EL CASINO ESPAÑOL DE IQUIQUE: UN PALACIO HISPÁNICO DE DELEITE MORISCO

 

Coordenadas: 20°12'49.12"S 70° 9'6.84"W
Conocido también como el Centro Español, debe ser uno de los edificios más hermosos que se conocen en Chile. Poseedor absoluto de un exquisito barroco morisco, que lo pone también como uno de los referentes arquitectónico-decorativos de corte arabesco más importantes en nuestro terruño, francamente a la altura de otros célebres edificios como el Palacio de la Alhambra en Santiago o la Mezquita del Centro Mohammed VI en Coquimbo... "Un lugar de verdadero atracción turística en el norte del país", en palabras de Jaime Fuster.
El edificio se encuentra en la dirección de Plaza Prat 0584, al final de la antigua calle peatonal del Paseo Baquedano y en la curiosa esquina que se forma con su continuación por calle Uribe y con el origen de la céntrica calle Tarapacá, y que escapa al estricto trazado de damero que domina la mayor parte de las cuadras interiores de la ciudad. En este vértice, desde hace algunos años decorado con pretiles balaustrados y veredas de madera, se halla también el edificio del Club Croata, que con el Casino Español se disponen como las postales de dos maravillosos edificios de arcadas y columnas ocupando páginas enfrentadas de un libro abierto. En lo alto, flamean soberbios los pabellones patrios de Chile y España, sobre mástiles blancos erguidos sobre ese frente albo de mosaicos y azulejos artísticos, donde predomina el color azulino, mismo de algunas molduras, cornisas y capiteles de pilares.
La verdad es que el nivel de detalle y los atractivos al observador resultan interminables en este palacio, quedando siempre algo nuevo que mirar incluso para muchos que concurren regularmente al Casino Español a la hora de almuerzo; o bien a tomarse alguna de sus características tazas de chocolate español caliente o una copa de sus célebres piscos sour con limón de Pica, servidos al cliente con un platillo de frutas secas y con la reputación adicional de ser uno de los mejores de este tipo que se puedan ofrecer, fama que me siento en condición de compartir muy sinceramente, aunque hay otros locales de este mismo sector de Iquique que también son conocidos por la calidad de sus respectivos piscos sour, como "La Protectora", al otro extremo de la Plaza Prat.
Y es otra curiosidad el que, si bien el estilo exterior del Casino Español resulta sobrio dentro de su confirmación arabesca dominada por el blanco y los toques azules, aunque sin renunciar al detallismo y la puntillosa decoración geométrica, por el interior el edificio ofrece una espectacular ornamentación artística y diseños de muros, donde se recargan los espacios con el colorido, las trazas y la repetición de módulos o grecas, entre una arquitectura definitivamente morisca.
También hay simulación de mármoles tubulares y otras texturas. A pesar de que esta detallista decoración, el tallado, las filigranas, las grecas y el estucado artístico están bajo el dominio del estilo árabe, la presencia de algunos elementos románticos y de evocación a la escultura clásica o bien de unidades figurativas incluso en el diseño de las gráficas de los muros (como flores de Liz y motivos florales), nos revelan que se trata de una inspiración e imitación de las líneas de este arte, pero con algunos elementos sincréticos tal cual sucede originalmente en el mundo hispánico, como en la cultura andaluza.
Imagen de una postal fotográfica publicada hacia 1920, mostrando el vértice-rincón de la cuadra donde se halla el Casino Español, junto a la Plaza Prat. Su edificio está al extremo derecho del encuadre. A su izquierda se observa el desaparecido edificio comercial vecino y el que hasta ahora ocupa el Club Croata, entre otros ya remodelados o demolidos hacia el lado de calle Uribe.
 
Vista del mismo conjunto de edificios históricos al costado de Plaza Prat y de la esquina con Tarapacá. Se observa de frente al del Club Croata y, de costado, al del Casino Español. Imagen publicada por la revista "En Viaje" en 1947.
 
