EL COPAO: UNA CACTÁCEA MULTIUSO Y CON GRANDES PROYECCIONES
Imagen
de un copao con frutas, al interior de la Región de Coquimbo, publicada
a inicios de los años ochenta en la enciclopedia "Chile a Color", de la
Editorial Antártica.
Científicamente llamado Eulychnia acida
Phil, el copao, rumpa u hormata es una cactácea que ha conquistado gran
parte del paisaje semi-desértico que puede observarse entre la zona del
Choapa y el Quilimarí hasta más o menos el Valle del Huasco. Se pueden
ver sus a veces kilómetros de filas formando murallones a modo de
empalizadas verdes, de diferentes tamaños. Crece en las laderas y los
llanos, y parece bastante hábil para adaptarse a terrenos arcillosos de
tierra rojiza como a roqueras del borde de los cerros. Como especie
endémica, abunda especialmente en la Región de Coquimbo, asomando desde
bordes altos de las costas y llegando hasta la vera de los caminos de
los valles interiores junto a la cordillera, entre los 10 a 1.500 metros
sobre el nivel del mar.
Entre
las primeras menciones científicas del copao está la del naturalista
Rodolfo Amando Philippi en su "Florula Atacamensis seu Enumeriatio" de
1860, aunque asoció el nombre copao también a la Eulychnia breviflora, cacto nativo más pequeño y con prácticamente la misma distribución que el gran vegetal homónimo, y especie llamada Eulychnia castanea y que comúnmente es conocida como el copao de Philippi o copao de Los Molles. Sin embargo, el sabio alemán habló allí de la tuna de cobado,
nombre que parece ser un error o deformación de la palabra copao. Al
parecer, pues, la denominación de copao se extiende a todo el género Eulychnia, considerando que existe también uno llamado copao de Iquique, correspondiente al Eulychnia iquiquensis.
Rodolfo Lenz, por su parte, habló de otro cacto llamado cavul y copao
en su compilación "Vida y costumbres de los indígenas araucanos en la
segunda mitad del siglo XIX", de 1930, correspondiente más bien a un
quisco.
La Eulychnia acida
Phil de nuestra atención, aparece también en una famosa revista
botánica alemana del siglo XIX , la "Linnaea" en 1864, que la identifica
y cataloga en base al trabajo de Philippi. Es reconocible por su gran
tamaño de hasta 4 ó 5 metros, generalmente de varias ramas con un tronco
central grueso y grandes espinas que se vuelven grises o blanquecinas
al envejecer. Sus flores son blancas o tenuemente rosáceas, más
amarillentas o rosas hacia el centro, con puntas de pétalos levemente
transparentes y dispuestos en forma de trompeta. Estas flores suelen ser
confundidas con las florcitas rojas y delgadas que crecen sobre él con
mucha frecuencia y que corresponden en realidad a una planta
semiparásita llamada quintral de quisco o fosforito (Tristerix aphyllus), que parece tener una gran preferencia por escalar a los copaos.
Copaos
en ladera del cerro, junto al camino D-71 cerca de Canela. Las
florcitas rojas que se ven en el cacto del primer plano son de la planta
parasitadora conocida como quintral de quisco, muy frecuente entre los
copaos.
Copaos en las laderas de los cerros en el Valle de Elqui, sector El Tambo.
Cercos de cactos, sector río Choapa.
Copaos de cerro, cerca de Illapel.
Además del trepador quintral de quisco,
es frecuente encontrar habitando copaos a orugas de escarabajos y
mariposas, además de albergar en sus pies cactos más pequeños y flores
como la alstroemeria mariposa de Los Molles, durante los períodos del Desierto Florido.
Su capacidad de enraizado le permite crecer en laderas y terrenos de
pendientes, según comentan los lugareños ayudando a "afirmarlos" y
dándose solidez al mismo como hábitat de especies de tierra, al formar
terrazas o escalones naturales, creciendo especialmente en las que
tienen exposición Norte y, por lo tanto, mejor soleado. También he visto
nidos de aves silvestres entre las espinas de algunos ejemplares, por
el sector interior de Ovalle y trepado por otras especies vegetales en
el sector de Cuesta Buenos Aires y en el Valle de Elqui.
