LA BALLENERA DE IQUIQUE: ¿AMENAZADA POR EL OLVIDO, EL PESO DE LA CONCIENCIA O LA SIMPLE DESIDIA?
Vista general de las instalaciones, desde la altura de la ladera.
Coordenadas: 20°17'52.12"S 70° 7'57.13"W
Nota: artículo e imágenes del año 2013, trasladado hasta acá sin actualizaciones ni adiciones.
El
tema de los derechos marítimos de Chile frente a la controversia que
actualmente se litiga a causa de los reclamos de Perú en el Tribunal
Internacional de La Haya, se cruza con el contexto de una época que tuvo
inmensa importancia en un país eminentemente vinculado al Pacífico como
el nuestro: la industria ballenera chilena, una gran epopeya que -para
bien y para mal- marcó un profundo impacto en todas las instancias de
nuestra relación con el mar.
En
efecto, tanto la Declaración de Soberanía Marítima de Chile de 1947
como la posterior de Perú emitida ese mismo año, fueron motivadas
originalmente por el interés de las repúblicas en informar urbi et orbi
cuáles eran los límites que consideraba propios en el océano adyacente y
proteger para sí recursos como las ballenas, cuya caza estaba generando
una gran competencia internacional que a veces no sabía mucho de
respeto a espacios soberanos. Desde ahí se gesta la base de los Acuerdos
de 1952 y 1954, además de la teoría base sobre la soberanía marítima de
las naciones y del concepto de las 200 millas de exclusividad.
Varias
décadas más tarde, estas mismas medidas cuyo origen se encontraba en el
interés de proteger los derechos de explotación del recurso ballenero,
servirían ya cerca de nuestros días para establecer áreas de protección
para las mismas, por alegre ironía.
La
memoria de esta pasada industria ballenera, hoy nos trae más bien un
juicio histórico a la cacería cetáceos que alcanzó ribetes de
irresponsabilidad criminal, como bien sabemos, por lo que
inevitablemente tendemos a mirarla con algo de vergüenza colectiva y
arrepentimiento, para fortuna del mundo civilizado y de las propias
ballenas, aunque dificultando con ello la comprensión del momento
histórico en que tuvo lugar esta rentable actividad.
Las
huellas de aquella época quedan aún en nuestras costas, con sus propios
vestigios y reminiscencias olvidadas. Iquique guarda, acaso, la más
importante y completa de ellas.
Enormes cachalotes
listos para ser faenados en la planta de la Ballenera Indus de Iquique
en 1960, en imagen publicada por la revista "En Viaje" ese mismo año.
Vista de las instalaciones desde la playa en el borde de Caleta El Molle.
Detalle del sector del ex desembarcadero.
Iquique
no estuvo ajeno a esta influencia. Si bien existieron en el Norte
Grande pequeñas compañías de caza y faenado de ballenas, fue durante el
segundo Gobierno del General Carlos Ibáñez del Campo que se inauguran al
Sur de la ciudad, aproximadamente a 8 kilómetros del complejo del
puerto, la instalaciones ocupadas por la planta conocida hoy como la ex
Ballenera de Iquique. Fue la planta industrial de este tipo que operó
más al Norte de nuestro territorio, además, pues las otras balleneras lo
hicieron desde la Región de Valparaíso a la de Magallanes y la
Antártica.
El
lugar escogido para instalar la planta fue el sector de Caleta Molle,
en el Bajo Molle y frente a la antiguamente llamada ensenada de
Chiquinata, cerca de donde estaba antes la primera ruta zig-zag o Camino de las Mulas
hacia el interior del territorio, ascendiendo por la cordillera de la
costa. Aunque se trata de una pequeña bahía golpeada por olas y con
cierta agitación, tenía algunos precarios fondeaderos ancestrales allí,
usados por los pescadores locales. Uno en particular, el llamado Muelle
de Ugarte, se situaba al Sur de la caleta y parecía ser el mejor de los
tres puntos disponibles en la misma.