Decoración morisca interior del recinto y sus arcos emirales con radiados polilobulados y angrelados. Fotografía publicada por la revista "En Viaje" en 1954.
 
Otra imagen de la decoración interior, en este caso del segundo piso. Se observan los cuadros femeninos de la "Valenciana" y la "Sevillana". Imagen publicada por la revista "En Viaje" en 1960.
El Casino Español, junto con ser sede del club hispano y de su conocido bar-restaurante para la bohemia diurna, constituye uno de los centros de eventos más solicitados por la vida social y la festividad iquiqueña, diría que de la más refinada, aunque ha acogido también a carnavales, bailables y fiestas patrióticas que, en el pasado, parecen haber sido más bastante frecuentes que ahora, según los recuerdos de algunos iquiqueños. Por excelencia, entonces, éste ha sido un potente núcleo cultural en la ciudad, a la par de recreativo y con una importante carga histórica para la propia vida iquiqueña.
El edificio en la Plaza Prat fue construido en 1904 por la colonia española residente en Iquique hacia los inicios de su organización en la sociedad tarapaqueña, y hay bastantes placas de información en su interior revelando los detalles de esta historia. Sin embargo, no fue el primero que ocuparon como organización, según procederemos a ver.
Aproximadamente desde los días de la Guerra del Pacífico, estos ciudadanos españoles habían comenzado a participar más activamente de la industria salitrera de Tarapacá y en otras derivadas con el crecimiento comercial de Iquique, motivando importantes migraciones desde la Península y logrando algunos de ellos puestos de cierta importancia e influencia, por lo que hacia fines del siglo XIX tenían grupos de reunión y realizaban algunas actividades culturales vinculadas al folklore y las tradiciones netamente hispánicas con las que habían crecido.
En este contexto, el 26 de marzo de 1890 fue formalmente constituido el club-asociación "La Estudiantina Española", destinado a servir como grupo de actividades y de encuentro para estos inmigrantes, luego para sus familiares, hijos y después también para algunos miembros amigos de la comunidad española pero de otras nacionalidades. Al mismo tiempo, se creó una comisión de captación de miembros conformada por José M. Rola, Víctor Sáez y René Ganón, que buscaba acaparar nuevos socios. El mismo señor Sáez quedó en la presidencia del primer directorio constituido el 22 de junio siguiente, seguido del Vicepresidente Ciriaco Salas, el Director de Música Higinio Marín, el Tesorero Estanislao Laña, el Secretario César Hernández, el Subsecretario Manuel Fon Gálvez y como Vocales Archiveros don Francisco Soler, acompañado de los mencionados señores Rola y Ganón.
Según una placa informativa colocada dentro del Casino Español y fechada en octubre de 2000, en una sesión celebrada en agosto de 1891 durante la Presidencia de Ciriaco Salas en el directorio, se acogió una sugerencia de don Melitón Casacubierta, quien propuso que la sociedad se instalara en una casa propia y bajo régimen de arriendo en los altos del Cuartel de la Compañía Española de Bomberos, conocida también como la Bomba Iberia, y la residencia contigua al mismo, en la calle Patricio Lynch. El 11 de octubre se comunicó aceptada la propuesta por parte del Cuartel de Bomberos, entregándosele las llaves al club el 1° de noviembre. El arriendo que debía pagar la sociedad era de $100 mensuales por cinco años.
Seguidamente, el club adoptó el nombre definitivo de Casino Español con la reforma de estatutos realizada el 31 de enero de 1892, bajo la presidencia de don Manuel Chinchilla en el directorio, dejando atrás la época de "La Estudiantina Española". El flamante Casino Español fue presentado en sociedad el 21 de febrero de ese mismo año, declarándoselo inaugurado en el segundo piso del Cuartel de Bomberos con la firma del acta correspondiente por parte del señor Chinchilla, en representación del directorio.
Empero, el local no tardó en demostrarse pequeño para el crecimiento que experimentaba el círculo y, hacia diciembre de 1896, ya se demandaba un espacio más amplio; idealmente también, que les fuera propio. Esta necesidad es la que daría origen al actual edificio del Casino Español.
Vista actual del conjunto de edificios. Destacan el Club Croata y el Casino Español.
Vista de costado parcial, mostrando la geometría rectangular del bloque arquitectónico que da estructura al edificio palaciego. Ambos edificios vecinos son muy posteriores y levantados sobre antiguas casas comerciales.
Salón principal del restaurante, escenario de grandes fiestas.
Salón interior de socios, con el monumental cuadro del Descubrimiento de América.
 
