EL MERCADO DE ESPLENDORES ART DECÓ EN CALAMA
Coordenadas: 22°27'40.7"S 68°55'33.2"W
Aprovecharé
de dejar arriba este texto sobre uno de sus edificios más característicos de
la nortina ciudad de Calama: el Mercado Central, de calle Almirante Juan
José Latorre y en pleno centro histórico. Estas son mis impresiones e
información reunida tras haber estado por allá algunos días en diciembre de
2018.
El inmueble se encuentra medio de la línea de la cuadra, entre calles Vargas
y Eleuterio Ramírez. Su inconfundible estilo art decó no sólo delata
el período arquitectónico al que pertenecían sus planos, sino también al
contexto de grandes remodelaciones y modernizaciones públicas que comenzó a
experimentar la ciudad en aquel tramo histórico, desde inicios de la
República Presidencial y por iniciativas más bien locales, intentando paliar
la eterna desidia del centralismo.
Se sabe que el
primer mercado de Calama, probablemente no más que una feria con cobertizos
de madera, había estado antes en calle Sotomayor, hacia fines del siglo XIX.
Resultaba suficiente para cubrir las necesidades de los cerca de mil
habitantes que tenía entonces la capital de El Loa. Este mercado también era
recordado como un punto de encuentro importante en la entonces pequeña
ciudad, albergando en su edificio algunas actividades no sólo comerciales,
sino que además de recreación, beneficencia, eventos y kermeses de bomberos,
escuelas o clubes deportivos.
El Mercado Central, sin embargo, surgió de la necesidad de contar con un
espacio especial y mejorado para la venta de carnes, pescados y productos
agropecuarios, de acuerdo a lo que informan fuentes como "Historia y
sociedad del departamento del Loa. Calama una mirada desde los archivos", de
Carlos Mondaca Rojas, Bartolo Segovia y Elizabeth Sánchez González.
Edificio del Mercado Central de Calama en 1947, en revista "En Viaje".
Al parecer, la fotografía es de Roberto Montandón (corresponsal de la
nota correspondiente).
Vista actual del mercado, en diciembre de 2018.
Acercamiento a los portales de la fachada, bajo los que corre hoy un pequeño pasaje peatonal paralelo a la calle y extendiendo el área de la acera.
Fue la Ilustre Municipalidad de Calama la que se encargó de dar curso a la
construcción de un centro comercial moderno y espacioso como era éste, en
los estándares de entonces, aunque no está claro del todo cómo y cuándo
surge el plan respectivo. Sí se sabe que el edificio habría sido concebido
en 1927, y de ahí el que su estilo sea tan rotundamente modernista, al igual
que varios otros edificios de la ciudad, incluyendo la propia sede
municipal, a pocas cuadras también en calle Latorre.
Sin embargo, iban a pasar varios años antes que pudiese ser levantado el
proyectado edificio comercial... Años en que el auge minero fue haciendo
crecer la ciudad, y así las necesidades de vituallas y provisiones también
aumentó.
Quedando ya atrás la vieja feria de calle Sotomayor, ésta desaparece hacia
1945, cuando sus instalaciones son desmanteladas y el terreno se destina a
otros usos, como verifica la Directora de Bibliotecas Públicas de Calama,
doña Edilia Thompson, entrevistada por el diario "El Mercurio de
Antofagasta" (artículo "El Mercado Central de Calama se resiste a la
modernidad", domingo 20 de noviembre de 2016). Maderas y calaminas del
antiguo mercado fueron a parar a reparaciones de escuelas, centros
deportivos y otros edificios de interés social. Tal vez quede algo de ellas
por ahí, escondidas entre las estructuras de esos edificios.
La necesidad de trasladar todos los puestos y actividades requirió también
de dar curso al postergado proyecto del Mercado Central, eligiéndose para su
sitio un sector de la ciudad en donde había mataderos y bodegas, a escasa
distancia del Paseo y de la Plaza 23 de Marzo, en pleno centro histórico y
comercial. Allí fue levantado el edificio, con sus líneas art decó
tardías tan evidentes en su doble fachada, con muros de albañilería y
techumbre de calaminas sobre vigas metálicas, cerrando su sencilla galería.
