CONOCIENDO AL SOLDADO DESCONOCIDO DEL MORRO DE ARICA

 

Coordenadas: 18°28'52.62"S 70°19'30.14"W
Nota: artículo del año 2013, trasladado hasta acá sin actualizaciones en 2022.
Es algo bastante sabido ya lo de la presencia del Monumento del Soldado Desconocido en la cima del Morro de Arica, por el lado de la explanada del peñón entre el sector de los cañones peruanos estallados y el Monumento al Coronel Pedro Lagos, hacia atrás del recinto del museo militar.
El monumento está colocado hoy sobre una plataforma de sillares con escalinatas, y se conforma principalmente por una tumba central con piedra conmemorativa como cripta, cercada de cadenas ornamentales, y por el gran monolito de piedra con una figura de un soldado, con una antorcha tallada también en roca. El conjunto está rodeado en su retaguadia por astas que antes lucían gallardas banderas chilenas, aunque ahora se ve izada sólo un par de ellas.
Si bien el lugar es continuamente visitado por turistas y viajeros que llegan al imponente Morro de Arica, hay poca información publicada en los medios y especialmente en la internet tanto sobre el monolito como del origen del cuerpo allí sepultado. Mas, como los azares de la vida me han permitido enterarme de lo que podría ser  una parte de los detalles de esta historia, he querido compartirla aquí con los lectores, aunque haciendo un ejercicio poco recomendable en la investigación, como es fiarse de testimonios personales, si bien en este caso son de una fuente que considero directa.
Aún así, espero que esta historia les guste tanto como a mí.
Postal de los años ochenta, mostrando el aspecto que ofrecía el Monumento al Soldado Desconocido en su primera década de existencia allí en la cima del Morro de Arica.
 
