EL PUENTE DE FIERRO DE AREQUIPA: UNA JOYA HISTÓRICA CON GRANDES INCERTIDUMBRES
Enfierraduras y vigas del puente.
Coordenadas: 16°24'37.86"S 71°32'52.84"W
Nota: artículo redactado y publicado en enero de 2015. Trasladado hasta acá en 2022, sin actualizaciones.
En 2014, fue publicado un artículo en "The New York Times" donde se
cuestionaban la relación con Eiffel atribuida tradicionalmente a
ciertas obras arquitectónicas de origen peruano, incluyendo algunas de
la hoy ciudad cabecera de Chile, Arica, como la Catedral de San Marcos y
a ex Aduana.
Esta
lista de revisiones empezaba por el puente metálico de la ciudad de
Arequipa, oficialmente llamado Puente Bolívar y Puente de Fierro. A
pesar de que allá se lo promociona mucho como el único Puente de Eiffel en
Perú, atribuyendo su diseño al afamado francés, ya me había llamado la
atención el que aparecieran en su estructura inscripciones demostrando
claramente la procedencia de su materialidad desde Filadelfia, y por eso
tomé en 2011 las fotografías que publico acá.
Ubicado
en el sector Sachaca sobre el Río Chili, el Puente de Fierro une la vía
Fernandini en Arrayanes con la orilla Sur hacia la ex Avenida Parra,
hoy Mario Vargas Llosa. Corresponde a una estilizada construcción mecano
de puente tendido no colgante, con armado modular de cerchas y
concebido en estructura de ménsula, entramado de diagonales cruzadas
(sistema "en X" o de Warren) y suspensión sobre columnas con la
constante de altura y horizontalidad adaptando sus vigas y puntales a la
superficie del suelo que lo sostiene, asegurado sobre fuertes machones y
sillares fortificados. Mide 488 metros de largo, siendo quizás el más
largo del mundo para uso ferrocarrilero al ser inaugurado, según se
cuenta.
Las
estructuras metálicas del puente llevan claramente la inscripción de
procedencia, legible entre sus remaches, pernos, tuercas y el quizás
innecesario esmaltado azul que se le dio más cerca de nuestra época:
Pat.D. June 17 1862
Phoenix Iron Co. Philad.A.
La aludida Phoenix Iron Co. de
Pennsylvania, Estados Unidos, había sido fundada en 1783, participando
como fundición de armamentos pesados en la Guerra Civil. Más tarde, en
la señalada fecha de 1862, uno de sus directores y socios llamado Samuel
Reeves, creó y patentó la llamada Columna Phoenix hueca y de
fierro fundido dividida en segmentos laminados, que se empleó en este
puente arequipeño y en varios otros que requerían de resistencia y
altura. La compañía continuó construyendo estas columnas y vigas para
estructuras metálicas. Tras cerca de dos siglos de actividades, sin
embargo, cerró operaciones recién en los años ochenta.
La
fecha de inauguración del Puente de Fierro es otro asunto un poco
confuso. Se sabe que su gestación tiene lugar en el período de
construcción de la Gran Red Ferroviaria Sur de Perú, ejecutada hacia
1870 y retomada tras la Guerra del Pacífico, hasta 1908. Surge, pues, de
una propuesta presentada por el empresario Enrique Meiggs en marzo de
1868, y que fue aprobada por el Presidente Pedro Diez Canseco Corbacho,
en el último de sus gobiernos interinos. El proyecto (que se impuso a
otros parecidos) contaba con el apoyo de la Comisión del Tribunal Mayor
de Cuentas dirigida por José Fabio Melgar y la Corte Suprema de Justicia
con aprobación del fiscal José Gregorio Paz Soldán, ambos distinguidos
personajes arequipeños. El contrato general de las obras ferroviarias
que incluían al puente, fue oficializado en de abril de ese mismo año.
Nacido
así como el viaducto para las locomotoras que comunicaban con la zona
costera al Distrito de Arequipa, conectaba también con la estación
arequipeña hacia Puno, Cuzco y después Tacna. Leyendo el trabajo
titulado "Un decenio de la historia de Arequipa, 1830-1840", de Arturo
Villegas Romero, se observa que antes existía en donde ahora está el
puente, la Chacra de San Isidro, en la que su dueño, don Mariano
Guerola, había construido unos baños recreativos en noviembre de 1840.
Paisaje original del puente y sus alrededores, en sus inicios.
La locomotora se aproxima por el puente.
