LA GRAN HISTORIA A LA SOMBRA DE LOS PIMIENTOS DE LA PLAZA DE COPIAPÓ
Plaza de Armas o Plaza Arturo Prat de Copiapó. Algunos de sus históricos pimientos han ido desapareciendo por talas o murieron por exceso de podas.
Coordenadas: 27°21'59.04"S 70°19'56.56"W
Se
dice con frecuencia que Copiapó es tierra de chañares, aludiendo a los
árboles que sombrean a gran parte del paisaje atacameño. Creo, sin
embargo, que la ciudad es más bien un lugar de árboles de pimientos,
probablemente los más grandes y majestuosos que se pueden ver en Chile y
en semejantes concentraciones dentro del tablero urbano.
El pimiento atacameño corresponde al Schinus molle
de los científicos, nombrado corrientemente también como falso pimiento
o pimiento-árbol. También se incluye en esta denominación común al Schinus areira, que hasta hace poco era considerado sólo una variedad del Schinus molle, pero ahora se lo identifica como una especie propia en la botánica.
Por
lo habitual, estos árboles pueden alcanzar los 7 u 8 metros de altura,
pero hay casos donde superan los 15 metros, hallándoselo desde Arica
hasta Rancagua, aproximadamente, aunque su condición nativa no se reduce
sólo a territorio chileno, sino también a Argentina y Perú.
Copiapó
ostenta algunos de estos más grandes pimientos en suelo nacional,
varios de ellos en la avenida Copayapu, en su fastuosa Alameda en calle
Manuel Antonio Matta y en las arboledas de avenida Wheelwrigth. Sin embargo, los primeros que destacan en toda
visita, postal o recuerdo sobre la ciudad, sin duda son los de la
céntrica Plaza Prat.
Ilustración botánica del Schinus molle, por Pancrace Bessa hacia inicios del siglo XIX.
Grabado
publicado por Tornero en el "Chile Ilustrado" de 1872, con la fuente al
medio del jardín circular central de la Plaza de Copiapó de aquellos
años. Atrás, el edificio consistorial y el templo. Los árboles que se
observan pueden ser los primeros pimientos que hubo alrededor de la
plaza y que son descritos por el propio autor.
Árboles de la Plaza Prat hacia el 1910. Imagen publicada por chiledel1900.blogspot.com.
Estos
pimientos de la plaza central han sido mencionados en varios libros,
algunos de autores como Enrique Lafourcade, Juan Uribe Echevarría,
Salvador Reyes o Claudio Giaconi. En tanto, el cantautor Tito Fernández,
El Temucano, poetizaba de ellos en su obra "Los Versos Numerados":
Estábamos entrando en el desierto. Atrás quedaba Copiapó, su plaza, sus pimientos y la oscura profecía del sacerdote negro.
Y
es que más allá de apelar al cliché sobre su generosa sombra sobre el
lugar, estos árboles han quedado como un registro histórico,
envejeciendo con la misma urbe y testimoniando el paso de generaciones
de copiapinos por allí. Muchos de estos árboles, de hecho, alcanzaron a
ser testigos de los sucesos de la Guerra del Pacífico, de la caída de la
época salitrera y la introducción del desarrollo agropecuario con su
"revolución verde".
Es
frecuente hallar algunas fuentes señalen que los pimientos de la Plaza
Prat fueron trasplantados allí en las remodelaciones de este lugar y del
entorno, ejecutadas en 1880 en plena Guerra del Pacífico. Esto es una
verdad a medias, sin embargo, porque ejemplares del árbol ya existían
desde antes alrededor del mismo recinto, como se verifica en 1872,
consultando a Recaredo Santos Tornero en su "Chile Ilustrado", con el
autor describiendo ya entonces la presencia de pimientos alrededor de la
plaza:
Copiapó
cuenta con una hermosa plaza cuyos costados miden 123 metros; encierra
en su centro un jardín de hermosas flores, cuyo ambiente hace la delicia
de los paseantes en las frescas tardes veraniegas. Una espaciosa
avenida sombreada por frondosos pimientos la circunda por sus cuatro
costados, brindando a los concurrentes con numerosos asientos.
