EL CAMINO ZIG-ZAG DE IQUIQUE: MUCHO MÁS ANTIGUO Y MUCHO MÁS TRÁGICO DE LO QUE APARENTA

 

Vista al N.O., con la ciudad de Iquique al fondo, los ductos y parte de los antiguos senderos al costado. Abajo, descendiendo por la cuesta, se observa en encuentro de ambos sentidos de la Ruta 16 sobre la misma que empalma el Zig-Zag.
Coordenadas: 20°15'14.69"S 70° 6'46.38"W
Nota: artículo e imágenes del año 2013, trasladados hasta acá sin actualizaciones en 2022.
En estos precisos momentos, se está ensanchando el llamado Camino Zig-Zag que une la Ruta 616 con la Autopista 16 en las Cuestas El Pampino y del Toro, a espaldas de la ciudad iquiqueña. Con estos trabajos se le está creando una segunda pista, para facilitar la circulación vehicular entre el sector Norte de Alto Hospicio y la ciudad de Iquique por esta vía, esperándose que esté totalmente habilitada y operativa para el próximo mes de octubre.
El Camino Zig-Zag es bastante curioso y característico. Desde la ciudad se lo puede observar en lo alto: a ciertas horas del día, se ven los brillos solares y destellos en parabrisas y techos de vehículos descendiendo por él hacia Iquique, allí cerca del cruce del camino de la cuesta con la antigua vía férrea. Desde el camino, a su vez, se tiene una estupenda vista de gran parte de la ciudad y su línea costera. Produce algo de vértigo circular por el mismo, tan cerca de los bordes del alto y empinado barranco en la cordillera de la costa. Por este sector, además, desciende también el cableado eléctrico de alta tensión y, por el costado Norte, bajan las tuberías de los ductos de aguas.
Son cinco vueltas muy cerradas las de este camino y que le dan su nombre, abarcando más de dos kilómetros y medio desde la cima hasta la base que empalma con la autopista. Una de estas vueltas está en la misma entrada superior del camino, situación que ha sido históricamente peligrosa para los conductores descuidados o los adictos al exceso de velocidad, pues el borde de esta curva inicial cuelga sobre otro temible barranco cortado casi a pique. Otra de sus curvas, en la tercera, posición Sur casi al centro del trazado zig-zag, existe una gruta convertida en ermita de San Lorenzo de Tarapacá, hasta donde concurren muchos fieles y que fuera escenario de otro trágico suceso el año 2005, como veremos. A pesar de las barreras de contención, se recomienda por todo este sitio la conducción a sólo 30 kilómetros por hora como velocidad máxima. Actualmente, además, el Zig-Zag sólo es de bajada.
Aunque los iquiqueños tienen ciertas versiones populares sobre el origen de este camino, coinciden en recordar que esta ruta nació como un sendero importante que unía Iquique con la Pampa del Carmen y desde allí hacia la actual Ruta 5, pues la otra vía de conexión hacia el interior era el ferrocarril que salía a Pozo Almonte y a poblados mineros como Santa Rosa y La Noria. También se comenta que su importancia principal como camino de acceso-salida a la ciudad le fue arrebatada hacia los años cincuenta o sesenta, dejando de ser la principal vía terrestre para llegar a Iquique cuando se completó el camino de ingreso por la cuesta y la prolongación desde la actual Autopista 16, unos pocos kilómetros más al Sur del viejo primer camino donde ahora se emplaza el Zig-Zag.
Sin embargo, y a pesar de la merma en su importancia como carretera, el Camino Zig-Zag que vemos hoy día y que en estos momentos es ensanchado, fundamentalmente es resultado de varios mejoramientos, perfeccionamientos e implementaciones adicionales hechas sobre un camino ancestral e histórico que conectaba a Iquique con el territorio de las planicies interiores, remontado a los orígenes mismos de la ciudad y que fuera objeto de ciertas observaciones bastante interesantes por parte de los chilenos, al comenzar la Guerra de 1879 y cuando la ciudad de Iquique todavía era un tesoro mal conocido para la parte beligerante que logró clavar allí su bandera de victoria durante la conflagración.
Detalle del Plano de Bertrand de 1879, mostrando el primitivo camino conectando a Huantajaya.
Detalle del Plano de Vidal Gormaz de 1880, mostrando el camino de la "Cuesta de los Arrieros", coincidente aproximadamente con el actual Zig Zag de la cuesta.
Vista satelital del Camino Zig-Zag (fuente: Google Earth)
Cuando a inicios de la Guerra del Pacífico se encargó al geógrafo Alejandro Bertrand la observación cartográfica de la recién ocupada ciudad, produjo de vuelta en Santiago, en mayo de 1879 y pocos días antes tener lugar la epopeya del Combate Naval de Iquique y Punta Gruesa, una carta titulada "Costa de Iquique y ferrocarril a La Noria". En ella se observa ya el antiguo sendero que conectaba al poblado principal del puerto con los territorios altos de la Pampa del Carmen: salía desde la ciudad, bordeaba las faldas de los cerros costeros tomando una dirección diagonal que iba inclinándose hacia el oriente y subiendo por la pendiente natural de lomas o montes, hasta pasar frente por la gran duna del Cerro Dragón para orientarse ahora más marcadamente hacia el Este entre dos macizos de la cuesta, hasta el punto llamado El Hospicio y justo hacia el sector donde ahora encontramos el Camino Zig-Zag en los planos carreteros.
