AUGE Y OCASO DE UNA PARADA DE TRENES: HISTORIA DE LA ESTACIÓN DEL PUERTO DE SAN ANTONIO
Vista
de la Estación San Antonio en su último período de vida útil, sirviendo
de establecimiento comercial y restaurante. Fuente imagen: Flickr "La
Estación del Tren".
Coordenadas: 33°34'52.31"S 71°36'49.16"W
Estuve
en agosto de 2017 visitando la ciudad de San Antonio y tuve ocasión de ver por
última vez (y para nunca más, sin saberlo entonces) la anciana estación
del ferrocarril del puerto. Faltando a la regla fundamental que la
experiencia ya me escribió en la frente, no le tomé fotografías a pesar
de llevar una cámara, olvidando que, como decía el escritor y poeta Miguel Serrano sobre nuestra extraña condena nacional: "en Chile nada dura 100 años, a veces ni siquiera diez".
Esta
semana, la antigua estación que ha sido parte de la historia del puerto
y de toda la costa central de este sector de Chile, acabó su senil
agonía de olvido y deterioro. Lo hizo con una eutanasia cruel: bajo el
peso de maquinarias pesadas, que han hecho desaparecer lo que quedaba de
ella, junto a las moles de modernismo, hotelería y comercio que han
ocupado el lugar de las antiguas ferias y pescaderías del paseo del
puerto.
La estación desapareció, así, esfumándose como si nunca hubiese existido; llevándose con ella otro pedazo de este puerto.
La
terminal del tren fue el lugar de abordaje y descenso para toda la
historia de los pasajeros de los ferrocarriles que ocupan estas vías,
bordeando por acá el contorno costero de la bahía entre las estaciones
de Cartagena y la de Llolleo. Ubicada al borde de la avenida Ramón
Barros Luco enfrente del empalme con calle Pedro Montt, acompañaba al
sólido portal de arco deprimido ubicado entre ella y la caseta de
movilización y guardavías, sólo unos metros más al Sur, paso que por
décadas ha sido el de los peatones hacia el sector de los mercadillos,
las caletas y los restaurantes ubicados al inicio del sendero costanero,
el Paseo Bellamar, hoy muy mejorado con relación a cómo lucía hasta un
pasado no tan lejano.
La
construcción del puerto, iniciada hacia 1911-1912 por el Presidente
Barros Luco, casi coincidió con la apertura de la comunicación
ferroviaria sin escalas entre Santiago y San Antonio en el Primer
Centenario, desde la flamante Estación Mapocho (todavía en construcción,
en esos años) hasta una primera terminal en la localidad costera.
El
plan del Ministerio de Industrias y Obras Públicas era unir Melipilla
con el puerto menor entonces llamado San Antonio de las Bodegas. Este
interés oficial se remontaba -cuanto menos- a 1898, aunque el Ingeniero
Joaquín Villarino la había estado proponiendo ya desde los albores de la
Guerra Civil de 1891, conflicto que hizo abortar cualquier posibilidad
de dar cumplimiento a algún plan parecido.
La
flamante gran Estación San Antonio con su diseño central art decó,
hacia 1925-1930, vista desde la línea férrea y con la ciudad ubicada a
su espalda. Lo que quedaba al final y que fue recientemente destruido,
corresponde sólo al ala del edificio que se ve a la derecha (Sur).
Fuente imagen: Memoria Chilena.
Un
tren llegando a la Estación San Antonio desde Llolleo, antes de la
primera demolición sufrida por la mayor parte del edificio. Fuente
imagen: sitio web "Tiempo de Trenes". Las dos escalas dobles
sobrevivieron a aquella demolición.
Por
otro lado, hubo cierta resistencia de los melipillanos al plan de obras
públicas, pues su ubicación entre Santiago y la costa les había
garantizado ciertas facultades y ganancias históricas como sitio
intermediario para el comercio, al volverse el pivote de los movimientos
de mercancías desde y hacia las caletas y muelles.
