EL DELFÍN CON EL GORRO: ALGO SOBRE EL MIRADOR JACQUES COUSTEAU DE CALDERA
Diario "El Chañarcillo", con la inauguración del mirador.
Coordenadas: 27°03'52.0"S 70°49'50.7"W
Un singular homenaje y monumento conmemorativo cumplirá ya 25 años de
existencia en la ciudad de Caldera, Provincia de Copiapó. Se encuentra
en el borde de la avenida Arturo Prat, continuación hacia el poniente
del paseo costanero de la avenida Guillermo Wheelright y la Playa Mansa,
enfrente de la bahía de Caldera.
Se
trata de un óvalo de plaza semidura ubicado en el que ha sido un
tradicional mirador de la bahía hacia final de Prat, por el camino que
conduce a las viejas instalaciones del que fue el Muelle Industrial,
cuyas ruinas siguen en pie un poco más allá. El lugar fue remodelado y
reinaugurado en 1997 como Mirador Cousteau por la Municipalidad de
Caldera, siendo alcalde don Emilio Bianchi Falchi.
El
homenaje va dirigido al célebre biólogo marino, documentalista,
inventor y explorador oceánico francés Jacques-Yves Cousteau
(1910-1997), recordado especialmente en la cultura popular por su serie
televisiva documental "El Mundo Submarino de Jacques Cousteau" y sus
famosos viajes por todos los océanos, navegando con su equipo de amigos y
colaboradores en el legendario barco científico "Calypso".
La
memoria de Cousteau lo reconoce también como uno de los
primeros divulgadores y activistas denunciando la contaminación de los
mares e invitando a las sociedades a hacerse responsables de conductas
que revirtieran este problema, algo de tanta relevancia en nuestros
días, especialmente por la infame cantidad de residuos plásticos en
los mares. Sus actividades de difusión documental presentaron, por
primera vez para muchos, el conocimiento sobre las maravillas de la vida
marina, marcando generaciones de espectadores con su trabajo. Fue
noticia mundial, también, cuando falleció su hijo compañero de aventuras
Philippe Cousteau, en un accidente aéreo, creándose una fundación que
hoy lleva su nombre y que es dirigida por su hermano menor, Pierre.
Las
visitas de Cousteau a Chile, siendo la principal de ellas quizá en la
Isla de Pascua, dejaron una grata impresión sobre los hombres del navío Calypso y hasta algunas leyendas sobre su supuesto paso de
exploraciones por tierra. Y, coincidentemente, Cousteau estuvo en
Caldera cuando rodaba el que habría sido uno de sus últimos
documentales.
No
fue extraño, entonces, que la Municipalidad de Caldera adhiriera a la
congoja internacional provocada por la noticia del fallecimiento del
oceanógrafo y documentalista, sucedida el 25 de junio de 1997, pocos
días después de su cumpleaños número 87, tras una extraordinaria,
entretenida y prolífica existencia. El homenaje calderino parece
corresponder a uno de los primeros monumentos públicos que se hicieron
para su memoria tras haber muerto, además.
Por
las descritas razones, se decidió mejorar punto específico el Mirador
de Caldera y colocarle su nombre a una pequeña plazoleta dura del mismo,
que se sitúa a un costado del Club de Yates de la ciudad y por encima
del pequeño muelle utilizado por una firma de ecoturismo por la costa de
Caldera.
El
día de la inauguración, jueves 4 de septiembre de 1997 a las 17 horas,
se hizo coincidir con el contexto de la apertura de la XXI Versión del
Sudamericano de Actividades Submarinas de Caldera. Fue un evento mucha
atención de la comunidad residente, asistiendo gran público al acto. La
noticia fue cubierta por medios locales como los diarios "El
Chañarcillo" y "El Atacama".
Además
de los vecinos y la prensa, estuvieron en la presentación de la plaza a
la ciudadanía autoridades y representantes. Por la Embajada de Francia
en Chile, se hizo presente el Delegado Cultural de la Jacques de
Croizant, y el primer secretario del embajador, Bruce Bourdon. Ambos se
mostraron muy agradecidos y complacidos con el homenaje a Cousteau y los
discursos del día.
Otro
personaje presente en la inauguración fue Henry García, quien había
trabajado como asistente de cámara en las expediciones del Calypso.
También estuvieron representantes de las delegaciones participantes en
la competencia deportiva, cuyas banderas de Chile, Argentina, Brasil,
Venezuela, Perú, Colombia y Uruguay quedaron flameando en las astas
instaladas en la misma plazoleta. Los siete equipos lucharían por los
cinco cupos para el Mundial de Croacia, a partir de ese día.
Estuvo en la inauguración el escultor francés residente en Chile,
Polyte Solet (pseudónimo de Lucien Burquier), autor de la talla en
madera del delfín que destaca en el mirador desde aquella jornada. Y el
alcalde Bianchi, además, aprovechó la ocasión para anunciar que a contar
de junio del año siguiente, se instauraría en la comuna la Semana
Coustiniana, relacionada con actividades acuáticas y su fomento. Poco
después, a las 19:30, el mismo alcalde daba inicio oficial al campeonato
en la explanada de avenida Wheelwright, seguida de un cóctel en el
Salón Azul de la Casa de la Cultura de Caldera.