La plaza y sus pimientos hacia mediados del siglo XX. Fuente: educarchile.cl.
Estos
antiguos pimientos podrían haber sido plantados allí hacia el año 1833,
creyéndose que aún podrían quedar ejemplares vivos de esta primera
generación de árboles, de acuerdo a declaraciones formuladas por el
entonces Alcalde Subrogante de Copiapó don Sergio Baudoin Figueroa, a un
medio de prensa local hace no muchos años.
Lo
que sucede en la forestación de la plaza de 1880, es que se instalaron
al interior del cuadrante de la misma unos 84 pimientos, que por su
rápido crecimiento no tardaron en convertirse en altos árboles de
cortezas ásperas y contorsionadas. Hasta entonces, la Plaza de Copiapó
era más bien un terreno de plaza dura con sólo la Fuente de la Minería y un pequeño jardín circular al centro. Con estos cambios, la plaza pasó a ser una de las más reconocibles y atractivas para el turismo en el país, según se estima.
Según
el historiador Vidal Naveas, la colocación de los árboles estuvo a
cargo de don Guillermo Matta, a la sazón Intendente de Atacama, y
probablemente fue en conmemoración de alguna batalla de la guerra y de
sus caídos, sospechando que podría tratarse del Desastre de Tarapacá o
del Combate Naval de Iquique, caso este último que explicaría también el
nombre de la plaza aludiendo al héroe Arturo Prat Chacón (ver revista
"Atacama viva", artículo "La Plaza de Armas de Copiapó, un lugar con
historia" de Bárbara Pérez, del 5 de marzo de 2012).
Aquéllos
son los mismos árboles que han alcanzado esas dimensiones enormes, que
lucen con altivez hasta nuestros días; colosos de ganado aspecto
rústico, como los de las leyendas de cuentos sobre bosques encantados o
los famosos ents de Tolkien. Proporcionan a la Plaza Prat también
un cariz pintoresco y secular que se percibe ausente en otras plazas de
armas de Chile. Su elegante presencia sobrevivió a las grandes
remodelaciones del lugar y también a los fatídicos terremotos de 1918 y
1922. Puede tratarse del conjunto de pimientos más grandes de Chile,
además, pues ya en 1959 eran considerados gigantes para la especie, como
lo comenta la publicación "Carta Geológica de Chile" dedicada a la
Provincia de Atacama, del Instituto de Investigaciones Geológicas:
La
plaza central y la alameda de Copiapó están sombreadas por pimientos
excepcionalmente grandes; el árbol más antiguo de esta especie se
encuentra en Hacienda Toledo, donde hay un ejemplar cuyo tronco mide 12
m. de circunferencia.
Más
aún, da la impresión de que Copiapó es una ciudad donde el gigantismo
de los pimientos se vuelve una característica. Mario Bahamonde Silva,
por ejemplo, recuerda en su libro "El caudillo de Copiapó":
En
el solar de los Gallo, ahí cerca de la Alameda, hay un hermoso pimiento
cuyo cuerpo no alcanzaban a abrazar dos hombres. Todo el año está
frondoso y conversa con el viento de Caldera y juguetea con la brisa que
baja de la cordillera.
Pero
se cuenta en Copiapó que varias veces han querido ser cortados estos
árboles de la plaza central, por las inefables autoridades edilicias.
Una de estas veces fue en los años dictatoriales, cuando se le metió en
la cabeza a un alcalde, aduciendo como argumento que afeaban el paisaje y
ensuciaban demasiado la plaza con sus residuos.