El
copao es una especie de buen valor cultural en la zonas que habita:
además de la identificación específica con su territorio de
distribución, ha sido usado por generaciones como productor de madera de
artefactos, rejas o herramientas específicas (como pequeños tambores de
molienda, morteros, etc.), y para hacer cercos de plantas vivas
aprovechando su espeso espinado y su resistencia en los terrenos, además
de su longevidad. La zona está llena de terrenos, fincas y parcelas
totalmente cercadas por copaos, curiosidad abundante en la Provincia del
Limarí, extendiéndose hasta las líneas de los cerros. En algunos casos,
incluso es parte de la decoración de patios o jardines de residencias,
hoteles, viveros y otros, dándole un carácter más pintoresco a la
ornamentación natural.
Al igual que sucede con los conocidos quiscos (Echinopsis chiloensis y Echinopsis skottsbergii) y los más nortinos candelabros andinos (Browningia candelaris),
su leña ha sido explotada en el pasado como combustible y algunos
artesanos fabrican objetos comerciables con esta madera en forma de
celdillas. Entre los más populares están los llamados "palos de agua" o
"palos de lluvia", utilizando una rama hueca y deshidratada, a veces con
las propias espinas del cacto o palitos delgados clavados hacia su
interior, más un relleno de gravilla, semillas o maicillo para que al
voltear el instrumento produzca su característico sonido de lluvia con
los granos desplazándose entre las púas o celdillas secas. Otros objetos
de artesanía con copaos son pequeños tambores musicales hechos con
segmentos de ramas gruesas, colgantes decorativos, candelabros o
lámparas.
Tuna de copao creciendo hacia el sector San Francisco, en Canela.
Frutos de copaos en prolífico ejemplar, Valle del Encanto, Ovalle.
Aspecto de un fruto maduro abierto.
Frutos maduros rojizos, en el Valle del Encanto.
Se
presume que estas tradiciones de trabajo con madera de copao podrían
tener un impacto negativo en la población de la especie, aunque todo
indica que la amenaza principal siempre ha sido la destrucción de su
hábitat, especialmente para abrirle espacio a la actividad agrícola
(viñas, olivos, árboles frutales) o la ganadería (cabras, ovejas), pues
la gran mayoría de las artesanías se confeccionan recolectando ramas
secas y muertas. Afortunadamente, además, el estado actual de
conservación de la especie es positivo, hallándose también en
territorio protegido como el Parque Nacional Fray Jorge, la Reserva
Nacional Las Chinchillas y en cantidades menos exuberantes en el Parque
Nacional Llanos de Challe, además del sector del Monumento Natural de
Pichasca, el Valle del Encanto, la Reserva Santa Gracia y el actualmente
en proyecto Parque Tres Cruces del Valle de Elqui.
Otro factor de interés que ha ido popularizando al copao fuera de sus dominios, es su fruto del mismo nombre o bien tuna de copao,
bastante conocido entre los habitantes de sus zonas: una esfera carnosa
globular de entre 5 y 7 centímetros de diámetro y unos 100 a 150 gramos
de peso, con aspecto de textura escamosa y levemente velluda, que suele
darse en colores verdes, morados, amarillentos, rojizos y anaranjados
cuando madura. Su pulpa interior es de consistencia babosa, gelatinosa y
asemillada muy parecida a la de otras frutas cactáceas como la pitaya
y, tradicionalmente,
ha sido consumida por los habitantes de esas regiones, apareciendo en
el comercio de La Serena y Valle de Elqui, por ejemplo. Guarda cierto
parecido al fruto guillave de los quiscos y su sabor podría ser definido
más o menos como una combinación de tuna, limón y kiwi, aunque en la
mayor parte de los casos se le aplica azúcar flor a esta pulpa para
comerla a cucharadas en el mismo envase natural que representa la
cáscara esférica.