Vista hacia el salón principal desde el segundo piso, con su bello piso parquet.
 
Afligidos por la necesidad de disponer de un espacio propio y cómodo, el 2 de agosto de 1902 la junta de socios del Casino Español decidió que había llegado la hora de abandonar los altos del Cuartel de Bomberos de calle Lynch y procedió a comprar un terreno y propiedad que estaban siendo ofrecidos a remate por la sociedad Buchman y otros, frente a la Plaza Prat casi esquina Tarapacá, que hasta pocos años antes había sido llamada efímeramente como Plaza 21 de Mayo. A la subasta concurrió el socio Francisco Ventura, adjudicándosela a nombre del club por la cantidad de $11.301.
Poco después, la agrupación española decide constituirse como Sociedad Recreativa Casino Español, el 5 de agosto de 1903, y el 11 de octubre encarga la construcción de la nueva sede en los terrenos adquiridos, al arquitecto don Miguel Retornano, calculándose los trabajos en $ 31.000.
Siguiendo el diseño de Retornano, el edificio se alzó con una estructura base de madera con revestimientos y refuerzo de concreto, además de los estucos y las maderas policromadas de su decoración. Se trata de una composición  de dos altos pisos y diseño muy simétrico externamente, con cinco arcos peraltados en el zócalo, uno de ellos correspondiente al vano del acceso en el extremo derecho, y otros cinco arcos de herradura polilobulados en el segundo piso, divididos por columnas y con barandas frontales.
(su) ...estilo morisco y decoraciones interiores -escribe Francisco Javier Ovalle-, nos hacen recordar a la casa de San Telmo de los Duques de Montpensier en Sevilla, o a1 Palacio de la Alhambra en Santiago, del malogrado estadista señor don Claudio Vicuña.
Interiormente, cuenta con una gran salón central con todo el alto del edificio, bordeado por la extraordinaria elegancia de las escalas y sus decoraciones ornamentales. Todo este interior está subdividido en salas y pasillos, de hecho, con un exquisito nivel de detalle reforzando la estética morisca de la que proviene la inspiración general. Tenía desde el principio también su salón de parquet para bailables, que era mantenido brillante como espejo en el pasado, pero que ahora forma parte del sector del restaurante. Ovalle describe ya en su época (1908) la presencia de la lujosa cantina, el hall con piso de mosaicos, una amplia sala de billar, el salón de reuniones y la sala de lecturas, disponible no sólo a los socios del club, sino cualquier persona que por entonces pagara una pequeña membresía del $5 mensuales.
Ya antes de atravesar los grandes cristales de sus mamparones -escribe Fuster en 1954-, saltan a la vista los preciosos azulejos multicolores que ostentan las paredes, y que veremos de nuevo en el segundo piso, desde cuyos balcones se puede dominar, en toda su extensión, la ya referida Plaza Prat.
 