Esta imagen parece pertenecer a una secuencia, con la anterior.
Vista del puente con el antiguo aspecto de su luz.
Su acceso cerca de Parra, vista hacia el Norte, principio de los años 30.
Ya en los días en que estaba habilitado al uso de automóviles.
Sobre
el año exacto en que se cortaron cintas, abundan las fuentes asegurando
que el puente fue terminado en 1882, cosa curiosa, pues sucedió en
plena guerra. Si acaso esto hubiese sido una imprecisión quizás derivada
de la mala lectura de las inscripciones en las vigas del puente, la
fecha más pertinente podría ser la de 1870-1871, aproximadamente, por
coincidir con la primera etapa la gran ampliación ferroviaria del
territorio peruano (línea Mollendo-Arequipa) y coherente también los
retrasos que generó en todo el fatídico terremoto de 1868.
Efectivamente, se habla de un puente-viaducto ferrocarrilero sobre el
Río Chili en la memoria "Ferrocarril de Arequipa" y los informes
adjuntos publicados por el propio Meiggs, en 1871, paso que unía Sachaca
con Tingo, cuyo diseño y presupuesto fueron encargados al ingeniero
Ernesto Thomas, del mismo departamento encargado de la construcción de
las vías.
Empero,
este viaducto comentado no coincidía con el del Puente de Fierro y,
aparentemente, el del ferrocarril en su primera versión era de madera
como material principal, siendo posteriormente reemplazado por uno de
hierro en sistema mecano. Si esto es correcto, es parecida su situación a
la del mucho más pequeño Puente de los Carros en Santiago de Chile.
Así,
entonces, la Guerra del Pacífico no parece haber sido suficiente
problema para retrasar un proyecto de esta magnitud, siendo concluido
con su definitiva fábrica metálica en el señalado año de 1882, según la
generalidad de las fuentes.
Ahora
bien, la supuesta relación con Eiffel ha sido discutida por la falta de
pruebas concretas de ella. En cambio, el diseño sí coincide con
descripciones, ilustraciones y planos mostrados en el "Album of designs
of the Phoenixville bridge-works" de la Clarke, Reeves & Co.,
publicado en 1873, que encontré en una versión de microfilmes publicada
en los catálogos de The Internet Archives de San Francisco (Archive.org).
Aún así, en trabajos serios y académicos como "Evolución arquitectónica
y urbana de Arequipa, 1540-1990" de 1992, de Ramón Gutiérrez, Pedro
Belaúnde y Elías Mujica, podemos leer la siguiente información:
Una
de las grandes obras que el ferrocarril dejó a Arequipa fue el Puente
de Fierro o "Simón Bolívar" cuya interesante estructura se atribuye a
Gustavo Eiffel. Eiffel estuvo vinculado, a través de su representante,
el ingeniero Petot, a las obras de la Iglesia de San Marcos y la Aduana
de Arica, así como a la Catedral de Tacna.
Varios
otros autores peruanos y extranjeros han afirmado también que el puente
es diseño de Eiffel, como Carlos O. Zeballos Barrios en su guía
"Arequipa en todo su valor", Pedro Felipe Cortázar en "Documental del
Perú", Aníbal Cueva García en el "Gran atlas geográfico del Perú y el
mundo" y de alguna manera lo sugiere Josué Llanque Chana en su estudio
"Arequipa: plan de recuperación del centro histórico". Incluso, sigue
apareciendo en guías turísticas y almanaques, según he constatado
mirando ediciones relativamente recientes, además de innumerables sitios
webs oficiales o informales. Popularmente, además, se cree en Arequipa
que el Mercado San Camilo y la propia estación de ferrocarriles también
serían diseños de Eiffel.
A pesar del orgullo arequipeño por la supuesta presencia de la mano de Eiffel en su ciudad, el año 2011 la fundación Societé de la Tour Eiffel
publicó un trabajo titulado "Eiffel en Amérique du Sud: Mythes et
histoires", donde se cuestionaba su autoría del Puente de Fierro y en
otras obras a él atribuidas. Posteriormente, en octubre de 2014 el
periódico "The New York Times" publicó un artículo titulado "Despite
rumors, not everything that towers is Eiffel’s", donde se desmentía que
pertenecieran a planos suyos algunas construcciones como el propio
Puente de Fierro de Arequipa. Allí escribe su autor, William Neuman:
Los
libros de viajes, los guías y los residentes apuntan orgullosamente al
puente, una expresión fluida de la Revolución Industrial, como la obra
de Gustave Eiffel, el ingeniero francés del siglo 19 que construyó la
Torre Eiffel y diseñó el esqueleto de hierro dentro de la Estatua de la
Libertad.