Ahí
en la misma caleta se habían construido pequeñas instalaciones para la
carga de barcos salitreros, aunque ya estaban en desuso durante los años
de la Guerra del Pacífico. Éste sería el lugar ocupado por la flamante
ballenera iquiqueña, cuyo complejo incluía un pequeño malecón con molo
conteniendo los golpes del mar desde la dirección SO, y un terraplén con
inclinación para la descarga de los ejemplares capturados, además de
las bodegas, galpones, cámaras, tanques y habitaciones.
Estas
instalaciones de la planta ballenera de la Compañía Industrial S.A.
fueron más conocidas como la Planta Ballenera Indus de Iquique, y
pertenecían a la misma empresa que operaba la Ballenera de Quintay desde
su inauguración en 1943. En muchas fuentes literarias y de internet se
señala la fecha de 1957 como aquella de la entrada en operaciones para
la planta de Iquique, pero hay quienes indican que esto sucedió en 1956,
como Sergio González Miranda, quien sugiere en "Hombres y Mujeres de la
Pampa" que la planta ya estaba operativa a fines de ese año, cuando él
llega a Iquique.
Ese año de 1956, además, las flotas de la Compañía Industrial
habían comenzado a ser comandadas por noruegos, y parece que sus naves
en Iquique también fueron parte de esta política. Sin embargo, un
versado autor sobre estos temas, don Jorge Sepúlveda Ortiz, establece en
su artículo "La epopeya de la industria ballenera chilena" publicado en
la "Revista de Marina" de 1997, que la fecha de apertura de la
Ballenera Indus de Iquique fue en enero de 1957.
Acceso de la ex ballenera.
Sector del muelle y del desembarcadero, donde eran subidas las ballenas cazadas.
Casi
no habían compañías pesqueras iquiqueñas cuando la planta ballenera fue
inaugurada, por lo que la apertura de la misma fue de enorme
importancia para la economía y la industrialización de la zona, a pesar
de que no funcionó por demasiados años. Más de 200 empleados trabajaban
regularmente ligados a ella, muy bien pagados para aquella época, y sus
actividades eran constantes.
Los
barcos llegaban remolcando principalmente cachalotes, la especie que
más abundaba en estas aguas, algunos con más de 40 toneladas. Según un
artículo publicado por el portal digital "El Sol de Iquique", 78.840
cetáceos fueron cazados y pasados por la planta durante toda su corta
existencia, cifra que hoy y cuando ya tenemos conciencia sobre las
consecuencias de esta depredación, abruma y sobrecoge.
Era
la época en que, según el recuerdo de los más viejos iquiqueños (o la
idealización de sus propias memorias, no lo sé a ciencia cierta), se
podía ver a estos enormes y nobles gigantes pasando con cierta
frecuencia frente a las costas de la ciudad, pues ésta es una de sus
rutas migratorias. Un promedio de 36 ejemplares eran cazados
diariamente, pero en algunos momentos era tal la cantidad de ballenas
sangrantes apiladas en la orilla y esperando ser subidas a la planta que
llegaban cardúmenes de tiburones, situación en la que se disponía a
algunos empleados para darle tiros diestros a los escualos que
pretendían devorar las presas. La lucrativa e inconciente depredación
era, así, algo casi demencial y de consecuencias insospechadas para el
ecosistema marino.
La
Ballenera de Iquique se jactaba en esos años de poseer una tecnología e
infraestructuras de punta para la actividad. Los cetáceos eran
arrastrados con aparatos de izamiento desde el muelle hasta una terraza
donde estaban las llamadas camas de descuartizamiento, sobre las
cuales comenzaba a ser faenado cada animal por una cuadrilla de
trabajadores con enormes y filosas herramientas manuales. Los huesos
eran cortados con sierras eléctricas y los trozos de carne y grasa eran
llevados a los enormes estanques de cocinadores industriales o a las
cámaras de secado con harina. Las cuatro calderas del complejo ardían
día y noche, emanando olores que a veces llegaban a la propia ciudad. En
el proceso se aprovechaba prácticamente todo el material que
proporcionara cada ejemplar de ballena o de cachalote, sin desperdicios.