No es toda la información que entrega el mapa de Bertrand, sin embargo: un poco más al Norte de este sendero principal, se observa un camino secundario por la altura de los cerros. Ambos, sin embargo, marchan hacia el mineral de plata de Huantajaya, aunque este último camino es más directo al lugar del desaparecido poblado y su yacimiento, más al interior del territorio. Otras rutas van aún más al Norte o por el Sur, una de estas últimas pareciendo coincidir parcialmente con la línea de la actual autopista por la cuesta hacia Alto Hospicio.
Poco después, correspondió al Capitán de Fragata don Francisco Vidal Gormaz, hacer observaciones a este primitivo sendero precursor de la actual ruta ocupada por el Camino Zig-Zag, también a instancias del gobierno y a través de su "Estudio sobre el Puerto de Iquique", de 1880. Dice allí, respecto del camino hacia el interior y que reconoce como el más importante de Iquique:
A más de la línea férrea hay varios caminos que conducen al interior y hacia el sur. Uno parte de la ciudad y transmontando los altos cerros pasa por el mineral de Huantajaya, 15 kilómetros distante de Iquique y se dirige a Poso Almonte y a la Peña. Este camino se ramifica mucho para comunicar los diversos cantones salitreros y está desprovisto de todo recurso.
Al observar el mapa que adjunta a su estudio y que fuera producido hacia febrero de ese mismo año, Vidal Gormaz registra -fuera del ferrocarril  y de un camino al Norte por el lado del Cerro Huantaca- dos caminos de tierra principales en Iquique, coincidentes también con los de la carta geográfica de Bertrand: uno que sale directamente hacia el Mineral de Huantajaya pasando por entre las formaciones de montaña costera casi a espaldas de la Caleta Cavancha, y otro más al Sur, con mayor inclinación hacia el S.E. y que dobla hacia el sector alto conocido como El Hospicio.
Registrado en el plano como el camino de la Cuesta de los Arrieros, este último sendero de los señalados por el Capitán de Fragata, sería el principal y coincide en su paso por la cuesta con el lugar que ocupa en nuestros días el Camino Zig-Zag, precisamente. Se confirma esta coincidencia y correlación porque su desembocadura hacia la falta de la cuesta es casi enfrente del extremo Norte del Gran Médano de Arena Amarilla o Cerro Dragón, casi tal cual sucede con el Zig-Zag en nuestra época, además de hallarse pasado el cruce con la vía férrea de la cuesta. Su forma, sin embargo, por entonces era más bien la de un meandro sinuoso: un sendero intentando coincidir con los caprichos de la geografía, a diferencia de los prolongados eslabones de curvas cerradas y zigzagueantes del trazado existente hoy y que fueron escavadas a pura energía ingenieril sobre la ladera misma de la cuesta. Todavía se pueden reconocer algunas de estas formas sinuosas en fotografías de altura sobre este sector.
Cabe señalar, además, que existía ya entonces otro camino con un auténtico trazado zig-zag en Iquique: el que se hallaba frente a Caleta Molle, más al Sur de la ciudad, llamado en su tiempo Camino o Bajada de las Mulas, y del que Vidal Gormaz también comenta algo, aunque más bien fugazmente. Actualmente, sólo es un sendero de escaso uso y parcialmente reconocible en la Cuesta del Molle, frente a las instalaciones de la ex ballenera. De hecho, éste parece haber sido el primer y más importante camino entre la parte alta de la Cordillera de la Costa y la zona baja de la línea de playas de Iquique, hasta la construcción de las rutas posteriores a las que me he referido ya.
Más detalles del porqué se asociaba por entonces al camino y a la cuesta con los arrieros, aparecen por esos mismos años en otras observaciones realizadas por encargo de las autoridades. Entre los documentos del “Boletín de la guerra del Pacífico 1879-1881”, por ejemplo, encontramos la siguiente descripción de las rutas que espaldeaban al Iquique de aquellos días, incluyendo la de nuestro interés y más importante para la ciudad:
