DOS MONUMENTOS EN UNO: EL IV CENTENARIO DE ANGOL Y EL HOMENAJE A DON PEDRO DE OÑA, EL PRIMER POETA DE CHILE Y DE AMÉRICA HISPANA

 

Coordenadas: 37°47'55.3"S 72°42'18.2"W

Al cruzar el río Rehue o Vergara por el también llamado Puente Vergara de Angol, en la Región de la Araucanía, el viajero se encuentra casi de frente con el Monumento a don Pedro de Oña en su pequeña plaza, personaje que representa otro de los orgullos históricos de los angolinos como primer poeta de Chile y de la América Hispánica, montado sobre un pilar que conmemora el cuarto centenario de la ciudad. Tuve ocasión de conocer e indagar algo sobre este monumento en la primavera de 2018, hallándome en Angol como parte de los premiados del concurso "Escrituras de la Memoria", del Ministerio de Cultura.

El Club de Leones de Angol inició la historia del monumento. El grupo fue fundado el 9 de febrero de 1952 por iniciativa del vecino don Ginés Merino, contando con el apoyo del representante especial y Secretario General del Área Andina de Lions International, don Francisco Javier Díaz Salazar. Su primer directorio fue presidido por el Dr. Mauricio Heyermann Torres, el célebre "médico de los pobres" con destacado desempeño en el Hospital de Angol, mientras que Merino asumió como secretario y el Dr. Eduardo Strube París como tesorero. Todos eran vecinos connotados de la ciudad angolina.

Dos de las primeras marcas del club en Angol, fueron organizar y ejecutar la instalación de una placa recordatoria de don Pedro de Oña, en el Liceo de Hombres, y la donación de un pilar conmemorativo de los 400 años de la ciudad. Éste último corresponde a una obra de piedra encargada al escultor y cantero Abel Meneses, recordado por haber sido fabricante de los adoquines de la ciudad en el Fundo Deuco, valiéndose de material de las famosas e históricas Canteras de Deuco, en la misma comuna.

La proximidad del obsequio conmemorativo en el mismo sector de plazoletas que está hoy, fue anunciada por el diario local "El Malleco" del 5 de septiembre de 1953, bajo el título "Monolito recordatorio para Centenario":

Con motivo de las fiestas centenarias, a celebrarse en Octubre próximo, el Club de Leones, que preside el Señor Eduardo Strube, hará entrega a la ciudad de Angol de un monolito recordatorio que será colocado en la plaza que se encuentra al norte del río Vergara. Este monolito tendrá una altura de 4 mts. y estará hecho con material de la cantera de Deuco. Será construido por el artista regional, Sr. Abel Meneses.

Inauguración del monumento a Pedro de Oña en Angol, 24 de octubre de 2011. Fuente imagen: website de Radio Nahuelbuta.

Vista contemporánea del doble monumento, en un día de lluvia.

La gran pantalla publicitaria del fondo dificulta un poco la apreciación de la obra conmemorativa.

Detalle de la columna original allí dispuesta desde antes de la instalación de la estatua.

Vista desde la plazoleta ubicada enfrente.

El monumento, entonces, fue armado e inaugurado durante el período de las celebraciones, cuyo programa de festejos y ceremonias comenzó el 23 de octubre y terminó el 31, aunque extendiéndose ese día y hasta el 1 de noviembre con los actos públicos y encuentros ciudadanos, a causa de la visita del Cardenal José María Caro a la ciudad. Fue el mismo período en que, además, se constituyó formalmente el directorio del Club de Leones en Los Sauces, el 28 de octubre de 1953, recibiendo saludos del Director General de Lion International, Mr. R. Roy Keston, por intermedio del representante Díaz Salazar.

El monumento fue presentado a la ciudad luciendo el orgulloso símbolo de Lions International esculpido en él y el siguiente mensaje grabado en sus piedras: "A Angol, IV Centenario 1553 - 1953". No es un monolito propiamente tal, pues se lo armó con piedras canteadas y perfiles metálicos en los vértices de la parte superior, por lo que está más en la categoría de un obelisco o "pirámide", como se denominaba antaño a estas obras. Su regalo fue celebrado y agradecido al club por la ciudadanía y por posteriores homenajes publicados en la prensa.