Vista actual del conjunto monumental del Morro.
Parto recordando que se ha dicho alguna vez ya que el cuerpo sepultado es de un soldado chileno encontrado en Tarapacá. Esto sería efectivo: había quedado en unas grutas en el territorio al interior del interesante y legendario poblado portuario de Pisagua, escenario durante la Guerra del Pacífico de lo que se considera uno de los primeros desembarcos con operaciones "anfibias" modernas, en la batalla del 2 de noviembre de 1879.
Tardé varios años, sin embargo, en enterarme de mayor información sobre este soldado allí encontrado a pesar de lo intrigante que me resulta el caso. La fortuna, al parecer, me tocó el hombro en julio del año pasado (2012), durante una visita más a la Fiesta de la Virgen del Carmen de La Tirana, en el gran campamento de peregrinos que se forma entre los terrenos de tamarugales frente al templo antiguo y el cementerio del poblado.
Allí conocí a don Carlos Escobar, oriundo de Quilpué y en su juventud conscripto "pelado" del Regimiento Tacna, pero hallándose destacado en el Norte Grande hacia el período de años 1974 y 1975, precisamente cuando es descubierto en el señalado lugar de galerías naturales cerca de Pisagua, al interior, desde donde habría sido movido según escucho. Él decía tener algunos recuerdos testimoniales del asunto.
Apodado por entonces El Chiricuto Escobar, don Carlos asegura haber sido parte del grupo que encontró y retiró el cuerpo del soldado desconocido, hacia marzo de 1974 según su memoria. Si confío en su testimonio, fue redescubierto casi casualmente en una inspección de galerías y enterramientos de la zona. Había indicios que le permitían pensar que murió en posición sentada, antes de quedar naturalmente momificado. Un interesante detalle que redobla lo asombroso del hallazgo, es que a simple vista se notaba que aquel hombre debió estar herido, pues tenía aún una venda en la cabeza, probablemente la razón de su muerte.
Contextualizando un poco, se sabe que la mayoría de los cuerpos de los caídos en la Batalla de Pisagua fueron sepultados en fosas ubicadas en la base de lo que será después la elegante Torre del Reloj del puerto, levantada en 1887. Sin embargo, la presencia de este soldado fallecido por sus heridas viene a sugerir que, quizá en el alboroto y el caos posterior a un combate, fue olvidado y quedó como un anónimo.
Escobar, quien forma parte de una agrupación de ex conscriptos que rindieron servicio militar en años dictatoriales, recuerda claramente también a varios de sus ex camaradas de generación que participaron de aquel rescate del cuerpo del soldado desconocido, entre ellos uno apodado sarcásticamente como Care' Nicho, quien viajaría después a Santiago donde trabajaría como guardia del Metro. Por ahora, sin embargo, sólo puedo fiarme de su testimonio para reproducirlo acá.
Don Carlos Escobar, ex conscripto en los años setenta, quien participó del descubrimiento y rescate del cuerpo del soldado desconocido. Aquí se lo ve durante nuestro encuentro en el poblado de La Tirana, en julio de 2012.
Cuenta Escobar que no bien fue sacado a la luz otra vez, el cuerpo sería provisoriamente sepultado con honores en un lugar del Cuartel Las Machas, al Norte de Arica, hasta que se dio la orden de trasladarlo al Morro, donde había comenzado a construirse el conjunto conmemorativo en el cual iba a tener su tumba definitiva.
Este acto del traslado y la sepultura debía ser bastante simbólico por el contexto de tiempo, por cierto: además de la proximidad del Centenario de la Guerra del '79, las relaciones entre el Chile de la Junta Militar y el Perú del General Velasco Alvarado pasaban por un pésimo momento, con un cielo cruzado por los nubarrones de una guerra que parecía inminente.
Mi informante agrega detalles curiosos sobre este período, en que el soldado desconocido esperaba por su traslado hacia el lugar definitivo de descanso allá en la heroica ciudad cabecera chilena: casi desde el momento mismo en que su olvido oscuro fue interrumpido, habrían comenzado a ocurrir hechos sorprendentes en los cuarteles donde dormía su penúltimo sueño, rayanos en lo sobrenatural, lo que estimuló más aún la imaginación y el temor de los "pelados".
El primero de estos supuestos golpes fantasmales le habría ocurrido a un Capitán de apellidos Díaz Ahumada, quien de súbito se vio en su oficina con un torbellino de papeles volando alrededor y sin explicación aparente. Le tocó después al mencionado Car'e Nicho, "pelado" quien, encontrándose de guardia en la noche, vio aterrado cómo saltaban antes sus ojos una pila de fusiles movidos por manos invisibles.
Varios otros casos de apariciones fantasmales y hechos inexplicables habrían sucedido en esos días, según me cuenta, hasta que por fin se ordenó el traslado final del cuerpo al Morro de Arica, en su lugar de reposo perpetuo en el Morro.
Se hizo coincidir la llegada del cuerpo del soldado desconocido con el aniversario de la Toma del Morro de Arica, el 7 de junio, colocándolo en el descrito lugar central del conjunto conmemorativo que se construyó allí en la cima para acoger y homenajear sus restos.
La noticia del acto, anunciada en "La Estrella" de Arica.
Así se veía en el taller universitario la figura esculpida del soldado de la cripta, poco antes de la inauguración (Imagen: "La Estrella" de Arica, 1976).
La cripta y el monolito, poco antes de la inauguración  (Imagen: "La Estrella" de Arica, 1976).
El acto de sepultación e inauguración de la cripta del soldado desconocido en el Morro de Arica (Imagen: "La Estrella" de Arica, 1976).