Además de la vía férrea existe el camino principal por el cual se comunica Iquique con el interior: parte de la ciudad con rumbo S.E. y va ganando progresivamente la altura de los cerros, siguiendo la falda arenosa de estos hasta llegar a la cuesta, a 6 kilómetros de Iquique, donde cruza la línea del ferrocarril a 180 metros de altura sobre el nivel del mar. Pasada la cuesta, cuyo piso es de terreno suelto de acarreo, y ganada la cima, se presentan, excluyendo los caminos especiales a varios minerales, tres grandes caminos: el de La Noria, el de Pozo Almonte y el de Ramírez (…). Desde la cuesta, donde hay un edificio llamado el Hospicio, que sirve de posada, el camino a La Noria atraviesa la desolada pampa del Carmen y gana la encañada de Santa Rosa (…). Los tres caminos mencionados pueden ser traficados por carretas: el piso es duro pero se forma con el movimiento un polvo calizo muy fino que molesta mucho al viajero y a más, carecen de todo recurso, no se ve el más insignificante arbusto, ni se encuentra una gota de agua hasta llegar a las salitreras.
Acceso al Camino Zig-Zag, con la primera de sus curvas sobre el vacío.
La duna del Cerro Dragón vista desde el Zig-Zag. No estoy seguro de si corresponderá al mismo viejo sendero, pero entre otros, el científico inglés Charles Darwin describió también un camino zigzag en su diario hacia 1835, que iba desde Iquique a Huantajaya, aunque puede referirse también al del sector Bajo Molle que fue por muchos años el principal.
Tramos inferiores del Zig-Zag y su encuentro con la Ruta 16 por la cuesta.
Vista de uno de los últimos tramos del camino, con los senderos menores y ductos atrás.
Acercamiento al lugar donde están los ductos en descenso.
Por largo tiempo más, el alguna vez camino de los arrieros y de los comerciantes de carretas de Iquique siguió siendo el principal de acceso a la ciudad desde el sector de la pampa, razón por la que se trazó después, en el mismo sector de la cuesta, al Zig-Zag. Me han contado acá que, en alguna época después de la construcción del acceso a la Ruta 16 por la cuesta, seguía siendo llamado también como el Camino Viejo o Antiguo, algo comprensible con lo que aquí se expone sobre su temprana historia.
Como era también el camino que conectaba al puerto con las minas argentíferas y calicheras, además, la caída progresiva de ambas industrias en Tarapacá pudo haber influido en que el cambio de la importancia caminera se desplazara más próxima a las carreteras que conducían, por ejemplo, hacia la salitrera Humberstone y al poblado de Pozo Almonte, por la actual Ruta 16.
Cuesta identificar desde entonces cuáles eran los senderos precisos del antiguo camino desde Iquique al interior y viceversa, pero se pueden observar algunos estrechos caminitos ascendiendo a los costados de la misma cuesta, uno especialmente por el lado Norte del actual Camino Zig-Zag, por el lado de las tuberías que allí se instalaron. Es sabido que muchas de estas humildes y modestas marcas de senderos por éste y varios otros sectores de la cordillera costina tarapaqueña se remontan a tiempos impensados, contrariamente a lo que pudiera creerse observándolas a la pasada. Otros son el actual Camino de la Mula y el Sendero de las Canteras, además del trazado más reciente mejorado en los tiempos de instalación de las líneas de alta tensión en estas laderas, contorneando los cerros en esa misma altura.
En “La Tirana, fiesta ritual del norte de Chile”, Carlos Lavín escribe en 1950 algo sobre la relevancia que aún mantenían las vías de transporte de este sector de la cuesta hacia el interior y por elevaciones que me parece coinciden con las de la actual Ruta 616, de acuerdo a los puntos de referencia que señala en aquellos días de mediados de siglo:
La carretera de Iquique a los pueblos del interior debe ascender –a la vista de este puerto- casi ochocientos metros para alcanzar el nivel de la pampa salitrera. Se dirige directamente al oriente pasando por el campo de aviación de Los Cóndores y luego se va orillada por algunas eminencias que ocultan los históricos asentamientos de Huantajaya y de Santa Rosa.
Siempre acompañado de una fama de lugar riesgoso, se habla de varios accidentes ocurridos en sus vueltas y pistas, además de la existencia de posibles animitas que han ido desapareciendo en los mejoramientos y ampliaciones del mismo camino. No obstante, una de las peores tragedias que se recuerdan del Zig-Zag no se relaciona con accidentes carreteros: cuando todavía conservaba parte de su pasada importancia estratégica y comunicacional para Iquique, el 31 de agosto de 1969 se estrelló contra la cuesta del mismo un pequeño avión pequeño conducido por instructor de vuelo Teniente Julio Sanhueza Ferrada de la Fuerza Aérea de Chile, falleciendo en el lugar mientras cumplía una Comisión del Servicio.
En recuerdo del malogrado piloto de la FACH, el Club Aéreo de Iquique hizo instalar un sencillo monolito en el lugar de su tragedia, al que se puede acceder dificultosamente pasando la segunda curva y bajando por la también segunda línea del zig-zag. Está muy vandalizado y abandonado, con muchas placas de conmemoración robadas, aunque se conserva la central de mármol con el mensaje más importante, dispuesta mirando hacia la infinidad donde se juntan el cielo y el mar:
HOMENAJE
EL CLUB AÉREO DE IQUIQUE
TTE. DE LA FUERZA AÉREA DE CHILE
DON JULIO SANHUEZA FERRARA
QUE PLEGÓ SUS ALAS EN ESTE LUGAR
EL DÍA 31 DE AGOSTO DE 1969
EN ETERNO RECUERDO Y AGRADECIMIENTO.
El monolito de homenaje al Teniente Julio Sanhueza Ferrara, hacia el Norte.
Vista del monolito desde el lado trasero y con Iquique al fondo. Atrás de la bajada de ductos, se observa otro antiguo camino en zig-zag, correspondiente a uno de los senderos menores por la cuesta.
Vista de la curva con la Gruta de San Lorenzo.
Aspecto actual de la Gruta de San Lorenzo.
Descanso y garitas dentro de la gruta.
Con la importancia adquirida por la Autopista 16 directa hacia la matriz de la Ruta 5 y con el crecimiento vertiginoso de la comuna de Alto Hospicio a partir de los años setenta y ochenta, el Camino Zig-Zag y la misma antiquísima ruta que por allí se hacía para internarse en la pampa, fueron perdiendo más relevancia y quedándose cada vez más atrás ante los requerimientos del progreso y del urbanismo. Dicho de otra manera, el Zig-Zag se iba quedando cada vez más atrás en el tiempo.
Sin embargo, vino a ocurrir que con el aumento poblacional en el sector de El Boro en el lado Norte de Alto Hospicio, allí cerca de las ex instalaciones de la Base Aérea Los Cóndores mencionada por Lavín, el Camino Zig-Zag ha recuperado cierto grado de interés para la conexión vial de Iquique con Alto Hospicio y también para la necesidad de mantener una ruta iquiqueña alternativa o de emergencia a la Autopista 16 y al tramo más alto de la carretera en la cuesta.
En esta misma incipiente nueva vida para el valor del Camino Zig-Zag, ocurrió la peor desgracia que se recuerda sucedida en él y que, tal como en el caso del accidente de aviación de 1969, no se relaciona con tragedias de tránsito vehicular. El escenario de la dantesca situación fue la mencionada Gruta de San Lorenzo, en la curva tercera, lugar conocido por iquiqueños y hospiciados, que cuenta con decoración vegetal y un pequeño jardín, decorado con figuras de yeso del santo, floreros y candelabros para las velas que los devotos llevan hasta este sitio, además de las coloridas flores y banderas de color rojo y amarillo, con una corta escalinata y bancas de descanso en la boca de la pequeña cueva, constituyendo uno de los altares populares más importantes de la región para la veneración del Santo Patrono de los mineros y los conductores en Tarapacá.
El dedo de la tragedia tocó esta gruta del Camino Zig-Zag el día del catastrófico Terremoto de Tarapacá, del 13 de junio de 2005, cuando una enorme piedra sobre misma se derrumbó con las sacudidas y aplastó bajo toneladas de roca y tierra desmoronada a una familia completa que, desafortunadamente, hacía sólo unos minutos habían bajado por la cuesta deteniéndose en esta ermita popular, para dejarle ofrendas florales al santo. Los fallecidos fueron Nilda Cantillana de 63 años, y su conviviente Enrique González Francino de 58 años, la hija de la mujer Sigrid Flores Cantillana de 34 años, y sus hijos Alain Bryan Flores de 13 e Ignacio Bravo Flores de 7, además de Jorge González Francino de 52 años, hermano de Enrique, y que fue encontrado después. Fueron desgarradoras las imágenes transmitidas esa misma noche sobre estas muertes: recuerdo particularmente una mano cadavérica asomada ante las cámaras y entre el terreno desmoronado, mientras los rescatistas de Bomberos retiraban los cuerpos. El único sobreviviente de esta pesadilla fue Alejandro Valenzuela, testigo del derrumbe que sepultó a sus familiares y amigos.
La destrucción y derrumbe de 2005 cambiaron mucho el aspecto de esta gruta: el socavón se redujo en su aparente profundidad y ahora se observa más pequeño y menos interesante que entonces. Desconozco, por ahora, de qué manera afectarán al mismo los trabajos de ensanche que se están ejecutando, aunque por mientras el conjunto religioso fue trasladado completo a la parte más alta, para contemplación de sus devotos.
Dadas las nuevas necesidades de Iquique y las posibilidades de recuperar la importancia del Camino Zig-Zag para la conectividad, el Ministerio de Obras Pública vuelve a mejorar las condiciones de esta ruta, justo mientras escribo estas líneas. Se lo hace con la expectativa de integrarlo también a ciertos circuitos turísticos de la Región de Tarapacá y para facilitar el acceso a la ciudad de Iquique desde sus altos lomajes alguna vez cruzados por caravanas de arrieros con mulas, carretas de mercaderes con enseres y vituallas para las salitreras o soldados a trote en la época de los conflictos salitreros.