En
el lugar se instaló también un poste con un ancla tipo almirantazgo,
señalando el lugar de hermosa observación del puerto y las aguas
calderinas. Enfrente de esta, se elevaba un mástil con la figura
tallada del delfín, el que nada con un gorro de lana en su hocico: es
la famosa prenda que Cousteau usaba cuando se encontraba en mar, casi un
fetiche en su característica apariencia. La versión de Caldera, sin
embargo, lleva un pompón, más parecido a los que usan los pescadores
locales que estacionan sus naves justo enfrente del mirador y otros
lados de la bahía.
El
delfín de 2,40 metros de longitud (tamaño real), fue tallado en madera
laminada de lingue por Solet, cuyo estilo es conocido por inspirarse
siempre en motivos marinos. Desde 1981, el escultor ha confeccionado
otras obras de monumentalidad pública que pueden encontrarse en
diferentes localidades de Francia y Chile.
En la base del mástil que hoy eleva al delfín, encontramos la siguiente inscripción inaugural: "MIRADOR COUSTEAU. I. MUNICIPALIDAD. CALDERA CHILE 1997". Hay espacio suficiente para que algunos vehículos puedan estacionar alrededor de este monumento, además.
No
fue la única inauguración para Cousteau de esa jornada, por cierto:
caminando hacia el Norte de la bahía, en las aguas enfrente al
Anfiteatro del Mar, se encuentra un monolito submarino considerado el
primer monumento de este tipo para una persona. Corresponde a una
representación de la diosa Calipso, deidad griega de los mares que daba
nombre al barco del científico, montada sobre una base del maravilloso granito orbicular
extraído del santuario de la naturaleza ubicado al Norte de Caldera y
señalado en la superficie por una boya con las banderas de Chile y
Francia. La obra es de Pablo Quercia y Alejando Mohor, asistidos por el
acuicultor Claudio Larco.
El
monolito submarino pertenece a la misma inauguración de homenajes a Cousteau aquel día y había sido entregado a la ciudadanía poco
antes, a las 13 horas. Para muchas opiniones es, de hecho, el primer
monumento público que se inauguró para Jacques Cousteau en alguna parte
del mundo tras haber fallecido. Sin embargo, por su distancia y sus
características que lo hacen diferente al que nos importa, no
relacionado con el mirador, no nos extenderemos acá sobre el mismo.
El
Mirador Cousteau recién inaugurado tenía ciertas diferencias con el
aspecto que tiene ahora, sin embargo. Originalmente, el monumento
principal era el ancla, que estaba en la orilla de la plazoleta junto a
vallas encadenadas que formaban un pretil sobre la orilla del mar, y a
sus pies estaba la placa conmemorativa con la información que hemos
descrito. En cambio, el mástil con el delfín estaba más allá, abajo y
con mayor altura, empotrado justo sobre las rocas de la rompiente y casi
enfrente del ancla, con las olas golpeando su base.
Empero,
por algunas razones estéticas y otras que se relacionan con la
preservación de los materiales metálicos expuestos a la corrosiva
salinidad, el poste del delfín fue subido hasta la plaza, en el lugar
del ancla y sobre un pequeño jardín, y esta fue retirada un poco más
atrás, en la disposición actual que mantiene desde el cambio de siglo,
aproximadamente, sobre unas rocas naturales del lugar. El pretil con
cadenas también fue cambiado, despejando la vista desde el mirador aunque la modificación se llevó también las astas donde habían estado las
diferentes banderas de países sudamericanos que flameaban allí en el
borde.
Cabe
señalar que otra escultura del delfín de Solet dedicada a Cousteau está en una rotonda de su localidad natal de Saint-André-de-Cubzac.
Básicamente, es similar a la que puede verse en Chile, pues sólo
modificaron su gorra por una sin pompón y pintada roja, como la que
solía usar. Esta obra fue donada al municipio francés por la
Municipalidad de Caldera en 1998, siendo instalada en la proximidad del
cementerio en donde está sepultado el insigne y recordado oceanógrafo,
como símbolo de su enorme e invaluable legado cultural y científico. Y
además de representar la vida marina, el delfín alude al animal
heráldico del escudo de armas de Saint-André-de-Cubzac, ciudad donde
Cousteau tuvo su cuna y ahora su tumba.
Con
acceso de automóviles por ambos extremos del óvalo en Caldera, a un
costado del Mirador Cousteau existe un pequeño kiosco de ventas rápidas,
llamado "El Delfín", en alusión al personaje del monumento principal en
el conjunto. Algunos la conocen como la Plaza o Mirador del Delfín, de hecho, ya
perfectamente posicionado en la identidad cultural de la ciudad.
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