Pese
a todo, la conexión vía Santiago-Melipilla-San Antonio fue evaluada por
el Ingeniero Enrique Vergara Montt y sería construida a partir de 1903.
Hasta entonces, la mejor forma de llegar al puerto había sido a través
de carruajes, habiendo compañías como la Vigoroux y la Carreño que ofrecían estos servicios de hasta unas 600 "carretadas" al año, durante la segunda mitad del siglo anterior.
La
sección de los rieles que une Leyda con San Antonio, se hizo más o
menos entre 1908 y 1910, extendiéndose las líneas hasta la cercana
localidad de Cartagena entre 1920 y 1921, en plena época de bonanza
salitrera y sólo por necesidades turísticas. En este mismo período había
comenzado a faltar el carbón para las locomotoras, por las demandas de
la Primera Guerra Mundial y por la industrialización mundial, por lo que
los trenes comenzaron a trasladarse al sistema eléctrico en esta misma
época.
Hubo
instalaciones provisorias para el ferrocarril en San Antonio,
dispuestas en 1910, siendo instaladas las definitivas para el uso a
partir de 1912, por la Empresa de Ferrocarriles del Estado. Esto sucedía
cuando la compañía francesa Augusto Galtier realizaba ya las obras de
construcción del puerto, valiéndose de maquinaria pesada (como la
célebre Grúa 82),
explosiones de dinamita y cuadrillas de miles de hombres que pasaron
por las enormes faenas. Aparentemente, la terminal sería dispuesta cerca
de donde estaban las bodegas del servicio portuario, por razones
utilitarias.
La
primera estación del sistema en San Antonio debió ser bastante pequeña y
rústica, comparada con períodos posteriores de crecimiento de la misma.
Desde cerca allí salían, también, los carros y luego las góndolas con
destinos cercanos, además, como Llolleo o Las Cruces. Sin embargo, fue
después de la inauguración del tramo San Antonio-Cartagena, hacia
1925-1930, cuando se levantó la esplendorosa nueva estación con gran
fachada de frontón art decó, estilo de mucha presencia en las
obras públicas de aquellos años, con descensos al andén en dos escaleras
dobles que aún existen.
Vista
de la estación desde las líneas férreas, cuando ya se había demolido el
ala Sur completa del edificio. Fuente imagen: Flickr "La Estación del
Tren".
Imagen
del aspecto de la estación (siendo ya un restaurante) y su entorno,
antes de la gran reconstrucción del Paseo del Mar y del centro
comercial. Fuente imagen: Panoramio de Luis E. Otaíza.
Actualización:
el Tren del Recuerdo llegando a la Estación San Antonio, en diciembre
de 2014. Fotografía gentilmente proporcionada por Rodrigo Serrano.
El
progreso siguió sumando alrededor de la Estación San Antonio, y así
otra obra del mismo período sería la del Cuartel de Carabineros que se
hizo frente a la Plaza Prat, terminada en 1930. Hacia 1945, además, el
alcalde Armando Pino Saavedra (quien había intercedido personalmente
ante el Presidente Pedro Aguirre Cerda salvando los intereses aduaneros
del puerto frente a una legislación adversa, cinco años antes) presentó
el proyecto de remodelación y mejoramientos que se tradujo en un plan de
construcción del primer mercado modelo, con 16 locales enfrente de la
terminal, además de una pérgola de floristas y un restaurante municipal
(mismo sector ocupado ahora por el centro comercial).
Aunque
la temporada de verano colmaba las capacidades de los carros y obligaba
a la Empresa de Ferrocarriles del Estado a aumentar ostensiblemente sus
salidas, es obvio que no sólo pasajeros llegaban por esta vía hasta el
puerto: el tren se desembarcaba también en recintos del sector
industrial y de las cargas que saldrían por los puertos, principalmente
productos agropecuarios de Santiago, Melipilla y Rancagua, comenzando a
dejar atrás la hegemonía portuaria que había tenido Valparaíso, ubicado a
unos 80 kilómetros más de distancia respecto de la capital, comparado
con San Antonio. Las líneas traerían también el valioso cobre de El
Teniente, y más tarde las cisternas de ácido para la industria minera
nortina.