El monolito de piedra tallada es, a los ojos del visitante, el que destaca como principal figura del conjunto. El bloque de piedra tiene fecha de inaugurado en el aniversario de 1975. Su confección había sido encargada al Taller de Cantería de la Universidad de Chile en Arica. En ella se lee la siguiente leyenda, con estructura de poema:
EN UN LUGAR DE LA HISTORIA
TU NOMBRE IGNORADO ESPERA
LA BAYONETA DORMIDA
QUEDÓ EN LA PAMPA DESIERTA
¡QUE REDOBLEN LOS TAMBORES
Y QUE VIBREN LAS CORNETAS!
"SOLDADO DESCONOCIDO"
¡HOY TUS HIJOS DESPIERTAN!
ARICA, 7 -JUNIO-1975
Empero, ésta no es una sola pieza escultórica, sino de partes montadas mostrando a un soldado en uniforme chileno, empuñando una antorcha al tiempo que lanza un grito de guerra, elemento escultórico que le fue agregado al año siguiente y casi encima de la llegada del ataúd con el cuerpo momificado. La gran ceremonia fue agendada para el aniversario de la Toma del Morro en 1976 y fue anunciada por el diario "La Estrella" de Arica el día jueves 13 de mayo de ese año. 
Existe la posibilidad de que, en realidad, se esté mostrando simbólicamente "algo más" en la voluminosa figura del soldado esculpido en roca y que se colocó en el monolito poco antes de la sepultura, a diferencia de lo que un personaje extraño a nuestro país publicó con no sé qué propiedad en una página que encuentro en internet, alegando que sólo significaría algo así como "una amenaza de quemar al enemigo" y nada más.
Me explico: tengo sospechas de que se trata de un virtual "golazo" que los escultores le metieron al Régimen Militar, no sólo por el evidente estilo de arte latinoamericanista que tiene la imagen (onda Guayasamín, más o menos) que por largo tiempo ha identificado la iconografía revolucionaria, sino también porque la antorcha y el simbólico "porte de la luz" lo tiene el personaje en la mano izquierda, extendida al frente y claramente empuñada. Correspondería al gesto de un juramento de honor, sin embargo, además de que semeja mucho también a la imagen de la carátula del disco "Al 7º de Línea" del grupo Los Cuatro Cuartos, publicado por RCA Victor en 1966. Lo que sí veo en el diario "La Estrella" del 23 de mayo, es que aquella figura había sido pensada originalmente para la lápida que cubriría la tumba, pero después se cambió su posición al gran monolito.
El soldado fue depositado en su tumba en un gran acto con autoridades, entre ellas el Gobernador Provincial y Jefe de la Guarnición Militar, Coronel Oscar Figueroa Márquez, además del Comandante del Regimiento Rancagua, Coronel Gabriel Pizarro, quienes ayudaron al transporte del féretro del soldado desconocido. La ceremonia organizada por la Comandancia de la Guarnición fue ampliamente cubierta por los medios de prensa, realizándose el día 7 de junio, donde fue colocado ceremoniosamente en la cripta. Salvas, ofrendas y luminarias pirotécnicas prendieron aquel encuentro hasta las horas nocturnas.
La cripta propiamente tal, donde se añadió después una cadena con postes metálicos rodeándola, lleva la siguiente inscripción sobre la roca de la que está hecha:
LA GLORIA DE UN PUEBLO RADICA EN
SUS HÉROES ANÓNIMOS: AQUÍ YACE UN
SOLDADO DESCONOCIDO
ARICA, JUNIO 1976
Desde entonces, el lugar es escenario de actos y homenajes militares. Y cabe recordar que, en el Centenario de la Toma del Morro, se agregó al conjunto un monolito más como soporte de una placa conmemorativa con la siguiente leyenda que aún puede leerse en el metal, bajo un escudo chileno:
1880 - 1980
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE
GENERAL DE EJÉRCITO
DN. AUGUSTO PINOCHET UGARTE
A LOS SOLDADOS CHILENOS Y PERUANOS
QUE OFRENDARON SUS VIDAS POR SU PATRIA
ARICA, 7 DE JUNIO DE 1980
Además de la menor cantidad de banderas chilenas que hay ahora en el entorno, otra de las diferencias del conjunto con respecto a su aspecto original es que antes estaba escoltado por dos cañones Krupp a modo de tenantes, pero en nuestros días sólo se puede observar uno, al lado derecho. El conjunto tenía en sus inicios una flama que se suponía iba a ser eterna: de hecho, fue inaugurada ese mismo 7 de junio de 1976 con el pomposo título de "Antorcha de la Inmortalidad, siendo encendida durante el acto por el Corone Figueroa... Pero de ella, ahora queda sólo el soporte cúbico de la apagada antorcha y un nada discreto compartimento detrás de la roca tallada, donde se guardaban los balones de gas para alimentarla.
El conjunto se luce hasta ahora sobre una sólida plataforma de base circular, y por las noches es diestramente iluminado con focos fijos de haz angulado, adquiriendo gran atractivo allí en la altura del Morro.
Cabe recordar que el soldado desconocido no es el único cuerpo sepultado con honores en este lugar: hace poco, al lado de su tumba, fueron depositados los restos de chilenos que participaron en el Asalto y Toma del Morro y que habían sido encontrados entre 2008 y 2009 en los fuertes Ciudadela y Del Este, en excavaciones realizadas por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Tarapacá y personal del Regimiento Nº 4 "Rancagua".
Así pues, he querido hacer este pequeño aporte sobre la presencia de la Tumba y Monumento del Soldado Desconocido en el Morro de Arica, símbolo imperecedero de todos aquellos valientes hombres y mujeres que quedaron en los campos de batalla y que no pudieron saber de ese triunfo final, cuyo camino ellos mismos ayudaron a trazar.

Comentarios

  1. Comentarios recuperados desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:

    José Pedro Alessandri15 de agosto de 2017, 13:24

    Hermoso,viril y adecuado tratamiento del tema. Solo me basta repetir las palabras de Benjamin Vicuña Mackenna; "No suelten el Morro".
    ResponderBorrar

    Unknown3 de junio de 2019, 11:19

    Bkn

    ResponderEliminar

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