Desgraciadamente
para los trabajadores iquiqueños -pero afortunadamente para los
cetáceos-, la planta comenzó a tener problemas para sostener la
actividades durante la primera mitad de los años sesenta, auque no tengo
claro si todo se debió sólo al trágico descenso de los ejemplares para
captura o a algunos problemas adicionales que enfrentaba la actividad de
la Indus.
Incapaz
de sostenerse por más tiempo, la ballenera acabó cerrando de manera
definitiva durante el año de 1963, durante el Gobierno de Jorge
Alessandri y sólo dos años antes de que cesara operaciones la propia
Compañía Indus. Cerca de 230 operarios con los que trabajaba allí
quedaron sin empleo, causando un gran problema que incluso fue abordado
en algún momento por la Cámara de Diputados. Las instalaciones fueron
ocupadas a continuación y durante algún tiempo por una empresa
procesadora y envasadora aceites de consumo doméstico, pasando por
algunas manos privadas más antes de llegar a la municipalidad.
Vista de la calle interior de la planta.
Sector sur de las instalaciones.
Desde
el cierre de la planta, nunca se pudo dar un uso definitivo y realmente
útil a las instalaciones de 37.400 metros cuadrados y que,
perfectamente, podrían figurar en las nóminas de Monumentos Históricos
Nacionales. Tras usos efímeros y parciales del recinto por diferentes
compañías, pasó a quedar en manos del Banco del Desarrollo y, en
noviembre del año 2004 la planta fue comprada al banco, pagándole 1.188
millones de pesos con recursos traspasados por el Casino de Juegos a la
Ilustre Municipalidad de Iquique, con el alcalde Jorge Soria al mando.
La administración municipal tenía por entonces la intención de
reemplazar el recinto, construyendo un centro de rescate marino, un
parque acuático de diversiones y un centro de investigación de cetáceos.
Empero,
como se propuso también con el caso de la ex Ballenera Quintay, muchos
insistían en que la ex Ballenera de Iquique fuera convertida en un gran
museo náutico o marítimo, algo que parece culturalmente tan necesario en
Chile y que otorgaría a la región tarapaqueña un importante atractivo
turístico relacionado con su propia historia. A pesar del abandono y la
ignominia, la planta sigue siendo una de las pocas instalaciones de este
tipo en el mundo entero que se encuentran casi completas, por lo que la
posibilidad de repetir experiencias de museos del mar aprovechando esta
infraestructura, como por ejemplo el Museo de las Pesquerías del
Atlántico de Lunnenburg en Nueva Escocia, Canadá, o el Museo Nacional
del Mar de San Francisco do Soul en Santa Catarina, Brasil, sería
perfectamente plausible en este caso.
Casos
como el del Parque de Villa Grimaldi o del Centro Cultural La Perrera
de Santiago, son demostraciones palpables de que sitios asociados a
recuerdos dolorosos o a épocas de inconciencia colectiva, pueden ser
replanteados como lugares conmemorativos y culturalmente interesantes,
superando sus propias sombras con un mensaje opuesto al que las hizo
ingresar a los registros de la historia. Pero, por el contrario, veremos
que en el caso de la ex ballenera iquiqueña pareció haber una verdadera
desidia contra tan importante conjunto histórico iquiqueño, como si
oscuras voluntades prefirieran esperar su "muerte natural" o el paso del
punto sin retorno de su rescate, para declararla oficialmente difunta y
abrirle paso a nuevos proyectos. Ya hemos visto este mismo modelo de
destrucción patrimonial en todo Chile y con innumerables otros ejemplos.