Pasaron los años... Desde la proximidad del aniversario 400 del nacimiento de Pedro de Oña, había un interés en la ciudad por elevar un buen monumento recordando a este antecedente de las letras chilenas, pero nunca llegaron a cuajar en proyectos concretos. Así las cosas, debieron pasar algunos años antes que pudiese elaborarse un plan para levantar una estatua, esta vez a cargo de la Municipalidad de Angol y siendo alcalde don Enrique Neira Neira.

El proyecto del nuevo monumento quedó en manos del director del Departamento de Extensión Cultural de la Municipalidad, don Carlos González Quintana. El diseño y creación de la figura fue encargado al escultor, tallador y arquitecto Mario Osorio, artista peruano residente en la localidad de Cunco y autor, entre otras obras, del Monumento al Pescador en Puerto Saavedra, en la misma región.

La propuesta de Osorio muestra a Pedro de Oña en tamaño natural y en actitud epifánica, mientras sostiene un libro en blanco para escribir su "Arauco Domado" y alza su mano al frente, hacia el cielo y con la vista congelada en esa misma dirección, acompañada de una pluma. El resto de la composición, realzando implícitamente su calidad de primer poeta chileno e hispanoamericano, lo viste a la usanza idealizada de la época, con traje hispánico y sable. Es una imagen de gran representación clásica y figurativa, diríamos que de la monumentalidad urbana más tradicional y conservadora.

En cuanto a materialidad, sin embargo, la estatua se aleja del bronce corriente: fue confeccionada con un armazón de metal con fibra de vidrio y resina con revestimientos esmaltados, lo que además de hacerla más ligera asegura la resistencia de la obra al clima de la zona.

La estatua quedó lista para ser instalada ese mismo año 2011. Y el pedestal elegido para elevar la estatua fue -nada más y nada menos- que el mismo poste de piedra obsequiado a la ciudad en 1953 por el Club de Leones, así que el homenaje quedaría completo, ahora, para la historia de Angol: dos monumentos en uno, dicho de otro modo.

Su ubicación fue establecida, así, en el mismo triángulo que se forma entre las calles Ilabaca, O'Higgins y Prat, justo enfrente de la Plazoleta Arturo Prat y enfrente del Puente Vergara del río. En aquel momento, sin embargo, el triángulo era una plazoleta con césped rodeando al monumento.

La obra fue inaugurada con asistencia de autoridades, prensa y delegaciones escolares el 24 de octubre. La placa inaugural de mármol dice, empotrada en la base de piedra:

Homenaje al primer poeta de América, 'Pedro de Oña', nacido en Angol el año 1570. I. Municipalidad de Angol, 24 de octubre de 2011.

Sin embargo, a poco de estar allí, en febrero de 2012 fue instalado un enorme soporte publicitario de pantalla led que opaca enormemente al monumento e impide la buena visualización del mismo, perturbando en todas las fotografías que intenten sacarse de él. La situación generó controversia y algunos reclamos, siendo llevada incluso al Concejo Municipal, pero nunca fue retirado... La necesidad tiene cara de hereje, dicen.

En otro aspecto, se ha modificado bastante el triángulo de la plazoleta en donde está la obra: a sólo tres o cuatro años de inaugurada, ya no era la misma. Se redujo el área verde, se eliminaron los setos del lado de calle Ilabaca y el pequeño jardín floral circular alrededor del pedestal. También se colocaron pastelones en todo su frente, a modo de explanada hasta el borde de la venida Prat, por lo que el poste se ve elevado ahora sólo sobre plaza dura, con don Pedro de Oña buscando aún su preciosa inspiración en los cielos de la Provincia del Malleco.

DON PEDRO DE OÑA, EL POETA ÉPICO

Don Pedro de Oña nació en Angol, en 1570. Era hijo del militar burgalés Gregorio de Oña y de doña Isabel de Villegas y Acurcio (de Villegas o de Acurcio a secas, en ciertas fuentes).

Se cree que el Capitán Gregorio de Oña había llegado a Chile en 1552 o en 1558 desde el Virreinato del Perú, y tras pasar por La Imperial arribó en Los Confines de Angol. Fue Procurador del Cabildo de la misma ciudad a partir de 1561 y luego Regidor. Y fue allí donde formó familia con doña Isabel, en segundas nupcias, naciendo sus hijos Gregorio, el primogénito, Baltasara, que tomó los hábitos de las monjas agustinas, y don Pedro, el futuro autor de la poesía épica "Arauco Domado". De acuerdo a autores como Enrique Matta Vial en "El Licenciado Pedro de Oña, estudio biográfico crítico", él sería el último de los hermanos.