El suntuoso y palaciego nuevo edificio del Casino Español fue inaugurado el 10 de junio de 1904, aunque leo en un blog dedicado a este centro que la apertura de puertas se realizó en forma muy reservada y sin invitados. Quedó ubicado ya en esos días entre un conocido grupo de establecimientos junto a la plaza, que incluían la Casa de Fotografía Italiana de don Giuseppe Termini, la Casa Comercial Cafarena, la sastrería francesa de don Juan B. Moulat y el edificio del Club Peruano, reconstruido pocos años después del incendio que destruyó también el negocio de Caferena y el café de un chino ocupado después por Moulat. Saltando al costado Norte frente a la plaza se hallaba el Club Inglés y, más tarde, se sumó al vecindario inmediato del Casino Español el Club Croata, que aún existe en el descrito vértice o rincón de la misma cuadra que ambos comparten.
La personalidad jurídica institucional del Casino Español como entidad de derecho privado y sin fines de lucro, la obtiene después, por Decreto del Ministerio de Justicia del 12 de septiembre de 1908. El permiso apara conservar su bien raíz por espacio de treinta años, es publicado en el "Diario Oficial" del 15 de junio de 1915.
Es interesante un dato que ilustra la cantidad de esfuerzo y tiempo invertido el hermoseamiento del edificio: se sabe que la pintura de las decoraciones en los muros, paredes y columnas interiores demoraron casi 11 años más después de iniciadas, antes de ser totalmente terminadas.
En 1933, se le agregó al conjunto la hermosa cúpula al medio y en lo alto del gran salón central, obra ejecutada por don Pedro Donaggio siguiendo el diseño trazado por el arquitecto Hurt Burchol. El artista Sixto Rojas, de quien volveremos a hablar por ser autor de los cuadros adosados a los muros del segundo piso, también participó en parte de la decoración de esta cúpula y del mismo segundo nivel del palacio, que se ha convertido en una suerte de pequeño museo por esos óleos, su decoración, espejos y piezas en exhibición.
Una leyenda dice que Rojas realizó estos largos y afanosos trabajos siempre pidiendo beber legítimo coñac español durante los mismos, aunque otras versiones adjudican esta costumbre a otros de los pintores que habrían participado de las obras artísticas dentro del edificio
Vista hacia el salón central y la cantina, desde el segundo piso.
 
Las elegantes escalas hacia el segundo nivel.
Detalle de las escaleras hacia el nivel superior.
 
Llegando al segundo piso...
Óleos "Embajadores vascos ante Abderrahman II" y "Último día de Numancia".
Vista de la cúpula central.
 