Salvo
que no lo es. Así como tampoco lo son muchos otros puentes y edificios
por todo Perú y el resto de Sudamérica que son atribuidos al francés.
Parece
ser, además, que después de la muerte en 1873 del representante
comercial de Eiffel, su compañía no volvió a tener proyectos contratados
en América, opinión compartida y avalada en el artículo por la
académica Darci Gutiérrez, profesora de arquitectura en Arequipa quien
participó en la mencionada publicación de la Societé de la Tour Eiffel, y por don Eusebio Quiroz, historiador de la misma ciudad.
Vista actual hacia el Norte, desde el acceso.
Las columnas metálicas, con sus inscripciones de fabricación.
Vista del sistema de fijación sobre los sillares y arranques.
Vista desde la orilla del río Chili, pasado el puente inutilizado que hay allí.
Pasando sobre la avenida del Malecón de Vallecito.
Acceso Sur. Se ve parte del enrejado de su pretil y abajo la s villas residenciales.
Pero
bien sea o no de Eiffel, no es gratuita la asociación de este Puente de
Fierro con el célebre apellido: además de ser contemporáneo a las obras
del autor, corresponde a un armado exponente de la escuela
franco-inglesa de arquitectura en hierro, desarrollada en el siglo XIX
por innovadores como el propio Eiffel y sus colegas Paxton, Barlow, Dion
o Jenney. Para ser justos, además, cabe observar que existen
inscripciones en algunas columnas de la ex Aduana de Arica (hoy Casa de la Cultura Alfredo Raiteri)
de 1874, aparentemente demostrando algún grado de relación con la
compañía francesa a pesar de las dudas de los expertos extendidas hasta
estas edificaciones también. La autenticidad de esta obra y
probablemente de toda la llamada Manzana Eiffel incluida la Catedral de San Marcos, entonces, podría ser demostrable en los casos ariqueños.
Al
ser convertido el Puente de Fierro de Arequipa en paso de vehículos, ya
pasado el esplendor de las románticas locomotoras de vapor, se
cambiaron las vías y los durmientes por una carpeta de relleno con
hormigón armado, manteniendo las bandas laterales para peatones en su
estrecho paso. Se le han agregado refuerzos de murallones de calicanto y
mejoras estructurales hacia los años 30 ó 40, aproximadamente, aunque
hacia 1947 se denunciaba la necesidad de reparar el pavimento sobre el
mismo.
Todo
el mundo puede contemplar el puente al salir o entrar a la ciudad por
la principal de sus puertas, aunque los puentes más antiguos y cercanos
al centro histórico de Arequipa suelen llevarse el grueso de la atención
de los turistas. Se lo observa sobre unos campos de cultivo
correspondientes a grandes huertos de ajos, por el costado Norte; y al
lado de villas residenciales por el Sur, una de ellas bastante elegante,
siendo recomendada la hermosa postal visual que se logra desde este
sitio, a pesar de que el Puente de Fierro se sale del categórico estilo
barroco colonial dominante en la ciudad, que es el que llama a la
mayoría de los visitantes.
Aunque
hay mucha gente que lo atraviesa completo a pie diariamente, subir
sobre él es un asunto complicado para quien no esté acostumbrado: su
tambaleo con el paso de los vehículos se magnifica hasta el miedo en la
percepción del primerizo y del que sufra de vértigo, especialmente a esa
altura que ya antes se ha cobrado vidas por suicidios y accidentes. Los
quejidos de sus fierros más oxidados y las barandas de su pretil
tampoco ayudan mucho a estimular la gallardía en algunos tramos, cuando
se sienten al tacto dobladas o incluso algo sueltas por instantes del
trayecto.
Me
comentaron allá que se han solicitado volver a darle mantención y sé
que hasta ha sido declarado en riesgo hace no mucho tiempo, ya que su
estado no sería óptimo por el gran movimiento de vehículos, en ciertas
ocasiones armándose un taco sobre su luz, de hecho. Como el 2 de febrero
del año 2003 fue merecidamente declarado Ambiente Urbano Monumental por
Resolución Municipal Nº 1251-85-ED, es de esperar que esta belleza de
ingeniería y arquitectura reciba pronto todos los ajustes y
mejoramientos requeridos, asegurándolo por un buen tiempo más en el
paisaje urbano arequipeño.
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