Fui
a visitar el recinto durante el mismo período de tensiones y
discusiones sobre su destino, que describiré en seguida. Hacerlo puede
ser aún una experiencia francamente decepcionante: además de la pésima
disposición que recibí de los cuidadores, se debe llegar por un sendero
lleno de agresivas jaurías de perros para dar con un control donde el
acceso se hace imposible. Tampoco es factible la posibilidad de obtener
allí cualquier información sobre alguna clase de actividad que aún
parece tener lugar dentro de las instalaciones, a juzgar de los ruidos
que salen de las bodegas interiores. No tengo problemas en confesar que
algunas de las imágenes que acá publico las hice tomándome "a la mala" algunas libertades, así que pueden citarme al tribunal de la risa cuando quieran.
Si
mi naturaleza fuera más suspicaz, sin embargo, juraría que había alguna
clase de política de no responder consultas profanas en la ex
ballenera. Nada que no sea mirar desde afuera las instalaciones se
obtiene haciendo una visita in situ y como simple mortal, entonces.
El conjunto mirado desde el lado del cerro. Al fondo, edificios de la ciudad de Iquique.
Conjunto
de residencias ubicadas al Sur de la planta, vecinas a las
instalaciones. Fueron usadas como alojo y oficinas administrativas de la
planta durante su época.
El
año 2007, la alcaldía de doña Myrta Dubost anunció la inminente venta
de la ex Ballenera de Iquique ya que, según palabras textuales de la
edil, "no podemos tener un terreno en el cual no existe ninguna posibilidad cierta de construir algo", además de significarle a la municipalidad el retener por nada más de mil millones de pesos, de acuerdo a esta filosofía.
Según
parece, lo que pudo querer hacerse en realidad era sacar urgentemente
dinero para las crecientes deudas municipales, pues al año siguiente la
empresa de recolección domiciliaria de basura Euronorte, interpuso una
demanda contra la misma municipalidad por adeudarle 1.200 millones de
pesos, por concepto de gastos extras no considerados en los contratos y
desembolsados en el cumplimiento de labores, los que había comenzado a
incrementarse hacia los mismos meses en que iba a realizar el estudio de
una base para poner en venta la ex planta ballenera. Así pues, la
empresa solicitó también una medida precautoria sobre las instalaciones
de la ex Ballenera de Iquique para luego pedir su embargo en caso de no
pagarse la deuda, pues la cifra casi coincidía con lo pagado por la
anterior administración Soria para adquirir la planta.
Para
peor, justo hacia los días en que se celebraba el Bicentenario de la
República el año 2010, la misma Municipalidad de Iquique sufrió un revés
en los tribunales, lo que volvía a complicar la situación de la ex
ballenera al quedar sin efecto una propuesta de acuerdo para pagar 950
millones de pesos que la corporación municipal debía para evitar el
remate de las instalaciones, y que se habían planteado en tres cuotas de
350 millones de pesos cada una, la primera para los acreedores y las
otras dos para los demandantes de la empresa Mecano, quienes no
aceptaron la fórmula. La sombra del inminente remate se posó sobre la ex
Ballenera de Iquique, entonces, despertando las protestas y la
inquietud de la ciudadanía iquiqueña.
El
peligroso tira y afloja de amenazas sobre la ex Ballenera continuó
angustiando a los amantes del patrimonio tarapaqueño en todo este
tiempo. A fines del 2010, y en lo que algunos consideraron una medida
desesperada de la municipalidad por impedir el remate y saldar las
deudas, se autorizó la venta del llamado Lote G en la falda del Cerro
Esmeralda o Cerro de la Cruz a una firma particular, justo donde
comienza el camino de la cuesta.