La
descrita conectividad facilitó, además, que el balneario de Cartagena
fuera un refugio de fácil llegada para el descanso aristocrático, con
suntuosas mansiones y casonas. Empero, a la larga abonó al rasgo más
popular de público que comenzó a apoderarse de él, gracias a campañas de
los gobiernos del General Carlos Ibáñez del Campo y, años después, el
de Eduardo Frei Montalva, característica que perdura hasta nuestros días
pero que ha degradado mucho el urbanismo y la calidad material del
lugar. El crecimiento de Llolleo y de las Rocas de Santo Domingo también
se debe al arribo del ferrocarril más expedito hasta este sector del
país, en la desembocadura del río Maipo. El propio San Antonio pasó de
tener 6.000 habitantes en 1930, a 50.000 sólo cuatro décadas después.
La
decadencia de la estación de nuestro interés, sobrevino con la caída
paulatina del ferrocarril tras la liberación de los transportes, el
mejoramiento de las carreteras y la aparición de las empresas de
traslado de pasajeros en bus entre Santiago y la zona, hacia mediados
del siglo XX. La velocidad y las frecuencias superaron ampliamente al
servicio de los trenes hacia el puerto, que empezó a decaer y a
reducirse a actividades de carga industrial más que de personas. La
gente comenzó a preferir este servicio, a pesar de que tenía sus
riesgos, como quedó confirmado con el trágico accidente del 22 de
diciembre de 1957 en Leyda, junto Cruce La Marquesa, con 22 muertos.
Vista
lateral de la Estación San Antonio con su último aspecto observable,
junto a la avenida Barros Luco. Fuente imagen: Google Street View.
Vista
de la entrada al paseo y al mall, con el pórtico peatonal entre los
restos abandonados de la Estación San Antonio y la caseta de
movilización y guardalíneas. Fuente imagen: Google Street View.
Acercamiento
al sector de ingreso al paseo peatonal y el centro comercial del
puerto, junto a la caseta y la estación. Fuente imagen: Google Street
View.
Hubo
ciertas tentativas para mejorar el sistema hacia principios de los
setenta, pero no prosperaron; tampoco lograron competir con éxito los
veloces trenes "flecha" que se adicionaron al servicio. Y así, hacia
mediados de esa década, el transporte en tren de pasajeros de las
salidas regulares de la semana fue cancelado, por lo que se concentró
sólo en los fines de semana para los llamados trenes facultativos, excursionistas o populares.
La liberación de las tarifas de los autobuses, a partir de 1978, mejoró
también la oferta para los usuarios, pero provocó aún más lesiones a
las utilidades del ferrocarril.
La
actividad en la estación se mantuvo durante este período, a pesar de
las dificultades, reflejándose en la estación. El tiempo ya había
cambiado un poco el aspecto de las cornisas y bordes del tímpano en el
frontón central del edificio, cuya geometría debió ser modificada.
Algunas animitas que existieron en los lados de las vías (quedan unas
por allí, aún), registraron lo que parecen haber sido atropellos
accidentales o por suicidios.
Sin embargo, el terremoto del 3 de marzo de 1985
había castigado con ferocidad al puerto de San Antonio, arrojando al
suelo muros, edificios y grúas enteras en el malecón. La estación quedó
con daños. Poco después, el cierre de la Estación Mapocho en 1987 y el
final de la comunicación ferrocarrilera directa entre Santiago y San
Antonio, dejaron en virtual desuso esta estación del puerto. Los últimos
trenes desde Santiago pasaron por allí en el verano de 1988, y los
últimos que unieron San Antonio con Cartagena lo hicieron al año
siguiente.