Algunas
aves apetecen picar y probar estos frutos cuando ya están por caer,
sabiendo por instinto de esas propiedades alimenticias que no son del
conocimiento absurdamente reciente indicado en algunas fuentes, pues ya
aparece reportado su consumo por autores como Ricardo Eduardo Latcham en
"La agricultura precolombiana en Chile y los países vecinos", de 1936,
siendo prácticamente un hecho que era apetecido por pueblos ancestrales
de esas regiones, como los diaguitas y luego los primeros españoles. En
el Norte Chico aún mantiene fama de alimento energético, "purificador"
del cuerpo, preventivo de resfríos y afrodisíaco, además. El folklore le
adjudica ciertas características parecidas a las del Aloe vera a
las rodajas o su pulpa aplicada sobre el cutis, además de servir como
refrescante para enfermos y febrífugo en la medicina casera practicada
por las muchas curanderas y meicas de ese sector del país,
especialmente en el pasado. Una leyenda que probablemente no tenga base
real decía, en estas mismas tradiciones, que el fruto del copao no debía
ser ingerido por mujeres embarazadas o con sospecha de estarlo.
Cercos de copaos y ruinas de casas abandonadas cerca de Mincha.
Viejo mortero de campo hecho con madera de copao, sector Los Pozos.
Vendedora
de copao y de productos derivados del mismo, preparando una fruta con
azúcar y cuchara para un cliente, sector feria del Embalse Puclaro.
Canasto
con suculentos frutos de copaos en el sector feria artesanal del
Embalse Puclaro. Al lado, palos de agua confeccionados con madera del
mismo cacto.
El
altísimo valor nutricional y vitamínico en la fruta tuna de copao o
rumpa, ha sido estudiado y verificado en los últimos diez años,
comenzando a valorarse como alimento con grandes posibilidades de salir a
mercados internacionales y motivando algunos trabajos al respecto por
parte de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y del Instituto
de Investigaciones Agropecuarias (INIA), creciendo así el interés no
sólo por la recolección sino también por el cultivo y la producción
agrícola de la misma, algo bastante apropiado para sectores con escasez
de lluvias o sequías. Así describe estas virtudes la profesora Lilia
Masson Salaue de la Universidad de Chile, en el artículo
"Características químicas y composición nutricional de los frutos de
copao (Eulychnia acida Phil.) bajo tres condiciones ambientales
de la Región de Coquimbo", publicado por la revista "Chilean journal of
agricultural research" volumen 71, de 2011:
Además
es una buena fuente de vitamina C alrededor de 55 mg 100 g-1 en la piel
y 30 mg 100 g-1 en pulpa con semillas y jugo, valores altos comparados
con el contenido en tunas (Opuntia ficus-indica [L.] Mill.) Los
principales minerales fueron Mg, Ca, P, y K. En la pulpa con semillas se
determinaron polifenoles totales y en la cáscara rosada se determinaron
los pigmentos betalainas. Las características nutricionales, junto al
alto contenido de agua, alrededor de 96%, hacen de la "rumpa" una
materia prima promisoria para el desarrollo de jugos o bebidas
isotónicas naturales. Esta caracterización contribuye a una valorización
productiva de una especie nativa endémica disminuyendo las potenciales
amenazas de destrucción de las poblaciones silvestres de E. acida, especialmente aquellas cercanas a sectores agrícolas, favoreciendo la conservación de su hábitat en la región.
Al
mismo tiempo, la diversificación de productos en base a la fruta del
copao ha comenzado a hacerse corriente en el comercio popular y
carretero de la Región de Coquimbo: mermeladas, copaos cocidos al jugo
(presentación en la que se puede consumir también su cáscara), néctar de
copao, miel de copao, helados, jugos orgánicos, repostería popular y
gourmet, etc. También hay una versión pisco copao sour y un cocktail llamado piscopao,
ambos a base de los dos productos de la zona. Otras opciones
comerciales que se han experimentado son artículos de baño hechos con
copao como jabones, ungüentos, shampoo, etc.
Así
como las papayas y el pisco han hecho característica en la zona de
Coquimbo y los territorios de la región, podemos esperar que el
creciente aumento de la importancia comercial del copao vaya generando
más propuestas de productos asociados especialmente a las
potencialidades de su fruta, asegurando con ello también -en un caso
ideal- la perpetuación de la especie y la continuidad de su presencia en
el paisaje encantador de esos valles y cerros.
Comentarios recuperados desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarUnknown18 de marzo de 2017, 17:36
PRONTO www.los copaos.com y www.loscopaos.cl
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Unknown2 de marzo de 2020, 10:37
Hola amigos estoy recopilando aquellas recetas de yerbas de uso popular para llevarlas un libro digital,para hacer presente el uso de yerbas y plantas para uso en medicina popular. Llegue este blog buscando el fruto del Copao.