Como consecuencia de aquello, la empresa
realizó extracciones de material árido en el terreno precisamente donde
comienza la subida a la Cruz del Calvario que los peregrinos realizan
por el cerro, siguiendo el camino de las cruces durante Semana Santa,
perturbando con ello el normal ascenso por esta vía. El año 2012 pasado,
además, se denunció también la presencia de vertederos ilegales de
basura alrededor de la ex planta ballenera, como si los problemas en
torno a ella fueran pocos.
Acercamiento al sector principal de la planta y sus caminos interiores.
Con
la derrota de Dubost en las elecciones municipales del año 2012 y el
regreso de Soria al sillón alcaldicio, algunos creyeron ver una luz de
esperanza para la conservación definitiva de la ex Ballenera de Iquique y
su destino en un centro cultural o museo de verdadera importancia para
la región. Recientemente, Soria también ha denunciado que la venta de
terrenos del Cerro Esmeralda efectivamente se había hecho por el Concejo
Municipal anterior para salvar a la planta industrial y anunció medidas
para tratar de facilitar el ascenso de los peregrinos por la ruta de
las cruces.
El
mismo alcalde ha manifestado su interés de convertir a la ex ballenera
en un parque de acuarios a nivel turístico internacional, proyecto en el
cual estaría reclutando al entrenador mexicano del espectáculo y
residente de Iquique, don Jesús Medina, quien aparece vinculado a un
centro de rescate de fauna marina y realiza las conocidas presentaciones
de lobos marinos amaestrados en el anfiteatro acuático frente a la
Playa Cavancha, sitio donde tuve el gusto de conversar un poco con él.
Es
seductora la idea de transformar a las instalaciones en un museo
náutico y marítimo de respaldo académico más que una combinación del
mismo con parque de entretenimientos y otras instancias, pues el gran
museo de este tipo es una deuda que la ciudad de Iquique tiene con sí
misma desde hace largo tiempo. Además, es de suponerse que el tamaño de
estas instalaciones muy probablemente permitan la cómoda convivencia de
un museo, un centro de rescate de fauna, una exposición permanente de
acuarios, un parque acuático al estilo del que ahora existe en el paseo
costero (aunque de mayores proporciones) y quizás hasta un centro
cultural dentro del mismo recinto, como se ha sugerido.
Mientras
tanto, la ex factoría ballenera de Iquique que espera esos mejores días
para sí sigue siendo un importante punto de referencia para quienes
vienen desde el Sur hacia Iquique: señala casi el inicio mismo de la
ciudad, allí cerca del control de Carabineros de Chile. Sobre la ladera
de los cerros junto a la carretera, además, alguien se tomó la tarea de
hacer un geoglifo de piedras blancas con la figura de un cetáceo y el
mensaje "SALVEN LAS BALLENAS", al parecer por grupos de activismo
conservacionista. Se encuentra vecino al recinto la sede del Instituto
del Mar Almirante Carlos Condell, y hacia el Sur un antiguo sector de
coloridas residencias que, según me comentaron aquí, alguna vez tuvieron
alguna relación con la misma administración de la ballenera.
Por
lo expuesto, el tiempo nos dará la última palabra sobre el destino
final de la ex planta ballenera. Esperaré ansioso, mientras tanto, la
oportunidad de escribir un artículo sobre el flamante y exitoso parque,
museo y centro recreativo de la ex Ballenera de Iquique.
Criss Salazar6 de noviembre de 2014, 23:30
ResponderEliminarMensajes rescatados desde el FBox del blog anterior donde estaba publicado originalmente esta entrada:
Araceli Castillo Domínguez · Top Commenter · Iquique, Chile · 154 followers
y ya no se ven ballenas en nuestras costas :(
Reply · · August 13, 2013 at 1:57pm
Lucia Alejandra Teuber Bennett
Siempre me he preguntado que hace falta para reunir esfuerzos y rescatar este patrimonio regional...
Reply · · 3 · February 4 at 1:19pm
Francisco Mora Riquelme · Gerente de Marketing & Ventas at PROYECTO LED
dedicación, colaboración, organización... liderazgo...
