EL KIOSCO U ODEÓN DE LA PLAZA DE RENGO... MÁS HISTÓRICO DE LO QUE PARECE

Coordenadas:  34°24'32.5"S 70°51'39.9"W

Tengo una sana obsesión por conocer las glorietas, cenadores, kioscos y odeones de las ciudades o pueblos que visite, interés que me acompañó en el largo viaje bicicletero iniciado desde Santiago en diciembre de 2021, por supuesto. ¿La razón? Quizá porque estos espacios suelen hablar mucho del pasado recreativo y más cándido de las plazas en donde se hallen, así como de los gustos que tenía la vieja sociedad de respectivos residentes, siempre relacionados con actividades artísticas y presentaciones musicales.

A los pocos días de haber partido estaba ya en la localidad de Rengo, en la Provincia del Cachapoal, Región del Libertador General Bernardo O'Higgins. La Plaza de Armas de esta ciudad cuenta con su propio kiosco u odeón, aunque su presencia se opaca un poco con la imponente vista de la Estatua de Caupolicán de Nicanor Plaza y la Fuente de Aguas, ambas cargando algunas leyendas pintorescas, además de un famoso monolito central que muchos ingenuos aún creen indicador del "centro geográfico de Chile", cuando en realidad homenajea importantes trabajos topográficos del Instituto Geográfico Militar realizados en la zona hace cerca de siglo.

Ubicado en el costado de la misma plaza, por el lado que da a calle Carlos Condell cerca de la esquina con José Bisquert, el sólido kiosco de concreto y metal se ve bastante más moderno que los otros elementos de la plaza, pero no por ello menos interesante. Además, sus decoraciones musicales en las forjas revelan su antiguo servicio como tarima de bandas de guerra, orfeones y retretas, que fueron muy características del centro cívico renguino en alguna época.

En sus "Crónicas de Rengo", el investigador y exalcalde Fernando Zapata Abarca señala que, hacia 1890, aquellas retretas comenzaron a ejecutarse en la plaza todos los domingos a las 11 de la mañana, pero en invierno y verano tenían lugar a las 19 horas, principalmente por la banda Instrumental del Batallón Cívico de Rengo a cargo del Sargento 1° don Juan Orellana. Hay interesante información al respecto publicada por por portal Rengo en la Noticia ("Plaza de Armas de Rengo y su historia", 27 de febrero de 2021). Así llegaron a ser parte relevante en la identidad y las costumbres de los vecinos de esta localidad.

Ante la falta de un buen sitio para las bandas musicales, entonces, el residente local Juan Duprat Jaboín donó un primer kiosco en 1907. Aunque no se conoce mucho de él, debió ser sencillo y quizá rústico, pues Zapata Abarca indica que se trataba de un odeón de madera. Como sea, estuvo cerca de 50 años en uso para tales presentaciones instrumentales, además de encuentros sociales, culturales y oratoria de políticos, hasta que el progreso y las necesidades de ir a la par del desarrollo dejaron atrás a la vieja estructura.

El actual kiosco u odeón fue construido por iniciativa del Rotary Club de Rengo y tras una campaña iniciada hacia 1956, siendo inaugurado el 19 de mayo de 1957 según se señala una placa de mármol empotrada en el mismo. Obra del artista de origen español Eulalio Irazábal, quien ostentaría trabajos de paisajismo y monumentalidad también en Curicó y otras ciudades, resultó con un interesante elegante diseño de planta octogonal más moderno que el resto de los elementos de la plaza, además de contar con las proporciones y características adecuadas a las dignidades de aquel momento histórico y los servicios que dispensaba.

El zócalo del kiosco hoy sirve de bodega, principalmente para guardar elementos relativos al aseo y ornato de la plaza. Se sube a su nivel superior y abierto por una escalera lateral que, a pesar de estar cerrada por una reja más arriba, no desalienta hoy a los muchos chiquillos que la saltan sin problemas para pasar las tardes sobre la plataforma sombreada. Liras y llaves de Sol formadas por el hierro forjado en los pretiles y contornos enrejados delatan el valor musical que tenía este espacio en la comunidad renquina.

Puede que no sea lo más destacado a la vista en la plaza ni una gran reliquia de admiración turística, pero el kiosco u odeón actual mantiene aquel hilo histórico con el pasado de este sitio y con la semblanza de la propia ciudad de Rengo.