Por
Ley N° 11.119 del 11 de diciembre de 1952, se autorizaba a un empréstito de
32 millones de pesos para la Municipalidad de Calama, al que se buscó
después aumentar a 100 millones para que, entre otros ítems, se construyera
el Teatro Municipal (15 millones) y un segundo piso para el Mercado Central
(3 millones). Sin embargo, el terrible terremoto del 6 de diciembre de 1953
obligó a dirigir muchos recursos a las más de 1.800 personas damnificadas.
El mercado calameño se convirtió en el principal punto de abastecimiento de
la ciudad. Incorporó a sus instalaciones cámaras frigoríficas, especialmente
para mantener los productos cárnicos que eran traídos desde el lado de
Argentina por comerciantes y ganaderos indígenas. La poca producción
agrícola que había a la venta se concentraba allí, y eran conocidos los
carniceros chinos que trabajaban en estas instalaciones, mencionados por
Juan Uribe-Echevarría en su "El púgil y San Pancracio".
En nuestros días, el mercado cuenta con puestos de venta de artículos y
productos varios en su pasillo exterior y las entradas, pero al interior
tiende a verse un poco inhóspito en algunas horas del día, con pocos
espacios de comercio tradicional, como verduras y frutas, aunque varias
cocinerías y restaurantes populares, todos ellos atendidos por chicas
extranjeras y con varios platillos también de esa inclinación en sus cartas.
Comida abundante y a buenos precios, dicho sea de paso, con menús de tres
platos.
Todavía mantiene algo de sus rasgos de lugar de encuentro social,
especialmente por ser sitio de reunión de muchos extranjeros buscando empleo
o recién llegando a la ciudad. Esto, al parecer, sucede porque se han ido
instalando pizarras para informar o datear a los inmigrantes que
buscan trabajo.
Sin embargo, su importancia como sitio de abastos ha ido reduciéndose para
la ciudad, al contar ésta con otros grandes centros y ferias para el mismo
abastecimiento. De ahí que luzca hoy un poco opaco, comparado con sus
mejores épocas. Se recomienda siempre tener precauciones con la posibilidad
de ser víctima de delincuencia, sin embargo.
Por votación popular de abril de 2012, con la que cumplieron 24.384
voluntarios, el Mercado Central fue seleccionado como edificio de primera
prioridad pública para ser intervenido con elementos de la cultura local y
los pueblos originarios, con un 29,11% de las preferencias de los
consultados, seguido por el Centro de Formación del Desierto, con el 23,96%.
El color verdoso y claro que mantenía la fachada del mercado hasta hace
poco, muy envejecido, fue cambiado en octubre de 2018 por otro de tonos
cálidos, naranjo y rojo, además de recibir reparaciones en sus muros.
También se pintó el interior. Todo esto, gracias a una solicitud de los
propios comerciantes y los recursos del proyecto "Mejoramiento fachadas del
barrio comercial Latorre" impulsado por la Minera El Abra, filial de
Freeport-McMoRan, junto con La Ilustre Municipalidad de Calama, Sercotec, el
programa Calama PLUS, la Asociación Gremial Barrio Comercial Latorre y la
Comunidad del Mercado Central de Calama.
Luego de mi visita última a la ciudad, me enteré de que el plan Calama PLUS
proyectó convertir el sector del Mercado Central en un gran centro de
eventos y un boulevard, modificando sustancialmente el espacio ocupado por
el vecino Teatro Municipal, ubicado a un costado del mercado y con acceso
hacia el paseo Eleuterio Ramírez. El nombre del proyecto es Boulevard
Mercado Central, y esperamos poder tener la oportunidad de conocerlo
también, una vez concretado.
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