LA ESTRELLA DEL ISLAM EN COQUIMBO: EL CENTRO MOHAMMED VI PARA EL DIÁLOGO DE LAS CIVILIZACIONES
Coordenadas: 29°57'47.51"S 71°20'7.77"W
Una
de las influencias culturales más negadas de nuestra historia quizás
sea la del mundo arábigo y morisco, traída a estas tierras tanto por la
vía de los españoles andaluces de la Conquista como por las grandes
migraciones de ciudadanos de dicho origen. Este influjo puede
encontrarse medianamente visible en elementos tan folclóricos como la estructura musical nuestro baile nacional la cueca
(tema abordado por expertos como González Marabolí y Claro Valdés),
hasta nuestra tendencia a llamar informal y erróneamente a todo hijo del
mundo árabe como "turco", a raíz de una confusión provocada por
el arribo masivo de palestinos cristianos que escapaban desde el Imperio
Otomano, a principios del siglo XX.
No
es de extrañar, entonces, que en su momento ciertos grupos
conservadores y cristianos hayan visto con cierta suspicacia la
construcción de la hermosa Mezquita de Coquimbo, allí en lo alto de la
hasta entonces popular y profana cima del Cerro Dominante en la villa
del mismo nombre, especialmente por la competencia que hizo el edificio
en las postales de la ciudad a la muy católica e imponente Cruz del
Tercer Milenio, disputa perceptiva y simbólica que, para mi gusto,
definitivamente ganó el gran centro islámico. Incluso entre la propia
comunidad musulmana chilena hubo ciertos alcances de ácida controversia
por la construcción del magnífico edificio, por esos días.
El
nombre de la Mezquita de Coquimbo es Centro Mohammed VI para el Diálogo
de las Civilizaciones. Nació de un proyecto impulsado por parte
importante de la comunidad musulmana chilena, que encontró este
privilegiado sitio del cerro para instalar el templo justo entrando en
la ciudad y a escasa distancia de la Ruta 5 Norte, entre las calles
Pedro Nolasco Videla y Juan Antonio Ríos.
El
interés por construir esta mezquita surge porque, a pesar de que son
sólo cerca de 200 familias (unas mil personas) las que profesaban por
entonces la fe musulmana en Coquimbo, no contaban con un lugar propio de
oración ni de encuentro, debiendo usar sus propias casas para tales
reuniones. También había necesidad de establecer un lugar para la
difusión cultural del centro islámico que planeaba fundarse y que debía
ser acogido allí.
Hacia
septiembre de 2004, el financiamiento de la obra se anunció cubierto
por el Reino de Marruecos, con 350 mil dólares (200 millones de pesos,
entonces) y el resto por la Ilustre Municipalidad de Coquimbo, al
parecer también con algunos aportes menores de privados.
Los trabajos se
iniciaron ese mismo año, con cuadrillas de artesanos, albañiles y
carpinteros provenientes desde distintos países de órbita árabe y con
experiencia en esta clase de construcciones, siendo asistidos por
obreros chilenos que fueron contratados también para las faenas y que, a
pesar de las diferencias de idiomas y cultura, forjaron grandes nexos
de amistad y lograron sacar adelante afanosamente este tremendo
proyecto, dirigido por el profesional Faissal Cherradi, prestigioso
arquitecto del Ministerio de Cultura de Marruecos.
Lo
que más destacó desde el principio en el edificio y cuando éste aún era
todo andamios, ha sido sin duda su torre alminar o minarete de 40
metros de altura, cuyo diseño no es caprichoso: sus proporciones y
aspecto están trazados a escala y como estilización de la maravillosa
torre de la Mezquita de Kutubiya, símbolo de la ciudad de Marrakech, en
Marruecos, que mide casi 70 metros de altura. Tiene cierta semejanza,
también, con el histórico alminar de la Mezquita de Hasan, en Rabat, de
proporciones bastante parecidas a la de Coquimbo aunque con el "detalle"
de ser 800 años más antigua.
Tras
tres años de arduo trabajo, con niveles de detallismo puntilloso pocas
veces visto en edificios contemporáneos, la Mezquita de Coquimbo quedó
concluida en 2006, destinándose un tiempo más a los retoques finales.
Fue inaugurada en la dirección de calle Los Granados 500, el día
miércoles 14 de marzo de 2007, con acto solemne que contó con asistencia
de una delegación de autoridades marroquíes, entre ellas el vicecónsul y
representantes del Rey, y la presencia del Alcalde de Coquimbo don
Oscar Pereira.