Reply · · February 4 at 1:34pm
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Criss Salazar6 de noviembre de 2014, 23:32
Más interesantes mensajes rescatados desde la ubicación original de este texto:
titomen25 de septiembre de 2013, 13:18
Mi padre llegó desde Valparaíso en 1956 a preparar las tripulaciones de los balleneros ( Cap. Oscar Mendieta) Tengo bastante informacion y fotos de los barcos en Balleneros de Quintay galeria de pelicano 1963 en Flickr. Yo viví desde 1957 a 1965 en Iquique hasta que los balleneros volvieron a Quintay. Héctor Mendieta
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Urbatorium25 de septiembre de 2013, 16:48
Interesante don Héctor... Si Ud. quiere me contacta por este formulario, directo a mi correo: http://urbatorium.blogspot.com/p/epistulr.html
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Paul Aliaga6 de enero de 2014, 5:16
titomen:si tienes fotos de Iquique del período 1957 a 1965, podrías subir algunas al grupo abierto FB "Sabes que eres Iquique si recuerdo". Este período es de vital importancia ya que da cuenta de los años del naufragio socioeconómico de la ciudad.
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Respuestas
titomen22 de enero de 2014, 7:54
mis fotos están en Flickr como balleneros de Quintay, fotos de pelicano 1963, de todas maneras coloqué las mas relacionadas cos ese periodo en el grupo de facebook amigas y amigos, gente de Iquique
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titomen22 de enero de 2014, 8:14
Mis fotos, están públicas en Flckr como Balleneros de Quintay, en la galeria de Pelicano 1963, allí hay varias fotos de ballenros en molle, entrando a la bahía, personal que trabajaba en eso
]
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Criss Salazar7 de noviembre de 2014, 15:45
PARTE II:
Eliminargravedadcero14 de julio de 2014, 21:14
estimado . me gustó mucho tu articulo pero queria agregarte un par de datitos , la ballenera cuando quebró INDUS SA. paso a manos de CROPONA S.A. en donde se refinaba el conocido aceite CRISTAL a partir de aceite de pescado proporcionado por las pesqueras , esto duro algunos años , de hay se utilizaban edificios de la ex ballenera , y un edificio nuevo que era la planta de refinamiento (filtro) que es el mas alto que se aprecia , hay detras existia un serpentin de aceite de ladrillo que explotó un 21 de mayo matando a un trabajador y quemando a dos mas del turno noche,estos se encontraban en el casino en ese momento ,adelante de este edificio se encontraba la bodega de llenado de tambores , al frente la bodega y oficinas gerencia, el laboratorio se encontraba al lado de esta y todavia recuerdo que dentro de este tenían un frasco de vidrio inmenso en donde había un feto de cachalote conservado en alcohol (siempre e pensado que habrá pasado con este ) , al frente y colindando con el cierre perimetral estaba el taller mantencion y la sala de envasado de aceite de litro y en "bolsa",las casas en el tiempo de la ballenera fueron utilizadas por la gerencia y trabajadores , durante coprona fueron abandonadas incluso como dato extra una de las casas ( la que queda mirando hacia el mar) se utilizó para filmar una película ( no recuerdo el nombre disculpa) , pasado algunos años COPRONA fue absorbida por LEVER CHILE en donde se convirtió en UNILEVER ,en ese tiempo se utilizó el área de las antiguas calderas y donde se cocía la carne de las ballenas para tener dos congeladores que pertenecían a BRESLER , casi el mismo año se cerro la planta y se vendió a una empresa de valparaiso que no recuerdo el nombre pero eran conocidos por fabricar cecinas en esos años ,en 330 millones , estos después le vendieron al municipio de iquique ( soria) . La ballena con piedras que mencionaste fue realizada por gente de GREENPEACE y fueron unas de las primeras acciones que realizaron en iquique .espero que te sirvan estos datos para complementar tu articulo o realizar alguna otra investigación , saludos .