sus habitantes, razón por la que recibieron un reconocimiento peruano ese mismo año, consistente en la Gran Medalla de Oro.
No todo fue un fratricidio aquel año, sin embargo, pues recién terminada la desgraciada guerra, en las salas del ex casino dentro del cuartel se constituyó la Sociedad Protectora de Empleados, como lo conmemora otra placa colocada junto al acceso del edificio:
SOCIEDAD PROTECTORA DE EMPLEADOS DE TARAPACÁ
EN ESTE EDIFICIO SE CONSTITUYÓ NUESTRA SOCIEDAD EL 31 DE OCTUBRE DE 1891. HOMENAJE DE RECONOCIMIENTO A ESTA COMPAÑÍA ESPAÑOLA DE BOMBEROS N° 1 EN NUESTRO PRIMER CENTENARIO,
IQUIQUE, 31 DE OCTUBRE DE 1991.
La originaria marca a fuego de heroísmo de la Compañía Española, cobrará también la vida de dos mártires institucionales de la misma, el día domingo 5 de diciembre de 1937, cuando ocurre un accidente en el que perecen trágicamente los voluntarios Juan Guirao Lazo de la Vega y, siete días después de agonía y sin haber recuperado la conciencia, Julio Antón Gutiérrez.
Había sucedido que ese fatal día los voluntarios realizaron el último Ejercicio General del año '37, ocasión en la que, a raíz de una mala maniobra, un carro con 12 bomberos de la Compañía Española se volcó inesperadamente en la calle Baquedano al momento de doblar hacia Orella, estrellándose contra una casa e hiriendo de gravedad a ambas víctimas que iban a bordo. Una placa de mármol con sus nombres y fechas de muerte, además de los retratos oficiales, recuerdan a estos mártires del deber dentro del edificio, en el sector principal de la guardería de los vehículos de emergencia.
En otro aspecto, la Bomba España es, a la par de un cuartel, también un museo institucional: por muchos años ha guardado en sus bodegas y en una caja fuerte valioso material histórico que hoy se encuentra disponible a la curiosidad de la vista de los visitantes, al fondo del salón principal, incluidos documentos relativos a los años de la Guerra del Pacífico, la Matanza de la Escuela Santa María y 32 valiosos libros de guardia. También se guardan las antiguas banderas de la compañía y los estandartes que cubrieron los ataúdes de Prat y Serrano, con las actas correspondientes.
Varios de estos tesoros comenzaron a ser expuestos el año pasado a propósito de los 133 años del Combate Naval de Iquique, junto a antiguos cascos, campanas, retratos históricos y artefactos de la unidad, más medallas y premios recibidos. La exhibición permanente se realiza en ese mismo salón que ha sido escenario de las grandes juntas y sesiones de la Compañía Española.
La bomba cuenta como vehículo principal en nuestros días, con un carro Mercedes Benz L1520 modelo Thecniques & Supplies W-4.000, con una capacidad de estanque de 4.000 litros, año 2004. Su emblema sigue ostentando orgulloso el escudo español y el N° 1 de las Compañías de Iquique, además de toda esa poderosa tradición heroica que ha marcado desde sus orígenes los destinos de la gran Bomba Española.
"Primera en Cuerpo. Primera en el Deber", es su lema institucional.

Comentarios

  1. Mensajes rescatados desde el sitio original donde estaba publicada esta entrada antes de fusionarse con este blog:


    Osvaldo Pereira · Tecnico de Servicio at Finning Chile
    Lindos recuerdos de nuestros antes pasado.
    Reply · · 1 · May 30, 2013 at 8:40am

    Christian Alberto
    Como voluntario de esta Compañia, estoy muy agradecido de su publicacion, lo felicito y le dejo este link para que obtenga mas informacion y fotografias.

    https://www.facebook.com/#!/bomba.espanola
    Reply · · September 3, 2013 at 4:53pm

    Criss Salazar · Top Commenter
    Muchas gracias... Y muy agradecido de la cordialidad de todos Uds., los voluntarios de Iquique.
    Reply · · November 11, 2013 at 10:26am
    ResponderBorrar
    Sánchez y López27 de diciembre de 2017, 02:16

    Enhorabuena por tan interesante artículo. Además de subirlo a este blog ¿ha visto la luz en alguna otra publicación?
    ResponderBorrar
    Respuestas

    Criss Salazar27 de diciembre de 2017, 02:59

    Aun no... Peroa futuro publicare cronicas bomberiles, en formato libro, espero 👍👍👍. Muchos saludos.
    Borrar
    Responder

    Unknown7 de julio de 2018, 13:18

    Estimado Criss Salazar:
    Agradezco su crónica, como también el que haya realizado una investigación bastante completa al respecto. Como dedicado Ex Voluntario y otrora Teniente Ayudante de la Compañía Española de Bomberos y Bisnieto de uno de los Mártires, que su relato me conmovió sobremanera; además, le puedo compartir que tuvimos en los 90´s un carro semi urbano , Camiva con capacidad para 3500 lts, al cual bautizamos como "El Lalo", en honor al Ilustre Ciudadano Don Eduardo Llanos.
    Best regards

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