No
parece tan descabellada la idea de que, algún día, un iconoclasta con
pretensiones de Barón Haussmann quiera echar abajo los pimientos de la
Plaza Prat de Copiapó, de avenida Los Carrera o de la Alameda; y acaso lo logre. Experiencias recientes demuestran que los
árboles siguen siendo un fastidio para las alcaldías, quizás también
para la de esta ciudad. En abril de 2012, por ejemplo, los antiguos
pimientos del callejón Pedro de Valdivia fueron talados sin misericordia
para facilitar la pavimentación.
La misma situación sucedió en agosto y
septiembre de este año 2013, con los hermosos gigantes del bandejón de
las avenidas Copayapu y Ramón Freire que fueron cortados sin piedad y
ante el horror de la ciudadanía, para supuestamente permitir una
remodelación de la calle y la instalación de una pasarela, aunque es
secreto a voces entre los copiapinos que estos pimientos fueron talados
para facilitar la visualización y acceso al mall comercial que se estaba construyendo al otro lado del río.
Sin
embargo, otra amenaza está rondando a los pimientos de la Plaza Prat:
un acoso que viene desde su propia existencia, vejez y majestuosidad.
Ya
había sucedido antes, hacia el último cambio de siglo, que alguno de
los árboles se había derrumbado súbitamente, aunque causando alboroto
más que otra cosa. Sin embargo, a fines del año 2006, cerca de la
Navidad, don Miguel Reyes Hernández de 70 años, fue trágica y fatalmente
alcanzado por la mitad de uno de los árboles de la plaza, cuando se
derrumbó con todas sus toneladas cayendo por su propia vejez y peso en
aquella funesta tarde.
Hubo
una histeria inmediata por la situación y muchos no se atrevían a
atravesar por la plaza temiendo otro derrumbe, exigiendo una
intervención de la Municipalidad de Copiapó. La administración edilicia
reaccionó proponiendo un plan de paulatino cambio de árboles, eliminando
los más viejos y peligrosos, razón por la que ahora se ven sólo los
tocones talados de algunos de ellos y varias ramas cortadas a
consecuencia de una furiosa intervención realizada por el alcalde Maglio
Cicardini, poco después de asumir. Posteriores podas poco afortunadas
en los árboles también han provocado la muerte de varios, no sólo en la
plaza.
Y
aunque la Municipalidad había intentado en su momento bajar el perfil a
la desgracia ocurrida allí, presentándola como hecho aislado, sucedió
en febrero de 2010 que una pesada rama cayó desde otro de los pimientos
de la plaza, aplastando una niña de sólo 9 años, que sobrevivió
milagrosamente al accidente. Para peor, en agosto del año siguiente un
sujeto de 42 años escaló uno de los mismos árboles a plena luz del día,
para luego suicidarse arrojándose desde lo alto. El buitre de la muerte
se había posado sobre los viejos árboles, algunos de ellos agónicos por el exceso de podas.
Por
supuesto, es de esperar que estos añosos árboles testimoniando el
crecimiento de la ciudad, símbolos de Copiapó y de su historia, no deban
ser talados y exista la voluntad de llegar a alguna alternativa
evitando su reemplazo por especímenes más jóvenes o, lo que sería peor,
su tala general.
Comentarios recuperados desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarAnónimo24 de enero de 2015, 00:55
Soy Eduardo Castillo Muñoz. un Copiapino nacido y criado en esta hermosa Ciudad y el cual extraño de verdad la Plaza que teniamos con sus Piletas que la hacian ver mas Bella esta Plaza y ser la mas Bella del Norte.-
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Unknown9 de enero de 2019, 17:41
deberían plantar algarrobo de atacama y chañar, esos eran los arboles que existían previos a la fundación de la ciudad.
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Juan Pablo Contreras28 de mayo de 2020, 17:43
Pimiento Rojo del Norte Atacameño. Árbol maravilloso con múltiples usos y propiedades medicinales y culturales. Parte de la fisionomía del paisaje de ciudades como Copiapó, Antofagasta, Calama y San Pedro de Atacama, en donde igualmente se pueden observar estos gigantes añosos de mas de 100 años de edad.
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