Hay muy poca información sobre la actividad militar de don Gregorio de Oña en Chile, pues lo que escasamente mencionó de él su hijo en "Arauco Domado", no ese ajusta a la historia ni a las líneas de tiempo, pudiendo se más bien mitos familiares o fantasía. Sólo se sabe con certeza que don Gregorio murió emboscado por indígenas mientras iba con una caravana de españoles hacia La Imperial, cuando llevaba ropas para sus habitantes hacia inicios de la primavera de 1570. Esto ocurría cuando el literato aún estaba en gestación o acaso acababa de nacer.

La madre viuda contrajo matrimonio después con el Capitán Cristóbal de la Cueva, quien había sido también Regidor del Cabildo de Angol en 1553, luego Alcalde entre 1554 y 1555; y, tras una larga ausencia en la ciudad, retornó para formar parte del Cabildo entre 1560 y 1564, volviendo a asumir en 1580. Ella tuvo 11 hijos de este nuevo matrimonio, de los cuales nueve se hicieron monjas agustinas y uno franciscano. De hecho, la ya anciana doña Isabel intentó fundar en Angol un convento de monjas de San Agustín bajo el patronato de Nuestra Señora de la Encarnación, en 1594, aunque seis años después se marchó de allí, desistiendo ya de tales intenciones.

Don Pedro de Oña, en tanto, había recibido formación educacional en Angol, probablemente de sacerdotes de las órdenes presentes en la ciudad. Sabía leer y escribir a la perfección, hablaba el idioma mapuche, era amante de la poesía y no sentía atracción por las perspectivas de vida que le ofrecía vivir en este lugar, condenado a desempeñarse en labores agrícolas. La triste, terrible y brutal forma en que había muerto aquel progenitor que no pudo conocer, además, desmotivó cualquier posible interés en dedicarse a la vida militar.

Con relación a lo anterior, se cree que el Padre Francisco Zurita, llegado a Angol unos años después de la muerte de don Gregorio y siendo excatedrático de la Iglesia de La Imperial, pudo haber sido el maestro del joven Pedro. O bien el Padre Alonso Escudero, que antes de establecerse en suelo angolino había tenido su escuela en Santiago. El caso es que recibió una muy buena educación en su ciudad natal, que le permitiría después acceder a la universidad peruana.

Sin más opciones, entonces, don Pedro viajó a Lima en alguna época que no está clara. Sólo se sabe que, en 1590 y teniendo 20 años de edad, ya figuraba allá como "colegial" del Real Colegio de San Felipe y San Marcos. Al año siguiente aparece matriculado en el segundo Curso de Artes, y para 1592 ya estaba en el tercero. En 1593, sin embargo, habría estado bajo las órdenes del Capitán Pedro de Arana en la expedición enviada a Quito para sofocar los levantamientos contra los impuestos de las alcabalas. Al regresar al Colegio, toma ese mismo año el curso de "theulogía" (teología). Empero, autores como José Toribio Medina nunca pudieron localizar la fecha en que se licenció, lo que debió ocurrir antes de 1596, cuando tenía cerca de 25 años. Era la época en lucía un mostacho y padecía del principio de una calvicie prematura, según el mismo autor, observando el único retrato que quedó de él.

De acuerdo a la información reunida por el historiador y político peruano Raúl Porras Barrenechea en "Nuevos datos sobre el poeta chileno Pedro de Oña", estudios publicados en el periódico "El Mercurio Peruano" (1952), dos años después de publicar "Arauco Domado" don Pedro contrajo matrimonio con doña Ana Farfán de los Godos, hija del fundador de la ciudad de Piura. Se sabe que el matrimonio tuvo más de cinco hijos, aunque no estaría claro cuántos en total.

Fue en 1596 que Oña fue elegido Corregidor de la norteña localidad de Jaén de Bracamoros, durante el mes de mayo. Casi simultáneamente, presentó al Cabildo el manuscrito de la primera parte de su inmortal "Arauco Domado", para que fuera revisado por don Leandro de Larrinaga Salazar. La obra, con evidente inspiración en "La Araucana", había sido escrita a petición de don García Hurtado de Mendoza, a la sazón Virrey del Perú, precisamente porque éste no estaba satisfecho con la forma ligera en que fue representado por Alonso de Ercilla en aquella obra. Otra vertiente para la creación de Oña provenía del mundo clásico: "La Eneida", poema que Augusto Octaviano encargó a Virgilio.