Algunos de los arcos moriscos germinales, dentro del edificio.
La decoración que conserva hasta ahora el edificio en su interior merecería un capítulo aparte, pero intentaré dejar resumida aquí algunas de sus características reservando las imágenes de las mismas o más detalles para una futura entrada que complete todo lo relativo al magnífico Casino Español.
Además de las lámparas colgantes, de las piezas escultóricas y del tallado artístico, se encuentran los ocho óleos que le fueron encargados durante la presidencia de don Jerónimo Lorenzo, por la suma de $4.000, al pintor español Antonio Tordecillas (o Torrecillas, en otras fuentes), mostrando escenas del Quijiote de la Mancha y realizadas en 1908, dispuestos en el salón principal: cinco a un costado y tres por el frente.
Los extremos de la gran escala al segundo piso, en tanto, están ornamentados con bellas figuras de estatuas-lámparas de evocación clásica, muy parecidas a las producidas por la metalurgia artística francesa de la época victoriana y quizás de este mismo origen. Tienen una evidente inspiración escultórica en el arte románico.
Otra parte fundamental del atractivo son los enormes óleos del artista Sixto Rojas, el mismo autor de la figura de la Virgen de la Gruta de Lourdes en Cavancha. Estos cuadros son de 1931 y le fueron encargados el año anterior por el directorio. Dos de ellos representan episodios históricos sublimes en las efemérides de España: "El desembarco de Cristóbal Colón en América" y "La Rendición de Granada" en el primer piso. En el nivel superior, iluminados por la luz de la cúpula central y desde el cual se tiene una visión amplia de gran parte del primer nivel, están también la copia del "Último día de Numancia", "Los embajadores vascos ante Abderrahman II" y "Entrada de Roger de Flor en Constantinopla". Les acompañan los cuadros de las llamadas cuatro mozas españolas: "Charra" de Salamanca, "Maja" de Zaragoza, "Sevillana" de Sevilla y "Valenciana" de Valencia.
En una vitrina horizontal de este segundo piso, frente a las figuras del Quijote y de Sancho Panza, se encuentra un hermoso set de 11 espadas donadas el año 1998 por el Presidente Jaime Clotet Malagarriga y traídas directamente desde España, cuyo arte de armería es internacionalmente famoso y cotizado. Las espadas allí reproducidas son "Excalibur" del Rey Arthur, la de don Quijote, la de Carlos III, la "García Paredes", la "Ivanhoe", la "Del Gran Capitán", la de Carlos I de España y V de Alemania, la "Tizona" y la "Colada” del Cid, la "Mandobles Reyes Católicos", la de Fernando III El Santo y "Durendal". Otro objeto de incalculable valor histórico en este lugar es una copia directa de la plancha base de cobre bañado en oro de la Lámpara de Barbarossa guardada en la colección de tesoros de la Catedral de Aquisgran, y aquí en exposición.
El Casino Español, además de toda la decoración artística descrita, cuenta con una estupenda y voluminosa biblioteca especialmente orientada a literatura hispánica, en un salón propio:
En nuestra opinión esta biblioteca vive como un tesoro hallado en un desierto -enfatizaba Ovalle-, porque en ella encontramos obras de eminentes escritores; una hermosa colección de la Ilustración Española y Americana que con tanto éxito fundó en Madrid en 1859 Aberlardo de Carlos Almanza; "L'Ilustration" de Paris escrita por amenos y distinguidos miembros del Parnaso francés; las obras completas del inmortal Julio Verne y una infinidad de libros filosóficos, naturalistas y novelescos, diarios y revistas nacionales y extranjeras.
Esta descripción publicada en 1908 en el libro "La ciudad de Iquique" del autor, se remonta al período en que el Casino Español era presidido por don Manuel Risueño, que por entonces oficiaba como Cónsul de Colombia. Posteriormente, en el mismo salón literario fue colocada una fotografía autografiada del Rey Alfonso XIII de España, con la fecha de 1915 indicada en la misma.
Actualmente, el restaurante y bar del Casino Español figura encargado a don Cristián Mardones Pantoja. No existe guía turística en la región que no recomiende una pasada por sus mesas o barras, para probar los señalados piscos sour o su variada carta culinaria, también reconocidamente entre las mejores de Iquique.
Siendo, así, uno de los edificios y centros culturales más hermosos de todo el país, el Casino Español tiene todo el mérito como definitivo gran sitio de encuentro, esparcimiento y conmemoración en que se ha constituido, especialmente para los miembros del club hispánico en la ciudad nortina, dando con ello espacio honesto e históricamente representativo a la fusión del universo cultural español con la influencia arábigo-morisca tan bien aludida por la arquitectura y el deleite artístico imperantes en este establecimiento.

Comentarios

  1. MENSAJES RESCATADOS DESDE EL BLOG ORIGINAL DONDE FUE PUBLICADO ESTE ARTÍCULO ANTES DE EMIGRAR HASTA ACÁ:

    Hector Escobar
    ¡imperdible, no puedes visitar Iquique sin visitar el Club Español!
    Reply · · February 20 at 6:45am

    Hector Escobar
    ¡imperdible, no puedes visitar Iquique
    Reply · · February 20 at 6:45am

    Soledad Inés Ayarza · Top Commenter · Iquique, Chile
    soy de sangre Española y me siento orgullosa de mis abuelos y tener este Casino Español tan señorial lleno de una delicada elegancia que con el correr de los años se mantiene igual.¡FELICITACIONES! Al Club Casino Español.
    Reply · · May 27 at 9:36am

    Soledad Inés Ayarza · Top Commenter · Iquique, Chile
    Es lo mejor que tenemos en Reliquia.ILos invito a visitar El Club Español.
    Reply · · May 27 at 9:30am

    Claudia Gabriela · Top Commenter · Universidad Finis Terrae
    precioso, Se ha conservado perfectamente, es una maravilla
    Reply · · June 27 at 11:11pm

    Patricia Carmen Carrillo Manriquez · Top Commenter · Propietaria at Sunrise Eventos · 217 followers
    falta ,musica en vivo
    Reply · · September 15 at 11:07am

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