Así
las cosas, durante este período también fueron demolidos dos tercios de
la estación: toda el ala izquierda (Norte) del edificio y su sector
central de boleterías, el mismo que conservaba los rasgos art decó tan
definitivos y distintivos. Quedó en pie sólo el ala Sur antigua, con su
estilo clásico y romántico, pero ya opaca, ausente del esplendor del
pasado. La explanada resultante de la desaparición del antiguo edificio
pasó a particulares y se usaría como estacionamiento.
Se acababa así, de tan poco lustrosa manera, el tren popular o de los excursionistas
hasta el puerto, y la Estación San Antonio quedaba convertida en un
residuo vestigial de sí misma y del antiguo sistema de trenes, obligando
a pensar en darle un nuevo destino, como local comercial y restaurante.
Parte
de los techados parcialmente caídos desde el vetusto edificio, poco
antes de ser demolido, sobre la acera y el paso de los peatones. Fuente
imagen: diario "El Líder de San Antonio".
Imagen
del primer día de los trabajos de demolición del edificio. Fuente
imagen: Fotografía de Roberto Cadagán, publicada en el portal Soy Chile.
Desde
entonces, la historia de este sector del puerto y sus vías férreas ha
sido sólo decadencia. Tan abandonadas se ven, de hecho, que ha pasado en
ocasiones que algún conductor distraído e imprudente ha estacionado su
automóvil sobre las mismas líneas, al creerlas en desuso, obligando con
ello a acciones de emergencias.
La
vetusta terminal, en tanto, sería recuperada y utilizada por un
restaurante llamado "La Estación", pero sólo consiguiendo postergar el
destino final que la desidia y el desdén habían trazado ya para el
histórico edificio. A la sazón ya estaba en manos privadas, de la
familia Rodríguez, dueña también del estacionamiento adyacente.
Tras
años de deterioro sobreviviendo a duras penas a los cambios del entorno
(como la construcción del paseo y el gran centro comercial con casino),
acabó sirviendo de refugio a mendigos y soportó hasta cinco de intentos
de incendiarla en sólo dos semanas, entre julio y agosto de 2016 (en el
primero de ellos murieron calcinados ocho crías de una perrita
abandonada que vivía allí, pena que compadeció a la comunidad
sanantonina), y otra más en enero de 2017.
Aunque
fue limpiada y desinfectada en julio de este año, cundió el temor de la
autoridad y de los residentes, de que partes del edificio colapsaran
hacia algún costado, pues ya se habían derrumbado sobre la acera parte
de las pesadas vigas del techo. Para peor, hacia el 11 de septiembre de
2017, sería hallado un cadáver dentro del edificio: era uno de los
indigentes que pernoctaba en la estación, apodado "El Huaso" (era sureño, de 39 años), quien había decidido quitarse allí la vida agobiado por las depresiones y el alcoholismo.
Sucedía
que desde agosto, sin embargo, el alcalde Omar Vera venía anunciando ya
la existencia de un acuerdo de la Municipalidad de San Antonio con los
privados dueños del lugar, para un proyecto aprobado por el SEREMI de
Vivienda y Urbanismo, que involucraba demoler el edificio pero, según
acotaba, manteniendo su fachada original (?). Por esos días, además,
personal municipal habían apuntalado e instalado güinchas en los muros
de la estación, al tiempo que se exhortaba a los residentes del puerto a
evitar transitar junto a ellos por los peligros de desmoronamientos.
A
mayor abundamiento, se suponía que le iba a ser agregado un portal con
diseño alusivo a la fachada antigua de la estación y que se iba a
construir al lado del demolido edificio -en donde están los
estacionamientos- un centro comercial que se integraría al paseo y al mall
ya existente. Según informó entonces, sólo faltaba sólo la autorización
de la Empresa de Ferrocarriles del Estado y el previo desratizado del
lugar.
La vieja estación, terminando de ser destruida por la maquinaria pesada. Fuente imagen: diario "El Líder de San Antonio".