Además de su adelantada ubicación cronológica, el gran mérito de Oña fue introducir con "Arauco Domado" la variante de la estrofa de ocho versos conocida como Octava de Pedro de Oña, resultante de la octava real producida por su cruce con la copla de arte mayor. Su octava, entonces, está compuesta de ocho endecasílabos (11 sílabas) en rima consonante ABBAABCC, como se observa en la siguiente estrofa de la obra:

Discreta petición, si ser podía, (A)
Que cuando aquella tierra trabajosa (B)
Estaba de su vida mas dudosa, (B)
Pidiese su salud por don García (A)
Con sobra de razón por él envía, (A)
Pues si la enfermedad es peligrosa (B)
Y el alma esta entre el uno y otro labio (C)
Es bien llamar al médico más sabio. (C)

En su famosa publicación comentada para "Arauco Domado", Medina observa que hay mucha fantasía en el poema, sin embargo, influida por la educación europeísta que recibió Oña. Por ejemplo, la flora y fauna que el autor describe en Chile, básicamente es la misma del Viejo Mundo, no correspondiente a la nativa chilena. A diferencia de Ercilla, además, los elogios de Oña son mezquinos hacia el elemento indígena y muy ardorosos hacia la parte hispana. Su estilo se deslizaba en las influencias del barroco italiano, además.

Pasaron años de revisión y correcciones, hasta 1602 según parece, pero la luz duró poco sobre el libro: lamentablemente, el poeta tenía algunos enemigos en Lima que no tardaron en echar mano a recursos arteros, como denunciar "Arauco Domado" tras la partida de Hurtado de Mendoza hacia Chile ese mismo año de 1596, hasta conseguir que fuese proscrita su publicación. Se valieron también de las influencias del entonces Dean del Arzobispado de Lima, Pedro Muñiz, que consideraba ofensiva y difamante la obra. Esto explica las postergaciones de la publicación que iniciaría la línea nativa de la poesía épica en la América Hispánica y su corta circulación, además de haber sido suspendido Oña en el cargo de Corregidor de Jaén de Bracamoros, debiendo volver a Lima.

Fueron días difíciles, con algunas urgencias económicas que sorteaba trabajando como abogado y lancero en Lima. Partió de viaje a la Audiencia de Charcas, pasando después a Santiago del Estero. Llegó a Córdoba en junio de 1606 y se cree que pudo zarpar de Buenos Aires a España, ya que después aparece con el título de la representación formal de la Academia Antártica, tras haber agregado uno de los poemas laudatorios que don Diego Mexía de Fernangil insertó como parte de los preliminares de su "Parnaso Antártico", de 1608. Regresó poco después a Lima, cuando "Arauco Domado" había sido republicado ya en Madrid, en 1605.

En julio de ese año, Oña fue nombrado corregidor de Yauyos, cargo en el que se mantuvo hasta octubre de 1610. Estando de licencia en este período, había sido testigo del terremoto que echó por tierra a Lima y el Callao el 19 de octubre de 1609. De esta experiencia, redactará casi inmediatamente su obra "El temblor de tierra de Lima".

Establecido después en la ciudad del Cuzco, ya en su madurez, fue corregidor de Vilcabamba desde 1615 a 1617, sin descuidar su vocación por las letras. Asumirá como Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Calca y Lares, también cerca del Cuzco, entre 1630 y 1635. Su actividad literaria había continuado con las obras como "Canción Real" de 1630, "El vasauro" de 1935 (de enorme extensión), e "Ignacio de Cantabria" de 1639 (que dedicó a la Compañía de Jesús). Se dice que, a esas alturas, su pluma acusaba influencias del poeta español y contemporáneo suyo, Luis de Góngora y Argote.

Se cree que falleció en Perú en 1643, en Lima o en Calca, pues ese año se le pierde la pista tras una vida de viajes, alegrías, tragedias y una huella imborrable en la historia de la literatura americana, que eleva el orgullo de Angol como la tierra que lo viera y sintiera nacer.

Comentarios

  1. Mensaje rescatado desde el lugar de publicación original de este artículo (sitio Urbatorivm), antes de ser trasladado hasta acá:

    Mario Osorio A.28 de diciembre de 2019, 00:10

    Gracias por la confianza brindada por el señor Alcalde De la ciudad
    de Angol, a sido un gusto inmenso realizar tan hermosa y única escultura

    ResponderEliminar

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