Comentarios

  1. MENSAJES RESCATADOS DESDE LA UBICACIÓN ORIGINAL DE ESTA ENTRADA ANTES DE SU TRASLADO HASTA ESTE BLOG:

    Jorge Arredondo Murquio · Top Commenter · Profesor de Artes Musicales at Corporación Municipal de Desarrollo Social de Iquique
    Puedo aseverar que el uso del zig-zag se prolongó hasta el año 1972. Yo estudiaba en la U. de Chile-Sede Arica y viajaba constantemente a Iquique, utilizando los microbuses ésta vía en forma habitual.
    Reply · · January 22 at 9:34pm
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    Anónimo24 de febrero de 2015, 14:01

    El uso del Zig-Zag se prolongó hasta principios de la segunda mitad de los setenta, cuando recién en la mitad de dicha década se comenzó con las tronaduras con dinamita para dar la continuidad longitudinal de la carretera A16 hacia el sur, para entregar en el llano o meseta de Alto Molle. De allí las obras remodelaron el trazado de la ruta hasta su conexión con la ruta 5 (Panamericana), sector Humberstone (aún, incluso con las obras de la autopista se puede ver restos del antiguo camino)
    Obras paralelas a las ejecutadas a mediados de los setenta en la ruta costera y que, hasta hoy, evidencia la envergadura de las voladuras con explosivos de la roca escondida bajo el manto de arena, de la Cordillera de la costa hacia el sector sur de punta patache.
    Mi padre, proveniente de Santiago, fue jefe de obras en terreno durante las ejecuciones de ambas obras.
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    Respuestas

    Criss Salazar24 de febrero de 2015, 14:10

    Estupenda información. Muchísimas gracias por compartirla.
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    Responder

    jose vargas pasten4 de octubre de 2015, 11:33

    Vivo en el antiguo reten de la entrada al zig-zag y les agradesco lo publicado.
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    Unknown4 de junio de 2020, 02:17

    Estimado Anonimo , me encuentro haciendo un seminario de investigación sobre las rutas de Iquique y como han impactado en el proceso de ocupación y calidad de vida de los habitantes, si no fuera mucha la molestia podría hacer a usted una consultas

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