Proyecto
presentado para reemplazar la
demolida estación. Se contemplaba rehacer el edificio (no parecía claro
que iba a ser demolido), modificar el pórtico con un diseño alusivo a la
fachada antigua de la estación y construir, en donde están los
estacionamientos, otro edificio tipo centro comercial moderno.
Renderización elaborada por los los mismos privados dueños del lugar y
del proyecto. Fuente imagen: diario "El Líder de San Antonio".
Sin
embargo, en las semanas siguieron antes de iniciar los trabajos, la
autoridad municipal informó públicamente que ya se procedía a la irremediable
demolición y que el edificio sería reconstruido manteniendo su aspecto
original en términos generales, por tratarse de un inmueble patrimonial y
de conservación, de acuerdo a lo que se declaró en la prensa
local.
Según
parece, sin embargo, los constantes reclamos de la misma municipalidad
en contra del propietario por la acumulación de basuras y el uso que
daban al lugar los indigentes, habrían sido decisivos para hacerle optar
por la demolición sin considerar recuperación del recinto.
Echada
la suerte, entonces, lo que quedaba de la Estación San Antonio, con sus
postes de madera, su porche con alero y techo con sus tejas tipo
escamas ya desparramadas, acabó siendo tirado abajo por una
retroexcavadora, el miércoles 29 de noviembre de 2017, dándose un
plazo de cinco días a la empresa demoledora para despejar el lugar. No
hubo, pues, ningún interés en cumplir con lo que se había anunciado
originalmente ante la prensa, al presentar el proyecto sugiriendo la
idea de mantener el patrimonial inmueble de la estación en pie e
integrarlo al conjunto que allí se levantará.
Al
momento de escribir esto (diciembre de 2017), sólo quedan parados el portal de acceso al
paseo, la cabina de dos pisos del guardavía y una triste pila de
escombros que pronto será retirada, llevándose para siempre ese tremendo
pedazo de la historia de San Antonio asociado a su propio surgimiento
como ciudad, a partir del antiguo y modesto muelle al que se hizo llegar
el ferrocarril y un gran futuro como puerto.
Habría
sido maravilloso el haber podido rescatar esta estación para integrarla
de forma definitiva al romántico "Tren del Recuerdo", que revive el
viaje del ferrocarril de pasajeros entre Santiago y San Antonio a partir
de 2012, pero ya es demasiado tarde. Ahora, sobre el lugar de los
escombros, se comenzará a reconstruir ese nuevo edificio con líneas
arquitectónicas parecidas, tal vez un falso histórico, para fines
esencialmente comerciales.
Comentarios recuperados desde el lugar de primera publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarUnknown25 de mayo de 2018, 22:07
mucha pena por la estacion de llolleo y san antonio
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El Continente Oscuro17 de diciembre de 2018, 11:27
Cuanto me duele leerte, es difícil pensar que estos lugares que tantos abrazos, besos y recuerdos conservan, fueron arrazados por la infamia. Esperemos que llegue tarde o temprano al gobierno alguien capaz de tomar en cuenta que el pasado nos da las respuestas del futuro.
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Unknown15 de enero de 2019, 15:54
Estimados, varias precisiones
""Proyecto presentado por la Municipalidad de San Antonio para reemplazar la demolida estación. Se contemplaba rehacer el edificio (no parecía claro que iba a ser demolido), modificar el pórtico con un diseño alusivo a la fachada antigua de la estación y construir, en donde están los estacionamientos, otro edificio tipo centro comercial moderno.""
El proyecto no fue presentado por la Municipalidad, fue presentado por un privado.
Dos, la demolicion la ejecuto un privado, para evitar la caida del edificio a la calle,
y Tres, el proyecto de reconstricion de la estacion esta presentado hace 4 años en la municipalidad a espera de permisos de obra.
Teniendo los permisos provablemente se construya.
Cualquier consulta me la hacen saber
Marco Carvajal