En
aquella ocasión inaugural, se cantaron los himnos de Chile y Marruecos,
además de ejecutarse el izamiento de las respectivas banderas y el
descubrimiento de dos placas de mármol exteriores, donde se lee en
siguiente mensaje en castellano y en árabe:
CENTRO MOHAMMED VI PARA EL DIÁLOGO DE LAS CIVILIZACIONES
POR
ORDEN DE SU MAJESTAD MOHAMMED VI, REY DE MARRUECOS, EL MINISTRO DE
HABUS Y DE ASUNTOS ISLÁMICOS, SR. AHMED TOUFIQ, INAUGURÓ ESTE MONUMENTO
QUE HA SIDO REALIZADO GRACIAS A LA COOPERACIÓN MUTUA ENTRE LA REPÚBLICA
DE CHILE Y EL REINO DE MARRUECOS, COMO SÍMBOLO DE LA CONVIVENCIA
RELIGIOSA, CULTURAL Y CIVILIZACIONAL.
ESTE
ACTO INAUGURAL CONTÓ CON LA PRESENCIA DEL EMBAJADOR DE SU MAJESTAD EL
REY DE MARRUECOS EN CHILE, SR. ABDELHADI BOUCETTA, DEL ALCALDE DE
COQUIMBO, SR. OSCAR PEREIRA TAPIA Y DEL HONORABLE CONCEJO MUNICIPAL.
COQUIMBO, 14 DE MARZO DE 2007
El
edificio no tardó en convertirse en un punto de referencia para la
identidad turística de la urbe. Con 722 metros cuadrados construidos
sobre el cerro, desde la altura de su torre a 110 metros sobre el nivel
del mar se tiene una vista única de las ciudades de Coquimbo y La
Serena, además de la bahía completa, probablemente una de las mejores
que se puedan conseguir desde cualquiera de los edificios existentes
allí. Colocado en la cima del Dominante, además, el templo se impone
como una corona en el cerro rodeado por la distribución radial de las
viviendas en el mismo, paisaje urbano de rasgos únicos en nuestro país y
muy singular entre todas las mezquitas del mundo. En las noches,
iluminada por sus propias luces, la mezquita parece dominar todo
Coquimbo desde su altura y exótica elegancia.
El
año 2008, la Mezquita de Coquimbo se constituye formalmente en la sede
del Centro Mohammed VI para el Diálogo de las Civilizaciones, al tener
lugar la fundación del mismo. Este centro está especialmente orientado
al estudio y difusión de aspectos relativos a la educación, la política,
la historia, la vida militar y la sociedad de las culturas de países
como Palestina, Egipto, Marruecos, El Líbano, Argelia y Jordania. El
nombre de la institución alude al soberano Mohamed Ben Al Hassan,
Mohamed VI, el actual Rey de Marruecos.
El
complejo es un recinto religioso y cultural abierto al público general,
aunque con ciertas restricciones para el registro de imágenes dentro
del edificio. Además de la atracción turística y del valor
arquitectónico-artístico que el templo ofrece por sí solo, alberga en
sus dependencias un espacio de actividades culturales y una
sala-auditorio con bibliotecas, compuestas por cerca de 1.500 ejemplares
de varios idiomas (principalmente árabe, español, inglés y francés),
correspondientes a libros de historia, cultura, tradiciones y
arquitectura árabe, marroquí y andaluz, además de varios textos
infantiles.
En
el edificio se mantiene también un museo de cultura islámica y espacios
donde se han realizado exposiciones y muestras artísticas, plásticas y
fotográficas. La mezquita propiamente tal dispone de dos salas de
oración. Allí en el interior, la exquisita decoración es profundamente
simbólica y abundante en la invocación de la emblemática estrella
octogonal del Islam, se lleva todas las atenciones del visitante. Una
higiene perfecta parece reinar permanentemente dentro del edificio.
Otra
característica del recinto es que dispone de un cómodo patio a modo de
explanada y es antecedido por una plaza con jardines, junto al acceso.
De hecho, tiene siete terrazas distribuidas alegorizando las Siete
Tierras y los Siete Cielos del Paraíso creado por Allah, conocidos como
el Sendero del Islam.
A
diferencia de otros extraordinarios referentes del estilo arabesco en
Chile, como por ejemplo el Palacio de la Alhambra en Santiago o el Casino Español en Iquique,
la arquitectura, diseño y decoración de la Mezquita de Coquimbo no es
una fantasía artística, sino auténticamente religiosa y de nexo
culturalmente directo con el origen árabe de la misma, identidad
reforzada también por una interesante actividad de promoción cultural
llevada adelante por el propio Centro Mohammed VI para el Diálogo de las
Civilizaciones.
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